Cage
Maldita sea, había hecho la cama… ¿Por qué estaba haciendo esto?
Había trabajado duro para sacármela de la cabeza durante tres días muy largos.
Había necesitado un montón de whiskey y mujeres… y no había funcionado. La
única forma en la que había sido capaz era cerrar los ojos y fingir que eran
Eva. Decir su nombre en voz alta no había ido bien con las chicas que no
estaban suficientemente bebidas como para darse cuenta de que no estaba
mentalmente con ellas.
Todo estaba colocado bien y había un plato de comida en la mesa
cubierto con papel de aluminio para mantenerla caliente.
Pensé que sólo tenía que aguantar hasta el sábado por la noche,
entonces me habría ido de nuevo durante tres días enteros. El entrenador me
había dicho que tenía que entrenar con el equipo del domingo al martes, así que
ahora tendría que trabajar aquí de miércoles a sábado.
Wilson le había dado al entrenador Mack un buen informe y estaba
siendo recompensado por mi buen comportamiento.
Cuando Eva había venido antes casi me había agrietado… la única cosa
que me mantuvo fuerte para mirarla había sido su imagen con el otro chico. Había
dejado que él la tocase y le ayudase a subir al Jeep. Él era lo suficientemente
bueno, yo no podía hacer eso con ella.
No quería ser el secreto de Eva, las cosas habían sido diferentes con
ella… sentí muchas cosas, había sido real, quería más, muchísimo más.
Le quité el papel de aluminio al plato y el olor de la carne y el
maíz me golpearon, estaba hambriento… La imagen de Eva cocinando y preparando
el plato para traérmelo me encogió el pecho. Dios… esto iba a ser muy difícil.
Por suerte, había aprendido hace mucho tiempo que el instinto de
conservación era la única manera de sobrevivir con el alma intacta o tal vez
había perdido el alma ya. Dudaba que Dios permitiera que alguien como yo
tuviera algún regalo de Él. Era muy probable que hubiera nacido sin ninguno.
…………………………………………….*……………………………………………………
El agua del lago se estaba calentando con estos días, pero se estaba
un poco más fresco que en el calor de fuera, ya que era tan espeso que hacía
difícil respirar profundamente. Metí la cabeza y empapé mi pelo.
El sonido de un portazo me llamó la atención y salí a la superficie.
Me di la vuelta y vi a Eva caminando hacia mí. Mierda… ¿Qué estaba haciendo?
Había hecho todo lo posible para que me dejase en paz. Su largo cabello castaño
estaba por su espalda y el estómago estaba al aire. Llevaba un top pequeño rojo
y esos pantalones tan cortos hicieron que se me fuese la sangre hacia abajo.
Debería volver a la cabeza o ignorarlo, pero estaba tan condenadamente preciosa
que era muy difícil.
Se detuvo en la orilla y comenzó a quitarse el top. ¿Qué coño…?
Llevaba un sujetador de encaje rojo y aunque debería estar aliviado, era todo
lo contrario. Estaba jodidamente sexy. Cuando sus manos se dirigieron a sus
pantalones, abrí la boca para detenerla pero no me dio tiempo. Unas bragas de
encaje a juego con el sujetador me hizo que me quedara sin habla.
“Tú vas
a hablar conmigo,” me exigió, entrando en el agua.
Quería discutir con ella, pero estaba con esa ropa tan sexy que no
podía articular ninguna palabra.
“¿Dónde
estabas?” me preguntó mientras cerraba el espacio entre nosotros.
No podía olvidar. Ella tenía el poder para romperme y nunca nadie
había tenido ese poder. Si la dejaba entrar más de la cuenta me podría destruir
por completo. Yo era débil, no podría estar más débil… me había rechazado ya.
¿Por qué estaba tan condenadamente decidida a hablar conmigo ahora? Nunca había
sido rechazado por nadie, era yo el que rechazaba. No le iba a dar la
oportunidad a alguien para que decidiese que no era lo suficientemente bueno
para ella.
