Mostrando entradas con la etiqueta While it Lasts. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta While it Lasts. Mostrar todas las entradas

lunes, 31 de marzo de 2014

PDF "WHILE IT LASTS"

Ya he terminado de traducir el tercer libro de Abbi Glines: "While it lasts."


Quien lo quiera en PDF, que me ponga en un comentario su correo y os lo mando.


Voy a seguir traduciendo la saga de esta autora, por tanto el siguiente libro sería "Just for now."
Todavía no sé cuántos capítulos tiene, pero aproximadamente como éste, 25 o así.


Muchas gracias por leerme y un abrazo muy grande.

jueves, 27 de marzo de 2014

EPILOGUE JUST FOR NOW. NEXT BOOK

"He hablado con Jeremy hoy. Lo está pasando muy bien en la Universidad de Lousiana y creo que él conoció a una chica. La mayoría de nuestra conversación fue sobre lo inteligente que era, lo divertida que era y lo bonito que tenía el pelo."


Me reí suavemente dejando que la brisa de otoño se lleve mi voz.


"Él estaba allí cuando lo necesitaba. Tú habrías estado orgulloso de lo fuerte que era cuando yo sabía que se estaba rompiendo por dentro. Siempre has dicho que él era duro."


Sonreí pensando en el momento que ambos se habían quitado las muelas del juicio y Josh había estado en cama durante días con dolor, mientras que Jeremy había ido al entrenamiento de fútbol al día siguiente.


"La última vez que estuve aquí yo era un desastre. Tú destrozaste mi mundo. No podía imaginar cómo iba a sobrevivir sin ti y cómo iba a vivir una vida en paz. No entendía tu carta. No creo que entiendas el impacto de lo que había sucedido. ¿Cómo podrías decirme que la vida seguiría y que necesitaba seguir adelante? Era incomprensible para mí. Eras mi mundo, Josh, desde que era una niña hasta que cumplí dieciocho años. En cada recuerdo que tenía sobre mi infancia estabas tú."


Metí la mano en mi bolsillo y saqué una carta que me había tirado toda la noche escribiendo. No podía dormir, porque sabía que iba a volver aquí hoy. Tenía tantas cosas que decir y quería decirlo correctamente.


"Te escribí una carta esta vez," le expliqué.
Abrí la cartulina que había arrancado de mi cuaderno y me di cuenta de que no había manchas de lágrimas sobre esta carta. Mis lágrimas estaban secas. Había encontrado la paz.


Querido Josh, gracias por darme los recuerdos más increíbles. Mi vida ha sido tan llena porque tú estabas en ella. Tener tu amor y amarte siempre fue lo más bonito. Todo tenía sentido, tú eras mi casa. Cuando yo estaba contigo sabía que todo estaría bien.
Tú me secaste las lágrimas cuando estaba triste. Me apoyaste cuando enterramos a mi madre. Me hiciste reír cuando el mundo parecía que se caía a pedazos. Estabas en cada recuerdo especial. Ese primer beso siempre se quedará grabado en mi memoria, fue tan divertido como dulce.
Nuestra vida juntos me convirtió en la mujer que soy ahora. Sé lo que se siente al ser amado y apreciado porque eso lo tenía contigo. Nunca dudé de mi valor, porque tú me enseñaste que yo valía de verdad.
Cuando me dijiste que un día iba a estar bien no lo creía posible. La vida no podría seguir adelante sin mi mejor amigo. No había espacio para otro chico en mi corazón, pero resulta que tenías razón, siempre la tuviste. Lo encontré y él es increíble, no es nada de lo que me había imaginado y tampoco es perfecto.
Se las arregló para entrar en mi corazón y éste asumió el control antes de que supiera lo que estaba pasando. Me parecía que la felicidad que me dijiste que me iba a llegar me ha llegado por fin. Voy a vivir esa vida. Estoy segura de que será un paseo más salvaje de lo que imaginé y me muero de ganas de vivirla.
Él es mi casa ahora.
Pero siempre te amaré y nunca me olvidaré de ti.
Esta es mi despedida. No estaba lista para dejarte ir, pero ahora sí que puedo seguir adelante. Tu recuerdo siempre vivirá en mi corazón.


