domingo, 5 de febrero de 2017

Capítulo 19

Tess.
Me gustaría decirle a Q que cambiara de opinión en en cuanto entramos a la ducha juntos. Me encantaría decirle que me rompiera y empujara contra los azulejos como el monstruo que era.
Pero no lo hizo.
Me lavó con toda la reverencia y cuidado del mundo.
Me besó con apenas lengua.
Y cuando se deslizó dentro de mí, no estaba completamente duro, y yo no estaba completamente húmeda.
No estábamos hechos para placeres sencillos.
Luchábamos porque necesitábamos ese nivel extra de sensación.
Y él lo había quitado.

**********************************

Esa tarde, cuando regresó del trabajo, esperé a ver cuánto tiempo duraría su vainilla auto-impuesta. Hice todo lo posible para atraerlo después de que nos metiéramos en la cama, pero él solo me abrazó hasta que involuntariamente me dormí.
Durante una semana, esa fue la norma.
Q me haría el amor todas las mañanas cuando ambos estábamos dormidos y no totalmente coherentes. Me llenaría después de tocarme con tormentos, burlas y, de ninguna manera, satisfacción. Me dejaría lista pero no me fundiría. Y él entraría profundamente dentro de mí, pero estaba tenso. Yo conseguiría el orgasmo sin jadear y suplicar.
Él necesitaba mi dolor para tener un orgasmo. Y sin él, ambos nos esforzábamos por conectar.
Después de haber terminado, vi un poco de sangre en las sábanas, donde él había clavado sus dedos en sus palmas con tanta fuerza que se había roto la piel, buscando ese trozo de maldad para terminar.
No le dejé ver las lágrimas en mis ojos de lo mucho que me dolía o lo destruida que estaba porque él no se hubiera vuelto hacia mí como siempre lo había hecho, encontrando la salvación en mi agonía y gritos.
En lugar de ser abiertos y amorosos, nos cerramos y eso era incierto.
Y cada día era peor que el anterior.

