Cage
Estaba sentado en nuestra mesa en Live Bay y me parecía vacía. Todo me parecía vacío. Pensaba que si iba y le decía a Eva que la quería, haría algo. Low me hizo creer que Eva me quería, pero estaba equivocada.
Eva había elegido a su familia por encima de mí, otra vez y siempre lo haría.
"Sonríe, estás deprimiendo a todo el mundo," se quejó Rock mientras golpeaba con la cerveza la mesa.
"Gracias," le contesté.
"Nunca pensé que te vería con el corazón roto, nunca pensé que tú también fueses así. Tienes que salir de la zona de mierda, y no lo consigues."
Solté un gruñido y tomé un largo trago de la cerveza.
"¿Quieres bailar, Cage?"
Ni siquiera trato de recordar su nombre, era uno de los errores, tenía ya tantos... Sacudí la cabeza y tomé otro trago.
"Lo siento cariño, pero no es muy buena compañía en estos momentos," dijo Trisha disculpándose por mí.
"Si cambias de opinión..." empezó.
"No lo haré," le dije interrumpiéndola.
Ella captó la indirecta y se alejó. Ni siquiera la miré a la cara, eso ya me daba igual. Ninguna de ellas era Eva.
"¿Podrías dar un poquito menos de miedo?" me preguntó Trisha.
"No."
Rock se rió entre dientes.
"Déjalo, nena. Está curando su corazón roto y nunca había pasado por esto. Es una experiencia nueva para él."
"Es posible que desees advertir a Krit antes de que se tomen un descanso. No quiero que Cage y él se peleen, ya que él no puede mantener la boca cerrada."
No pertenezco a este lugar, no quiero estar aquí.
Puse dos billetes de veinte en la mesa y me levanté.
"Da igual, yo me voy ya. No quiero más diversión esta noche."
"No me gusta que estés solo. ¿Quieres que llame a Low?"
Low era la última persona con la que quería hablar. No entendía que esto no tenía una solución fácil.
"No, sólo quiero irme a casa y meterme en la cama. Tengo que ir al gimnasio por la mañana."
"Más tarde," dijo Rock guiñándome el ojo, me di la vuelta y me dirigí a la puerta.
Me di cuenta de que Jackdown había dejado de tocar y que la multitud se había quedado en silencio, eso era muy extraño. Me detuve y miré al escenario para ver qué era lo que había calmado a la gente.
"Hola," escuché la voz de Eva desde el escenario.
¿Qué mierda estaba pasando aquí?
"No, eh, no toco normalmente delante de la gente. En realidad, nunca he tocado en frente de otras personas que no sean mi familia."
Comencé a caminar hacia el sonido de su voz. Me abrí paso entre la multitud y mantuve mis ojos fijos en el escenario hasta que estuve lo suficientemente cerca para verla.
Estaba en medio del escenario con el pelo recogido en una cola de caballo y su guitarra sobre el pecho. Esos ojos azules que me habían enamorado me encontraron y una pequeña sonrisa apareció en sus labios.
"Pero voy a tocar esta canción que he escrito para un chico increíble que cambió completamente mi vida y necesito que la oiga."
Ella iba a tocar y a cantar en frente de un bar lleno de gente.
Di otro paso hacia ella y empezó a tocar.
No quería verte pero invadiste mi mundo
Pusiste color a cada rincón de mi vida
No quería tocarte pero entraste en mi interior
Conseguiste derretir el hielo
Hasta que mi pequeño y cerrado mundo interior se abrió en el mar
Me has demostrado que me quieres por la sonrisa en tu cara, la bondad en tus ojos y calor de tu piel
Un beso hace que todo lo malo se vaya
Me quieres por mi interior, el que nadie ve más que yo. Eres el hombre que escucha lo que mi corazón tiene que decir.
No quiero amarte pero es imposible no amarte.
Cada momento perfecto que paso en tus brazos me acerca más a ti, mostrándome que la vida aún no ha terminado, ya que su camino ha tomado un giro repentino y no lo vi venir cuando llegaste.
Nada me preparó para el regalo de una segunda oportunidad
Me han querido, pero lo único que importa ahora es que me quieres tú.
Me has demostrado que me quieres por la sonrisa en tu cara, la bondad en tus ojos y calor de tu piel.
Un beso hace que todo lo malo se vaya
Me quieres por mi interior, el que nadie ve más que yo. Eres el hombre que escucha lo que mi corazón tiene que decir.