Te quiere,
Tu Eva Blue.



THE END

viernes, 21 de marzo de 2014

ÚLTIMO CAPÍTULO. CAPÍTULO 25

Eva

"Si no dejas de moverte no puedo," me gruñó Cage al oído y me hizo reír.
"Lo siento, me portaré bien," le prometí.
"No he dicho que te portes bien, nena. Me gustas mala y traviesa," me besa en el hombro y desliza su dedo hacia arriba entre mis piernas, "y caliente."
"Si no quieres que me mueva, no hables así de sucio," le susurré.
Cage sonrió, "Estoy hablando bien, bebé. Es hablar dulcemente. Pero si quieres que hable sucio lo haré."
"Quiero tu otro pezón perforado, deja de distraerme."
Cage mordisqueó mi oreja.
"Sé que quieres esto y me estoy volviendo loco con tu lengua pequeñita."
"Eres como un gran caramelo, te comería entero, incluso esos hoyuelos que tienes al final de la espalda."
Su sonrisa se extendió por su rostro lentamente.
"Me gusta cuando te lames los labios. Apuesto a que podemos conseguir una habitación privada si quieres mostrarme exactamente lo que puede hacer con esa lengua."

La puerta se abrió y entró una mujer. Llevaba varios tatuajes y llevaba piercings en la mayoría de la cara. Sus ojos se fueron a Cage, lo cual ayudó a probar lo que había dicho sobre que era un gran caramelo. Ella también lo sabía.

"Bueno, así que quieres otro piercing en el pezón," dijo ella, sentándose y preparándolo todo.
"Ella quiere que tenga otro piercing," respondió, guiñándome el ojo.
La chica me miró y pude ver la envidia en ellos, no la culpo.
"Quítate la camisa," dijo la chica.

Me agaché y le quité la camisa, él levantó los brazos obedientemente. Miré a la chica y vi que ella estaba disfrutando del espectáculo. Me molestó un poco pero me acurruqué en su regazo y sentí que su brazo me apretaba mientras metía su mano entre mis piernas.

"¿Estás listo?" le preguntó.
"No tienes ni idea," respondió con un tono divertido. Me mordí el labio para no reírme.

La chica frotó alcohol sobre su pezón haciendo que se endureciera. Luego cogió una pinza y luego vino la aguja. Me tensé en el regazo de Cage y él se rió deslizando su mano por la parte interior de mis muslos. Ni siquiera estaba preocupado.
Cuando entró la aguja él ni siquiera reaccionó. Yo grité un poco pero esa fue la única reacción.
Lo siguiente que hizo fue ponerle la barra de plata.

"Ya está hecho," anunció la chica y respiré de alivio.
"Hay que mantenerlo limpio y que no lo toquen sustancias extrañas hasta que se cure," me miró directamente a mí y me pregunté si eso que decía tenía algo que ver conmigo.
"Lo sé," respondió Cage, se levantó y me cogió la mano.
"¿Quieres que me ponga la camisa de nuevo?" me preguntó Cage.
Consideré todas las mujeres que nos podíamos encontrar de aquí al coche y asentí con la cabeza. Extendió la mano, la cogió y se la puso.
"Vamos, estoy listo para ver cuánto te gusta esto," dijo sonriéndome con malicia.
"¿No es mi saliva una sustancia extraña? ¿No te dolerá?"
Cage se inclinó y me susurró al oído: "Tu saliva es perfecta y en cuanto al dolor, nunca nos ha detenido antes."


Cage

Eva jugueteaba nerviosamente con sus manos en el viaje de vuelta a su casa, ya que iba a traer todas sus cosas a mi apartamento. Se lo había dicho a su padre con tranquilidad y no tenía ningún problema. Pero había algo que le molestaba y eso no me gustaba.