******************************

Una semana se convirtió en una quincena.
De una quincena pasó a un mes.
Por primera vez en nuestro matrimonio, no esperaba tener relaciones sexuales con mi marido. Se convirtió en una obligación. Aburrido. Y era una tarea de abrir las piernas en el estilo misionero y permitir que unos pocos empujes superficiales antes de que mi seriamente retorcido pero encarcelado monstruo entrara dentro de mí.
Si esto era lo que se necesitaba para quedar embarazada... entonces no sabía cuánto tiempo más podría soportarlo.
Mis pensamientos se volvieron repugnantes hacia cualquier niño que pudiéramos concebir. Sí, quería una familia con Q. Quería compartirlo con sus hijos. Pero tampoco quería perderle para ganarlos.
Yo era egoísta respecto a mi maître. Y si no podía tenerle, entonces no quería nada más.
Los pensamientos de que Q podría ser estéril cruzaron mi mente. Después de todo, teníamos una vida sexual muy activa. Sí, yo había estado poniéndome inyecciones anticonceptivas durante mucho tiempo, pero eso ya estaría fuera de mi sistema a estas alturas... ¿seguramente?
Esto estaba mal.
Despreciable.
Esto duele.
Le extrañaba. Nos echaba de menos.
Yo había sido una esposa comprensiva. Después de esas primeras semanas de hacer lo que pude para conseguir romperle, me rendí. No quería ser la causa de más luchas por él, pero tampoco ocultaba la agonía de mi sacrificio.
Q sabía que yo no era feliz.
Joder, él tampoco lo era. Terriblemente.
Estábamos jugando a un juego traicionero. Se suponía que la vainilla era suave y no letal. Pero para nosotros... tenía el poder de desmantelar nuestro matrimonio y destruir todo lo que amábamos.
En la quinta semana, cuando habían pasado tres días y Q no me había tocado, ignoré sus peticiones de no involucrar a los médicos. No podía soportar mucho más esto, y quería saber de cualquier manera. No podía hacerle exámenes a Q sin que él lo supiera, pero yo sí podía.
No podía confiar en que Franco me llevara a la clínica, así que recluté la ayuda de Suzette. Ella me había visto aburrirme y había visto el cambio en Q a medida que las semanas avanzaban. Había sido mi hombro para gemir y preocuparme, entendiendo mi frustración con la terquedad de Q.
No es de extrañar que pudiera encontrarme la segunda vez que me secuestraron. Su mera intención cuando tomaba una decisión era indiscutible.
Q hizo esto para protegerme. Sin embargo, sin mí como su salida, él comenzaba a sacar su violencia con sus empleados. Ladraba órdenes, despedía a unos pocos por malas conductas menores, y era incapaz de mantener su máscara en la sociedad. Su vida ya no era feliz, y se negaba a dejarme alcanzarlo.
Era hora de medidas drásticas.
Fingiendo que íbamos a París a comprar, Suzette y yo organizamos un día para coger el tren de alta velocidad para ir a la cita que yo había concertado en secreto.
Había investigado en internet sobre la mejor clínica de fertilidad, y husmeando hice una reserva hace tres días.
Suzette y yo no hablábamos mucho en el tren, y por un segundo fingí que la vida era sencilla y volvía a ser estudiante de arquitectura, dirigiéndome a la ciudad con una amiga para almorzar, en lugar de la verdad de que yo era una mujer complicada, echando terriblemente de menos a su duro maestro.
Después de pedir un taxi, llegamos a la dirección. En silencio, entramos en el edificio donde rellené algunos formularios y me senté en un sillón reclinable junto a Suzette, hasta que me llamaron al consultorio del médico.
Dándome una sonrisa alentadora, Suzette esperó pacientemente en la elegante sala de espera.
Mis manos temblaron cuando entré en la habitación de la doctora y cerré la puerta.
“Hola, señora Mercer.”
Me había acostumbrado tanto a los acentos franceses, que me asombré al ver que esta mujer era inglesa. A menudo no me sentía como una extraña en esta ciudad, pero escuchar a otra extranjera me ponía un poco melancólica.
Frente a la doctora, yo ponía mi futura felicidad en sus manos.
La doctora Fellows sonrió mientras mis tacones hacían ruido en su piso de baldosas blancas. El aire de la habitación era totalmente clínico y sin personalidad alguna.
Asentí. “Hola.”
No era vieja, pero tampoco era joven. Supuse que estaría terminando los cuarenta.Tenía el pelo rubio colocado perfectamente en un moño, mientras que la máscara de pestañas y el labial rosa la hacían bonita, pero profesional.
¿Había tenido hijos propios? ¿Había pasado alguna vez por este estrés de un marido obstinado por la vida sexual?