Voy a pasar la eternidad en tus brazos si me crees cuando digo que...
Te quiero
El rugido de la multitud se redujo a medida que salté al escenario y la tiré en mis brazos.
Eva
Cage me cogió y me llevó fuera del escenario mientras el público aplaudía y le gritaba todo tipo de sugerencias. Siguió caminando hasta que llegó a la puerta de atrás. La abrió y me empujó hacia una habitación que parecía un vestidor. Había sofás de terciopelo rojo y grandes espejos que cubrían las paredes.
Al cerrar la puerta detrás de él, echa el pestillo. Se dio la vuelta y me apretó contra la puerta. Su boca cubrió la mía con un gruñido hambriento, envolví mis piernas alrededor de su cintura y me agarré a sus gruesos brazos.
Me había dejado jadeando por el beso, y enterró su cabeza en la curva de mi cuello.
"Joder, te quiero." Me reí, esa respuesta era muy suya.
"Yo también, te lo juro. Nunca debí haber dejado que te fueses, tenía miedo y fui una estúpida. Quiero hacer las paces contigo para el resto de nuestras vidas."
"¿Puedo decirte todas las maneras en las que podemos hacer las paces?" bromeé y pude sentir su sonrisa contra mi cuello.
"Qué traviesa," contestó.
Le pasé las manos por el pelo y bajé por sus brazos.
"Tocaste para mí," me dijo, levantando la cabeza para poder mirarme a los ojos.
"Sí que lo hice."
"Fue increíble." Me dio un beso en la línea de la mandíbula. "¿Vas a cantarme más veces?"
"Sí," le respondí, sin poder contener la risa.
"Me gusta esta falda," susurró mientras sus manos se deslizaban por mis muslos y cogían mi culo. "Me gusta mucho."
Sus manos se deslizaron por mi ropa interior, cuando se dedo se deslizó dentro de mí grité y él me cubrió la boca con la suya. Le devolví el beso con toda la necesidad y el deseo que había dentro de mí. Agarré su camisa mientras nos besábamos frenéticamente.
Cage me deslizó por su cuerpo y me levantó para que pudiera quitarle la camisa.
La dejé en el suelo y mi boca cubrió su pezón haciéndole gemir.
"Joder, Eva, voy a acabar agotado antes de mañana..." juró.
La idea me puso más loca. Había estado recordando lo increíble que era el sexo con Cage cada noche en su cama. Y ahora lo tenía aquí y era todo mío.
Me puse de rodillas para empezar a quitarle los vaqueros y luego los sacudí hacia abajo. Alargó la mano hacia mí y me cogió poniéndome otra vez contra la puerta. Metió la mano debajo de mi falda, arrancó mis bragas y las tiró a un lado.
Mi camisa acabó en el mismo lugar y su boca cubrió mi pezón mientras me levantaba contra la puerta y se deslizaba dentro de mí con un empujé rápido. Grité y Cage me besó con fuerza, metió la lengua en mi boca de la misma manera que empujaba dentro de mí.
Se quitó y me miró.
"Jooooder," gimió y levanté mis caderas para que me presionara más fuerte.
"Despacio cariño," dijo con los dientes apretados.
"Por favor, Cage quiero más fuerte."
Sus ojos brillaron, y empezó a hacer lo que le pedí mientras yo gritaba animándolo. Cada gemido de placer hacía que se volviera más salvaje, y quería que fuese salvaje.
"Oh dios, Eva," gimió mientras seguía más fuerte.
"Sí, sí, sí."
"Oh, nena," gritó y siguió tan fuerte que la puerta se movía con nosotros.
"Fuerte, fuerte, fuerte," le rogué.
"¡Aaah!"
Nuestros cuerpos estaban sudorosos y nuestra necesidad de liberación hizo lo demás. Ninguno de los dos se preocupaba por el hecho de que nos estaban oyendo. Sólo necesitábamos liberarnos.
"¡MIERDA! No tengo condón," gruñó Cage mientras se tensaba debajo de mí.
"No me importa, no pares," jadeé desesperadamente.
"¿Estás segura?" me preguntó mientras su cuerpo temblaba bajo mis manos.
"Por favor, dios, no pares," grité.
Cage soltó un rugido y siguió. Su grito de placer fue seguido del mío.
Recuperé el aliento y sonreí.
Había sacado al chico malo del mercado para siempre.
Había sacado al chico malo del mercado para siempre.
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