"¿Por qué estás haciendo eso con las manos?" Eva se detuvo al instante y dejó escapar una pequeña sonrisa.
"No me di cuenta de que lo estaba haciendo."
"¿Qué es lo que te moelsta? ¿Por qué estás nerviosa?"
Ella se mordió el interior de la mejilla y ya sabía de sobra que lo hacía también cuando estaba nerviosa. Me miró y me dijo: "¿Estás seguro que quieres que te responda?"
Tuve un breve momento de pánico, pero me recordé a mí mismo que ella acababa de decirle a su padre que estaba enamorada de mí.
"Sí, creo que sí." Respondí con cautela.
Ella dejó escapar un suspiro y se encogió de hombros.
"Me preocupa que sea demasiado pronto. ¿Y si te cansas de tenerme cerca todo el tiempo? ¿Qué pasa si me como todas tus cereales o dejo mi maquillaje en el baño o ronco?"
El alivio se apoderó de mí, esto sí que lo podía arreglar. Ella no iba a agobiarme. Entré en el aparcamiento de nuestro apartamento, apagué el motor y me volví a mirarla.
"Lo primero de todo que yo no como cereales. También espero que salga todo lo malo de ti, así podré notar cuando no estás y saber que vas a volver. Y no, no roncas. En cambio, si que haces un ronroneo suave que es tan jodidamente bonito que sólo quiero quedarme despierto y escucharte."
Eva se inclinó y me dio un rápido beso suave.
"Te amo."
Esas palabras hacían que me saliese sola una sonrisa tonta.
"Así que ahora vas a subir conmigo las escaleras y me vas a demostrar lo mucho que me amas. Tengo todo tipo de ideas."
Eva se acercó y pellizcó suavemente mi nuevo piercing.
"¿Tiene algo que ver con esto?" me preguntó ella con voz ronca, y me puso inmediatamente caliente.
"Diablos, claro que sí."

Estaba emocionado, y no sólo por eso, tenía una sorpresa para ella. Llevaba dos de sus cuadro mis brazos, así que los puse al lado de la puerta para así poder abrirla. Además, no quería que nada obstruyera mi visión del rostro de Eva cuando ella entrara en el apartamento. Giré el pomo lentamente y la abrí.

"Las damas primero," le dije, dando un paso atrás para dejarla entrar.

Eva me dio una pequeña sonrisa confusa y entró en la habitación. La seguí adentro y ni una sola vez aparté los ojos de su cara. En el momento en que vio el piano en medio de la sala de estar y una docena de rosas rojas encima, se quedó paralizada. Su boca se abrió y entonces caminó lentamente hacia el piano.
No respiré, no podía. Necesitaba que me dijese algo.
¿Me había equivocado al comprárselo?
Eva pasó los dedos sobre las teclas de marfil, luego alargó la mano y cogió la pequeña tarjeta que había dejado con las rosas.

Se limitó a decir: "Te quiero."
Cuando sus ojos se encontraron con los míos vi que estaba llorando. Se cubrió la mano con la boca y negó con la cabeza. Mierda... la había hecho llorar, no era eso lo que quería.
"No puedo creer que me hayas comprado un piano," dijo ella mientras intentaba respirar normalmente.
"Si no lo quieres no tenemos por qué quedárnoslo. Pensé que, puesto que me dijiste..."
"No te vas a llevar mi piano a ningún sitio," dijo interrumpiéndome. Una sonrisa se dibujó en su rostro y una pequeña risa salió de sus labios. "Me has conseguido un piano," dijo sacudiendo la cabeza como si no pudiera comprenderlo.
"Tú querías uno," le contesté.
Dejó la tarjeta en el piano y se paró delante de mí. Puso sus dos manos sobre mi pecho y me miró a la cara.
"Cage, voy a querer un montón de cosas, pero no quiero que me las compres. Lo que más quiero por encima de todo es a ti y te tengo. De alguna manera, me enganchó el famoso playboy Cage York y no tengo intención de dejarlo ir."
Sonriendo, me agaché y le toqué el labio inferior con la yema del pulgar.
"Entonces, ¿quieres decir que no tenía que haberte comprado este piano para sobornarte? Joder, nena, si lo hubiera sabido me habría ahorrado el dinero."
Eva se echó a reír y me dio una palmada en el pecho.
"Estoy tratando de ser dulce y te estás burlando de mí."
"Lo siento, no sabía que querías ser dulce. Tengo una idea, vamos a ducharnos, te dejo que me pruebes y veo lo dulce que eres."
"¿No vas a dejarme tocar mi piano por primera vez?" me preguntó ella, mirando hacia atrás con nostalgia a su regalo.