Señalando una silla al lado de su escritorio, dijo, “Así que, de nuestra breve conversación, ¿he entendido que estás tratando de quedarte embarazada, pero está costando?”
Hundiéndome en el asiento, asentí de nuevo. “Sí, mi esposo y yo hemos estado intentándolo, pero no estamos teniendo éxito. La tarea de tener sexo sólo para quedarme embarazada es como si me estuviera usando y quiero conocer otra manera.” No le dije por qué quería que mi monstruo regresara. Por qué estaba sola sin él y desesperada por lo que solíamos tener. Cinco semanas era mucho para no conectarnos de la manera que necesitábamos.
La doctora Fellows comprobó su ordenador, sacando información sobre quién sabía qué. “Muy bien, vamos a empezar con un examen completo y luego tendremos una charla. ¿Qué hay sobre eso?”
Se me pusieron los pelos de punta.
Estaba feliz porque comprobara mi cuerpo, pero no mi mente. Hasta Q, yo era un paria y poco común. Nadie podía entender mi forma de ser. Eso no habría cambiado ahora que era mayor. Cuando era más joven, no tenía el coraje para ser abierta sobre quién era realmente. Ahora, era más sabia, y no me importaba nada lo que otras personas pensaban de mí. ¿Pero decirle abiertamente a esta extraña que echaba de menos que mi esposo me golpeara y me sacara sangre? Eso me obligaría a ser enviada a un convento y encerrada para mi seguridad.
Había sido encerrada demasiado a menudo en mi pasado por unos idiotas que habían intentado romperme. No dejaría que sucediera de nuevo. Por otra parte, esta mujer no era nada comparada con lo que yo había soportado.
Un parpadeo de hombres abusivos y una terrible enfermedad con drogas que llenaban mi mente.
Mi garganta se cerró.
Oh dios mío, ¿quizá yo soy la razón por la que no me puedo quedar embarazada?
¿Acaso la violación que había soportado y las drogas que me habían alimentado, me habían arruinado? Tal vez las patadas a mi estómago y el daño de mi forma física había diezmado cualquier esperanza de ser capaz de llevar un bebé sano para Q.
No podía creer que no lo hubiera pensado antes. ¿Por qué no lo había considerado?
Porque estás tan preocupada sobre Q pensando que es su culpa y que te convenció.
Estar lejos de él por primera vez en meses me permitía pensar más claramente. ¿Y si todo esto fuera culpa mía?
“¿Estás bien? ¿En qué estás pensando?” La doctora me dio una palmada en la mano. “Estás blanca justo ahora.”
Apartando mi mano de la suya, sonreí débilmente. “Estoy bien. Sólo es un pensamiento, eso es todo.”
“¿Sobre tu pasado y lo que podría obstruir tus posibilidades de quedar embarazada?”
Miré mis dedos entrelazados en mi regazo. Los pantalones vaqueros y el jersey de color plata con la bufanda de Hermes me etiquetaban tan bien, pero mis uñas estaban mordidas por la incertidumbre maliciosa de las últimas semanas. “Un poco.”
“¿Quieres hablar acerca de ello?”
“Realmente no.”
“¿Qué te hace pensar que has hecho algo para afectar a tus posibilidades?”
Tragué una risa cáustica. “Tengo algunas cosas que podrían.”
La doctora Fellows estrechó los ojos. “No estás obligada a decírmelo, pero todo lo que hagas me ayudará a hacer un diagnóstico preciso. No tengas miedo de salir de esta habitación. Estoy obligada por la confidencialidad del cliente, e incluso si no lo estuviera, no creo en chismes.” Ella sonrió. “Puedes confiar en mí, señora Mercer.”
Señora Mercer.
Ya no era Tess.
Podría ser honesta con esta mujer, y ella no me juzgaría.
Forzando el coraje en mi voz, levanté la vista. “Hace unos años fui secuestrada, vendida en esclavitud y comprada.” Por el hombre con el que me casé y la mejor bestia que conozco. “En un incidente separado, fui violada y secuestrada, sólo para ser alimentada con drogas mientras me controlaban y golpeaban a diario.”
La doctora cogió una áspera respiración. “¿Y recibiste ayuda médica para estas incidencias?”
“Sí.” El médico personal de Q. Yo había tenido un buen cuidado, pero tal vez no la atención ginecológica que necesitaba. “Sin embargo, no estoy segura de si todas las bases estaban cubiertas.”
La doctora se puso de pie, la eficiencia enérgica la rodeó en lugar de juzgarme. “En ese caso, no hay mejor tiempo como el presente. Vamos a ponerle en la mesa y a comenzar.” Mientras daba palmadas en la camilla y ponía una cortina de plástico esperando a que me desnudara, agregó, “Le prometo que encontraremos las respuestas. Vamos a poner su mente en reposo, y yo le ayudaré a lidiar con lo que encontremos una vez que obtengamos los resultados. ¿Vale?”