"No me importa que pruebes el piano, es bueno para mí también. Apuesto a que estás muy sexy sentada ahí."


viernes, 14 de marzo de 2014

CAPÍTULO 24



Cage

Estaba sentado en nuestra mesa en Live Bay y me parecía vacía. Todo me parecía vacío. Pensaba que si iba y le decía a Eva que la quería, haría algo. Low me hizo creer que Eva me quería, pero estaba equivocada.

Eva había elegido a su familia por encima de mí, otra vez y siempre lo haría.

"Sonríe, estás deprimiendo a todo el mundo," se quejó Rock mientras golpeaba con la cerveza la mesa.
"Gracias," le contesté.
"Nunca pensé que te vería con el corazón roto, nunca pensé que tú también fueses así. Tienes que salir de la zona de mierda, y no lo consigues."
Solté un gruñido y tomé un largo trago de la cerveza.
"¿Quieres bailar, Cage?"
Ni siquiera trato de recordar su nombre, era uno de los errores, tenía ya tantos... Sacudí la cabeza y tomé otro trago.
"Lo siento cariño, pero no es muy buena compañía en estos momentos," dijo Trisha disculpándose por mí.
"Si cambias de opinión..." empezó.
"No lo haré," le dije interrumpiéndola.
Ella captó la indirecta y se alejó. Ni siquiera la miré a la cara, eso ya me daba igual. Ninguna de ellas era Eva.
"¿Podrías dar un poquito menos de miedo?" me preguntó Trisha.
"No."
Rock se rió entre dientes.
"Déjalo, nena. Está curando su corazón roto y nunca había pasado por esto. Es una experiencia nueva para él."
"Es posible que desees advertir a Krit antes de que se tomen un descanso. No quiero que Cage y él se peleen, ya que él no puede mantener la boca cerrada."

No pertenezco a este lugar, no quiero estar aquí.
Puse dos billetes de veinte en la mesa y me levanté.

"Da igual, yo me voy ya. No quiero más diversión esta noche."
"No me gusta que estés solo. ¿Quieres que llame a Low?"
Low era la última persona con la que quería hablar. No entendía que esto no tenía una solución fácil.
"No, sólo quiero irme a casa y meterme en la cama. Tengo que ir al gimnasio por la mañana."
"Más tarde," dijo Rock guiñándome el ojo, me di la vuelta y me dirigí a la puerta.

Me di cuenta de que Jackdown había dejado de tocar y que la multitud se había quedado en silencio, eso era muy extraño. Me detuve y miré al escenario para ver qué era lo que había calmado a la gente.

"Hola," escuché la voz de Eva desde el escenario.
¿Qué mierda estaba pasando aquí?
"No, eh, no toco normalmente delante de la gente. En realidad, nunca he tocado en frente de otras personas que no sean mi familia."

Comencé a caminar hacia el sonido de su voz. Me abrí paso entre la multitud y mantuve mis ojos fijos en el escenario hasta que estuve lo suficientemente cerca para verla.
Estaba en medio del escenario con el pelo recogido en una cola de caballo y su guitarra sobre el pecho. Esos ojos azules que me habían enamorado me encontraron y una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

"Pero voy a tocar esta canción que he escrito para un chico increíble que cambió completamente mi vida y necesito que la oiga."

Ella iba a tocar y a cantar en frente de un bar lleno de gente.
Di otro paso hacia ella y empezó a tocar.

No quería verte pero invadiste mi mundo
Pusiste color a cada rincón de mi vida
No  quería tocarte pero entraste en mi interior
Conseguiste derretir el hielo
Hasta que mi pequeño y cerrado mundo interior se abrió en el mar
Me has demostrado que me quieres por la sonrisa en tu cara, la bondad en tus ojos y calor de tu piel
Un beso hace que todo lo malo se vaya
Me quieres por mi interior, el que nadie ve más que yo. Eres el hombre que escucha lo que mi corazón tiene que decir.
No quiero amarte pero es imposible no amarte.
Cada momento perfecto que paso en tus brazos me acerca más a ti, mostrándome que la vida aún no ha terminado, ya que su camino ha tomado un giro repentino y no lo vi venir cuando llegaste.
Nada me preparó para el regalo de una segunda oportunidad
Me han querido, pero lo único que importa ahora es que me quieres tú.
Me has demostrado que me quieres por la sonrisa en tu cara, la bondad en tus ojos y calor de tu piel.
Un beso hace que todo lo malo se vaya
Me quieres por mi interior, el que nadie ve más que yo. Eres el hombre que escucha lo que mi corazón tiene que decir.
Voy a pasar la eternidad en tus brazos si me crees cuando digo que...
Te quiero

El rugido de la multitud se redujo a medida que salté al escenario y la tiré en mis brazos.




Eva
Cage me cogió y me llevó fuera del escenario mientras el público aplaudía y le gritaba todo tipo de sugerencias. Siguió caminando hasta que llegó a la puerta de atrás. La abrió y me empujó hacia una habitación que parecía un vestidor. Había sofás de terciopelo rojo y grandes espejos que cubrían las paredes.
Al cerrar la puerta detrás de él, echa el pestillo. Se dio la vuelta y me apretó contra la puerta. Su boca cubrió la mía con un gruñido hambriento, envolví mis piernas alrededor de su cintura y me agarré a sus gruesos brazos.

Me había dejado jadeando por el beso, y enterró su cabeza en la curva de mi cuello.

"Joder, te quiero." Me reí, esa respuesta era muy suya.
"Yo también, te lo juro. Nunca debí haber dejado que te fueses, tenía miedo y fui una estúpida. Quiero hacer las paces contigo para el resto de nuestras vidas."
"¿Puedo decirte todas las maneras en las que podemos hacer las paces?" bromeé y pude sentir su sonrisa contra mi cuello.
"Qué traviesa," contestó.
Le pasé las manos por el pelo y bajé por sus brazos.
"Tocaste para mí," me dijo, levantando la cabeza para poder mirarme a los ojos.
"Sí que lo hice."
"Fue increíble." Me dio un beso en la línea de la mandíbula. "¿Vas a cantarme más veces?"
"Sí," le respondí, sin poder contener la risa.
"Me gusta esta falda," susurró mientras sus manos se deslizaban por mis muslos y cogían mi culo. "Me gusta mucho."

Sus manos se deslizaron por mi ropa interior, cuando se dedo se deslizó dentro de mí grité y él me cubrió la boca con la suya. Le devolví el beso con toda la necesidad y el deseo que había dentro de mí. Agarré su camisa mientras nos besábamos frenéticamente.
Cage me deslizó por su cuerpo y me levantó para que pudiera quitarle la camisa.
La dejé en el suelo y mi boca cubrió su pezón haciéndole gemir.


"Joder, Eva, voy a acabar agotado antes de mañana..." juró.


La idea me puso más loca. Había estado recordando lo increíble que era el sexo con Cage cada noche en su cama. Y ahora lo tenía aquí y era todo mío.
Me puse de rodillas para empezar a quitarle los vaqueros y luego los sacudí hacia abajo. Alargó la mano hacia mí y me cogió poniéndome otra vez contra la puerta. Metió la mano debajo de mi falda, arrancó mis bragas y las tiró a un lado.
Mi camisa acabó en el mismo lugar y su boca cubrió mi pezón mientras me levantaba contra la puerta y se deslizaba dentro de mí con un empujé rápido. Grité y Cage me besó con fuerza, metió la lengua en mi boca de la misma manera que empujaba dentro de mí.
Se quitó y me miró.