En mi vida, no me había agarrado a la gente. Había sido disciplinada por unos padres y un hermano que no me querían. Había aprendido a confiar en mí misma y no en otros. Q me había hecho apoyarme en él, y yo había encontrado una hermandad en Suzette, pero de repente, quise agarrar a esta extraña en un enorme abrazo y darle las gracias.
Luchando contra el impulso, asentí. “Vale.”
Sintiéndome más fuerte y más segura, no dudé. Sacudiéndome la ropa, me presenté a la consulta.
La primera parte del examen fue bien. La doctora Fellows me sacó sangre. Inspeccionó mis signos vitales y guardó todas las opiniones en su rostro al notar la marca en mi cuello y los tatuajes de mi muñeca y mi dedo.
Gracias a dios que no había venido aquí hace unas semanas cuando los moretones y los cortes de la noche borracha de Q todavía me marcaban. Puede que ella me hubiera denunciado al refugio de mujeres y que la policía investigara.
Sonreí con una pequeña sonrisa.
Ya había puesto a los policías sobre Q y mira cómo resultó eso. O al menos, lo había hecho Brax. Q tenía a la policía en el bolsillo porque era un maldito santo con lo que hizo.
¿Por qué él no podía verlo?
Él era mucho mejor de lo que creía.
A medida que el examen se hizo más invasivo, temblé, luchando contra los recuerdos residuales con los que pensaba que había lidiado tantos años atrás. Q era bienvenido a estar entre mis piernas. Teniendo sus dientes en mi carne y su mano en mi culo era la mejor alegría. Pero tener a una mujer haciéndome el examen vaginal, traía imágenes fugaces de México, el hombre de la chaqueta de cuero, y la violación antes de que Q matara al hombre y me rescatara.
“¿Estás bien?” murmuró la doctora mientras yo sacudía y agarraba la sábana de plástico mientras terminaba la prueba del Pap.
Mordiéndome los labios, mantenía los ojos fijos en el techo. “Uh-uh.”
Sellando el bastoncillo de algodón y quitándose los guantes de goma, dijo, “Ya puedes vestirte. Ya hemos terminado.” Empujándose hacia atrás en su silla de ruedas, se disparó hacia el escritorio, colocó mi bastoncillo en una bandeja y escribió algo en su ordenador.
Me puse rápidamente las bragas y los pantalones antes de peinarme el pelo y unirme a ella. “¿Cuánto tardaré en saber qué me pasa?”
“Esa es la mentalidad incorrecta que hay que tener. No hay nada malo con usted, señora Mercer.” Suavizando la voz, agregó, “Unos cuantos días para que llegue la sangre. Sin embargo, en el examen físico, no vi nada malo.” Dándome una taza de plástico, sonrió. “¡Vaya! Casi lo olvido. Ve a orinar, por favor. Haré una prueba final antes de que se vaya.”
Eww.
Ciertamente, cogí el pequeño contenedor y salí de su oficina para dirigirme al baño de señoras que había al final del pasillo. Después de hacer lo que necesitaba, volví y traté de luchar contra mi vergüenza al entregar una cosa tan repugnante.
Deslizándose otros guantes, la doctora sacó un palo de tornasol y algunos otros aparatos médicos, y realizó las pruebas justo delante de mí.
Miré en silencio.
Yo no había tenido mucha experiencia con los médicos. Rara vez me ponía enferma, y si lo hacía, mis padres no se molestaban en llevarme. No estaba segura de si me gustaba tener a alguien cuidándome o incómoda al ser investigada.
Mientras esperaba las pruebas para mostrar los resultados, escribió un guión y me lo entregó. “Aquí hay algunas vitaminas para mejorar su sistema para permitir que se quede embarazada. También le voy a recomendar a un experto en planificación familiar que discute las opciones de fertilidad si se trata de eso.”
“Gracias.”
Sus ojos se movieron hacia la prueba. Su rostro se tensó cuando una sonrisa levantó sus labios. “Señora Mercer... tengo algunas noticias para usted.”
“¿Ya?” Estiré mi cuello, tratando de ver lo que hacía. “¿Qué es? ¿Soy estéril? Soy yo, ¿no? Estoy perdiendo algo. Bueno, al menos Q puede dejar de darse por vencido.” Y empezar a golpearme de nuevo. “Siento mucho haberle hecho perder el tiempo. Gracias por su ayuda.”
De pie, temblé con una mezcla de alivio al tener finalmente una respuesta y la terrible tristeza de que nunca sería madre. Nunca sería capaz de darle a Q lo que, de repente, deseaba desesperadamente.
La doctora Fellows se echó a reír. “No saques conclusiones precipitadas. No había terminado.” Señalando la silla, ordenó, “Por favor, siéntese. Puede ser que lo necesite cuando se lo diga.”
“¿Decirme qué?”
Inclinó la barbilla hacia la silla, esperando a que me volviera a hundir. “Me complace mucho ser la primera en decirle esto, señora Mercer.”
La anticipación raspó mi piel mientras ella sostenía un palo con dos líneas azules. “Estás embarazada.”