"Jooooder," gimió y levanté mis caderas para que me presionara más fuerte.
"Despacio cariño," dijo con los dientes apretados.
"Por favor, Cage quiero más fuerte."

Sus ojos brillaron, y empezó a hacer lo que le pedí mientras yo gritaba animándolo. Cada gemido de placer hacía que se volviera más salvaje, y quería que fuese salvaje.

"Oh dios, Eva," gimió mientras seguía más fuerte.
"Sí, sí, sí."
"Oh, nena," gritó y siguió tan fuerte que la puerta se movía con nosotros.
"Fuerte, fuerte, fuerte," le rogué.
"¡Aaah!"

Nuestros cuerpos estaban sudorosos y nuestra necesidad de liberación hizo lo demás. Ninguno de los dos se preocupaba por el hecho de que nos estaban oyendo. Sólo necesitábamos liberarnos.

"¡MIERDA! No tengo condón," gruñó Cage mientras se tensaba debajo de mí.
"No me importa, no pares," jadeé desesperadamente.
"¿Estás segura?" me preguntó mientras su cuerpo temblaba bajo mis manos.
"Por favor, dios, no pares," grité.

Cage soltó un rugido y siguió. Su grito de placer fue seguido del mío.
Recuperé el aliento y sonreí.


Había sacado al chico malo del mercado para siempre.

viernes, 7 de marzo de 2014

CAPÍTULO 23


Cage
"Ya que no has ido a la fiesta, la fiesta viene a ti," me gritó Preston mientras entraba en mi apartamento. Oí a cuatro mujeres reírse nerviosamente. Mierda.
Dejé mi cerveza en el mostrador y lo miré.
"Te dije que no me interesaba."
Preston tenía su brazo alrededor de una pelirroja y alargó la mano para agarrar sus tetas.
"Pero mira estas bellezas," me dijo guiñándome un ojo. "Son chicas traviesas de la universidad, nuestra clase favorita."
Estaba enfermo... le empujé y le señalé la puerta.
"Vete a otro lugar, Preston, no estoy de humor."
Una rubia vino hacia mí y apretó sus enormes tetas falsas contra mi brazo.
"Awww, no seas tan malo... puedo hacer que te sientas mucho mejor." Cuando la mano fue a tocarme más abajo, le espeté: "Os quiero fuera de mi apartamento, AHORA."
"Joder, Cage. Ya no eres divertido, tío."
No esperé a que se fuera, me fui a mi habitación y cerré la puerta. Ya había conocido a chicas como las que había traído, ellas no aceptan un no por respuesta.
"¿Al menos puedo usar la habitación de invitados? ¡Puedo estar con las cuatro!" me gritó Preston.
"¡NO!"

Oí murmurar mientras se iban. Una vez que la puerta se cerró detrás de ellos, me recosté en la cama y cerré los ojos.
Eva. Dios, la echaba tanto de menos... Me iba a dormir pensando en ella y me despertaba cada mañana chochándome con la realidad de que nunca más volvería a abrazarla.
¿Pensaba que yo la dejé? ¿Pensaba que era lo que quería? Me había dado su virginidad y de repente me fui. Mierda. ¿Cómo iba a vivir el resto de mi vida sabiendo que ella piensa eso sobre mí?
No me había llamado ni me había enviado ningún mensaje. Tal vez ya estuviera bien. Tal vez se diera cuenta de que cometió un error.
Le había dicho que la quería y no había sido capaz de mantenerla conmigo. Aparte de Low, nunca le había dicho a nadie que le quería.
Cogí mi teléfono y pensé en lo que me dijo Wilson, que no me pusiera en contacto con ella, pero tenía que asegurarme de que estaba bien.