**********************

“Así que, ¿cómo fue?” Preguntó Suzette después de haber caminado por las calles de París silenciosamente durante media hora.
¿Cómo fue?
Yo estaba embarazada.
Estoy embarazada.
Q tenía razón. Nuestro manera violenta de hacer el amor nos estaba deteniendo.
No, eso está mal.
Una vez que la doctora Fellows registró la prueba positiva, me reexaminó, haciendo una ecografía vaginal y tomando conjeturas educadas.
De cinco a seis semanas.
No cuatro semanas o una semana.
¿Y qué habíamos hecho hace cinco semanas?
Q había llegado destruido a casa y se había vuelto pícaro. Me había estrangulado, mordido, me había follado como el animal que era. Y yo había adorado cada delicioso y degradado segundo.
Me había golpeado mientras hacía la única cosa que pensaba que impedía dejarme embarazada. Las últimas semanas de vainilla domesticada habían sido por nada. Había arruinado nuestra feliz convivencia todo por culpa de una tontería.
Maldito hombre.
Mi corazón gruñó mientras burbujeaba de felicidad.
Suzette me pellizcó el antebrazo. “¿Vas a decírmelo? O te estás muriendo, y eso por eso que no me lo puedes decir o…” Su rostro se iluminó. “Oh, dios mío. ¿Estás?” Me paró en las calles de París. “¿Estás embarazada?”
Las lágrimas nadaban en mis ojos, haciéndolas bailar. “Yo... yo…”
“Oh, lo estás. ¡Lo estás!” Me agarró en un abrazo masivo. “Guau, esto es... espera a que Q se entere. Oh, dios mío, Tess, él tenía razón. Lo que ha hecho las últimas semanas.” Miró hacia abajo. Ella sabía en lo dócil que se había convertido mi vida amorosa. Y entendí su conclusión. “Esto lo matará. Nunca te tocará como quieres de nuevo. Pensará que todo lo que necesita es aún más equivocado.” Me apretó la mano en consuelo. “Lo siento, amiga mía.”
Mi cara se dividió en una gran sonrisa. “No. Él se había equivocado.”
Se equivocó cuando dijo que era su culpa. Se equivocó cuando dijo que amor salvaje significaba que no era un padre digno.
Le había probado de otra manera y no podía esperar a decírselo.
Y esta vez, ganaría y conseguiría que mi bestia regresara.
Ella frunció el ceño. “¿Qué?”
“Cinco semanas, Suzette. Estoy embarazada de cinco o seis semanas. Voy a decir cinco porque encaja mejor con mi historia.” Me reí. “¿Qué pasó hace cinco semanas?”
Su frente se arrugó, haciendo lo posible por pensar en eso. “Mmm…” Se encogió de hombros. “Ni idea.”
“Q llegó a casa borracho…”
El entendimiento entró en su mirada. “Oh... dejasteis la sala de billar hecha un lío. Ropa por todas partes... tu banda de yoga rota. Cuando fui al día siguiente, parecía que había habido una pelea de waterpolo allí.”
“Exactamente.” La satisfacción me llenó. “La noche en que pensó que me estaba lastimando para poder protegerme de él mismo fue la noche en que consiguió exactamente lo que quería.”
La felicidad floreció en su rostro. “Así que... ¿las últimas semanas de aburrimiento han terminado?”
Tomé su mano; llena de ideas de cómo se lo diría a Q y lo que haría que me hiciera para compensar las últimas semanas. “Sí, han terminado. Gracias a dios por eso.”
La felicidad, que nunca había sentido antes, floreció.
¡Estoy embarazada!
Del niño de Q.
Somos una familia.
Había estado embarazada durante semanas y no lo sabía.
Según la doctora Fellows, mi sistema había llegado a ser fértil mucho antes que la mayoría de las mujeres que habían estado con inyecciones anticonceptivas. Dijo que el análisis de sangre daría una fecha exacta de la concepción, pero una buena estimación era entre cinco y siete semanas. Era una gran noticia para todos los de mi alrededor. Para mí, para Q, y nuestro matrimonio.
No tendría que hacerse pruebas o consultas. Habíamos concebido naturalmente, y Q podría finalmente tener algo propio.
Incluyéndome a mí, por supuesto.
Las comidas sanas de la señora Sucre le habían dado a mi cuerpo una gran base para formar a nuestro pequeño monstruo. Y ya no tenía que aburrirme con la vainilla.
Me sorprendía que Q no hubiera notado nada diferente sobre mí.
Por otra parte, yo no lo había notado, y era la que cambiaba. Q no era tan observador cuando se trataba de mi época del mes. No era un marido que contaba mis días y se informaba de que, en cualquier momento, podía sangrar. Así que mi secreto sería aún más precioso para compartir.
“Soy la primera en saberlo,” dijo Suzette. “He tenido el honor.”
“La segunda.” Sonreí. “Yo fue la primera. Ahora, vete a casa. Voy a quedarme y a planear algo para decírselo a Q. Estaré a salvo.”
“¿Puedo decírselo a la señora Sucre?” Suzette se abrazó a sí misma. “Se echará a llorar, te lo garantizo. Nuestro maestro, finalmente, está consiguiendo una familia.”
Sacudí la cabeza. “Siempre ha tenido una familia... vosotros.”
Suzette se sonrojó.
Aplaudiendo, mi cabeza imaginó ideas para esta noche. “De todos modos, guarda el secreto... por ahora. Quiero decirlo yo.”
“Por supuesto. No me atrevería.” Suzette me picoteó la mejilla. “Hazme saber si necesitas ayuda con lo de esta noche.”
“No. Llamaré a Q y le diré que estoy sola en París. Vendrá corriendo.”
Lamentablemente, hoy era lunes, y eso significaba un gran día de trabajo, aunque Q debería entregar la mayor parte de la operación a Frederick. Estaba atado a su negocio, y dudaba que estuviera totalmente libre.
Una pequeña ola de náuseas rodó a través de mí, recordándome que tuve suerte de evitar las náuseas matutinas hasta ahora. ¿Cuándo empezaría? ¿Tendría un embarazo duro o fácil?
Tantas preguntas y mucho que aprender.
Pero Q estaría allí conmigo a cada paso.

4 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por tu tiempo, estoy sufriendo de pensar que ya se termina el libro

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  2. GRACIAS A GREAT DR BAZ PARA SOLUCIONAR MIS PROBLEMAS SU CORREO ELECTRÓNICO ES (DRBAZSPELLHOME@GMAIL.COM)
    Mi nombre es Miss Fátima, yo estaba casada con mi marido durante 5 años que vivíamos felices juntos por estos años y no hasta que viajó a Australia para un viaje de negocios donde conoció a esta chica y desde entonces me odia a mí y los niños y el amor Ella solo Así que cuando mi marido regresó del viaje nos dijo que no quiere ver a mí ya mis hijos de nuevo, así que nos llevó fuera de la casa y ahora estaba a Australia para ver que otra mujer. Así que yo y mis hijos estaban ahora tan frustrados y yo estaba simplemente quedarse con mi madre y yo no estaba tratando bien porque mi madre se casó con otro hombre después de mi padre la muerte por lo que el hombre con el que se casó no estaba tratando bien, i Y mis hijos estaban tan confundidos y yo estaba buscando una manera de conseguir que mi marido regresara a casa porque lo amo y lo aprecio tanto, así que un día mientras estaba navegando en mi computadora vi un testimonio acerca de este conjurador DR BAZ testimonios Compartido en el Internet por una señora y me impresiona tanto que también pienso en darle una oportunidad. Al principio tuve miedo, pero cuando pienso en lo que yo y mis hijos están pasando por lo que se puso en contacto con él y me dijo que para mantener la calma por sólo 24 horas que mi marido volverá a mí y para mi mejor sorpresa he recibido una llamada De mi marido en el segundo día preguntando después de los niños y yo llamamos DR BAZ y dijo que tus problemas se resuelven mi hijo. Así que esto era cómo consigo a mi familia detrás después de una tensión larga del freno para arriba por una señora malvada así que con toda esta ayuda de DR BAZ quiero que todos ustedes en este foro se unan a mí para decir un enorme agradecimiento a DR BAZ y voy a También consejo para cualquiera en tales o problemas similares o cualquier tipo de problemas también debe ponerse en contacto con él su correo electrónico es) (DRBAZSPELLHOME@GMAIL.COM) él es la solución a todos sus problemas y predicaments en la vida. Una vez más su dirección de correo electrónico es (DRBAZSPELLHOME@GMAIL.COM)

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    (8) Si necesita ayuda financiera.

    (9) ¿Cómo te han estafado y quieres recuperar dinero perdido.

    (10) si desea detener su divorcio.

    (11) si desea divorciarse de su marido.

    (12) si desea que se le concedan sus deseos.

    (13) Embarazo para concebir el bebé

    (14) Garantía de ganar los casos de tribunales molestos y divorcio no importa cómo la etapa

    (15) Detener su matrimonio o relación de romperse.

    (16) si usted tiene alguna enfermedad como (H I V), (CÁNCER) o cualquier enfermedad.

    (17) si necesita oraciones para la liberación de su hijo o de usted mismo.

    Una vez más asegúrese de ponerse en contacto con él si tiene algún problema que le ayudará. Su dirección de correo electrónico es (DRBAZSPELLHOME@GMAIL.COM) en contacto con él inmediatamente ...

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