Yo: Lo siento, me tuve que ir. Sólo quiero saber si estás bien.
Dudaba que me respondiera, pero tenía que intentarlo.
Eva: Yo también lo siento.
¿Qué significaba eso? ¿Lamentaba que me hubiese ido? ¿Lamentaba que su padre no me diera otra opción? ¿Lamentaba haber tenido relaciones sexuales conmigo?
Yo: ¿Qué es lo que sientes?
Eva: Todo.
Dejé caer el teléfono en la cama y cerré los ojos para protegerme del dolor.
……………………………………………………………………………..*.......................................................
"Sal de la habitación y mueve tu culo hasta aquí." Escuché a Low gritándome desde el salón. Necesitaba ocultar la llave de repuesto en un sitio mejor.
Me di la vuelta en la cama, me puse de pie y me arrastré hasta la cocina.
"¿Qué estás haciendo aquí, Low?"
Low me miró y negó con la cabeza.
"Tienes un aspecto horrible, necesitas ducharte y afeitarte."
"Gracias, pero si eso es todo lo que querías decirme me vuelvo a la cama," me quejé.
"No, eso no es todo. He venido porque tenemos que hablar."
Me apoyé en el mostrador y crucé los brazos sobre el pecho.
"Habla," le contesté.
Low se irguió para sentarse en la barra.
"¿Por qué te estás haciendo esto? ¿Por qué quieres consumirte en tu apartamento?"
Suspirando, me pasé los dedos por la cabeza.
"Ya te lo he dicho Low, su padre ha hecho esto."
"¿Cuándo alguien te ha hecho a ti algo? Cage siempre pone las reglas."
"Aunque me hubiese quedado, nunca llegaría a quererme, sólo me quería para una aventura de verano. Era una manera de distraerse."
Low negó con la cabeza.
"No me lo creo, cuando la conocí vi como te miraba. Ella no es el tipo de chica que te mira así por pura diversión."
"Ella me rechazó, Low. Cuando tuvo que elegir entre su familia y amigos, los eligió a ellos. Pero le perdoné eso, ya que ella es muy persuasiva. Me rechazó una vez y lo hará de nuevo. Cuando las cosas se ponga difíciles, ella nunca me eligirá."
"¿Y sabes eso porque ella se ha equivocado una SOLA VEZ? Tenía miedo, Cage."
No quería enfadarme con Low, nunca me había enfadado con ella, pero lo estaba provocando. No iba a ser capaz de controlar mis emociones sobre ella.
"LA QUIERO," le dije con la voz seria.
"Entonces, sigue tu propio consejo. DALE UNA OPORTUNIDAD."
Una oportunidad... eso le había dicho yo a ella con Marcus y había estado preocupada de que algún día la dejaría. Como yo, ella tenía miedo al rechazo, pero yo le había dicho que le diese una oportunidad a Marcus.

"La diferencia es que yo sabía que Marcus te quería," le contesté.
Low dio un paso hacia mí, "Y yo sé que tienes que darle una oportunidad, te has abierto del todo con ella y es totalmente imposible que no te quiera. No sabes lo especial que eres, tú sólo ves lo malo, es lo único que ves siempre, pero yo veo lo bueno. Y has dejado que Eva también lo vea, nunca antes habías dejado que nadie lo viese, excepto yo. Y sé que te quiere por lo que ha visto."
Las lágrimas corrían por el rostro de Low cuando terminó de hablar.
Cerré la distancia entre nosotros y le di un abrazo.
"Gracias," le susurré mientras descansaba mi barbilla en la parte superior de su cabeza.
"No me lo agradezcas, simplemente ve a por ella."


Eva

Iba hacia el granero justo cuando Elaine entraba con el coche. No la esperaba, pero eso no significaba nada, solía pasar a verme a menudo. Como Jeremy se había ido, venía a verme para hablar de él.
"Me alegra verte con la guitarra otra vez," sonrió.
Subí las escaleras del porche y abrí la puerta.
"Me alegra poder tocar de nuevo. ¿Quieres entrar?"
"Sí, quería venir a hablar contigo un poco."
Genial, otra vez. La última conversación me había causado muchos dolores de cabeza. Esta vez iba a recordar que no era una niña que necesitaba orientación pero sí una adulta que sabía usar su propia cabeza.
"Por supuesto, pasa."
Dejé el estuche de la guitarra en la mesa y fui a coger dos vasos de té dulce.
"Me ha dicho tu padre que el chico que os estaba ayudando se ha ido ya," dijo desde detrás de mí. Mi estómago se hizo un nudo. No quería hablar de Cage con ella, no podía, no lo entendería, nadie lo hizo.
"Sí, es verdad."
"Eso está bien, no era el tipo de chico que te conviene tener cerca.Hay muchos buenos chicos por ahí. Muchachos que serán buenos maridos y hombres educados."
Si no fuera la madre de quien era, le habría dicho donde estaba la puerta, pero le debía respeto y lo mejor era morderme la lengua. Asentí con la cabeza.
"¿Sabes? Chad ha estado preguntando mucho por ti. Hablamos cuando Jeremy viene a casa. Creo que está enamorado de ti."
Sonrió como si me estuviese contando un gran secreto. Ya sabía que a Chad le gustaba... Sus mensajes me estaban poniendo de los nervios, le dije a Jeremy que le dijera que parase.
"Va a heredar toda la tierra y la empresa constructora de su padre, ya sabes... es un buen partido."
Era un niño de mamá que se quejaba al ver que no se salía con la suya. Y además no me gustaba físicamente.
"Mmm," le contesté, tomando un gran sorbo de té.
Por favor, que se termine la conversación pronto.
"Chad y sus padres van a venir el fin de semana del Día del Trabajo, Jeremy también vendrá a casa. Pensé que tal vez te gustaría celebrarlo con nosotros. Será lo mismo que hacemos todos los años, costillas a la parrilla, mi ensalada de patata que tanto te gusta y mi guiso de judías.”
"Mmm, bueno, gracias Señora Elaine, pero todavía no sé lo que quiere hacer mi padre y..."
"Oh, está invitado también. No hemos estado todos juntos desde antes de que muriese Josh. Esto será bueno para todos nosotros."

Un portazo y un grito interrumpió nuestra conversación. Me levanté de un salto y salí corriendo al porche. Mi padre estaba bloqueando mi vista. No podía ver quién estaba grutando, pero sabía de quién era el coche, de Cage.
¿Qué estaba haciendo aquí?

"Oh, dios... ¿Qué esta haciendo ese chico aquí? ¿Debo llamar a la policía?"
"Sssh, no. No llames a nadie," le solté y volví mi atención a la calzada.
"Te dije que no volvieras por aquí, muchacho," rugió mi padre.
"No debería haberme ido. Quiero hablar con Eva. Nunca me deberías haber prohibido hablar con ella," respondió Cage.
¿Qué?
"Te di a elegir y elegiste tu carrera de béisbol antes que a ella. No eres lo suficientemente bueno para mi chica."
Cage dio un puñetazo en el capó del coche.
"No elegí nada, amenazaste con destrozarme la vida y mi educación. Nunca se trató de béisbol. ¡A la mierda el béisbol!"
"Entra en el coche y véte, no vuelvas. La próxima vez llamaré a la policía e irás a la cárcel. No te metas conmigo, porque protejo lo que es mío."

Los ojos de Cage me encontraron. No entendía lo que acababa de oír, no sabía lo que había pasado entre mi padre y Cage, pero ahora mismo no me importaba.
Lo vuelvo a mirar. Él estaba aquí y podía verlo, no se veía el tipo de chico que quería dejarme de lado.

"Te quiero, Eva Brooks. No me importa lo que te hayan dicho o lo que pienses de mí. ¡Te quiero!"


Todo y todos se desvanecieron. Cage estaba gritando que me quería y todos le estaban escuchando. Incluso mi padre.
No me podía mover, no sabía qué hacer, él me había dejado sin decir una palabra. Acababa de volver y me estaba diciendo que me quería. ¿Cuál era la verdad? El amor no funcionaba sin una explicación, me había roto el corazón.
Cage se dio la vuelta, abrió la puerta del coche y se metió dentro. Aturdida, le vi sacar el coche e irse. Lo dejé ir. ¿Por qué había dejado que se fuese?