“Si
antes no ha sido asunto tuyo, ¿ahora por qué sí lo es, cariño?” dije
arrastrando las palabras en un tono aburrido.
Se puso rígida y paró. Bien… si ella se acercaba demasiado iba a
cogerla y a olvidar todo sobre que no era lo suficiente bueno para ella. Estaba
avergonzada de mí.
Me aferré a ese pensamiento como sus pechos estaban jugando con el
agua. Necesitaba bromear conmigo mismo.
“¿Por
qué eres así?” me preguntó. El dolor en su voz abrió una grieta
en mi pared. Tuve que alejarme de ella antes de cometer un error.
“Sólo
estoy siendo yo.”
Ella frunció el ceño, “Ese no
eres tú, tú no eres así de frío.”
Apreté los puños bajo el agua para no ir a cogerla y tirar su dulce
cuerpo contra el mío y saborearla. Otro recuerdo más para cuando me fuese.
Ella me rechazó y lo haría de nuevo.
“¿Qué
quieres, nena? ¿Quieres que me encargue de ese cuerpo tan caliente con el que
vienes provocando? Sé siente tan bien… ¿Quieres todos mis dedos o quieres que
me meta dentro de ti ahora? ¿Quieres saber lo que siente al follar con un chico
malo? Es muy muy bueno o eso me han dicho. Siempre quieres más.”
“Cage
no hagas esto,” dijo ella medio ahogándose.
“¿Que
no haga qué? ¿Decirte la verdad sobre mí? He estado fingiendo todo este tiempo.
Es por eso que puedo mantener a salvo tu pequeño y sucio secreto. Estoy
acostumbrado a esto, Eva. He estado con un montón de mujeres salvajes.”
“Basta
ya, eso no es lo que eres.”
Dí un paso hacia ella mientras mi corazón se me clavaba en el pecho
dolorosamente. Las lágrimas que llenaban sus ojos era lo único que podía
soportar. Me odiaba a mí mismo por decir toda esa mierda.
“Sí,
nena, sí lo es. Pero no te preocupes… estaré bien. He sido rechazado por ti y
has venido corriendo. Varias niñas calientes de la universidad me hicieron
sentir mejor este fin de semana.”
Antes de que pudiera llegar lo más lejos posible, se dio la vuelta y
corrió hacia la orilla. El dolor en mi pecho se hizo insoportable… me agaché y
puse las manos en mis rodillas. MIERDA, CÓMO DUELE…
El Jeep volvió a la vida y lo escuché mientras se alejaba.
Me levanté, eché mi cabeza hacia atrás y grité: “HIJO DE PUTA” mientras caía el sol a plomo sobre mí, burlándose de
mí y de mi vida.
Eva
Josh se había ido, Jeremy se había ido y Cage había desaparecido. No
tenía a nadie y no podía soportarlo. Necesitaba hacer que el dolor
desapareciera. Había estado tan triste que mantenerme alejada de Cage el resto
de la semana había sido la única manera de poder tratar con el dolor. Incluso
entonces todo lo que podía hacer era llorar.
Había estado con otras chicas… quería creer que estaba mintiendo sólo
para hacerme daño, pero sabía que no era así. Había visto la sinceridad en sus
ojos.
La idea de que alguien lo tocara y sentir las manos por todo su
cuerpo, me daba náuseas. No podía soportarlo, necesitaba olvidar, tenía que
lavar esa imagen de mi cabeza.
El dolor sólo fue empeorando… él pensó que yo lo había rechazado y de
alguna manera, así era, estaba en lo cierto. Me merecía esto, pero dolía tanto…
Aparqué mi Jeep en Nelly, era el único honky-tonk (bar-karaoke) de la
ciudad, también era el único lugar donde podías beber algo. Necesitaba beber y
el alcohol era la única cosa que me funcionaría.
Había sacado la mini falda vaquera que a Josh tanto le gustaba y me
la había puesto como fuente de consuelo. Completé mi atuendo honky-tonking con
botas de vaquero y un top negro brillante. Iba a bailar con los hombres
atractivos y a beber tequila suficiente para hacer que el dolor desapareciese.
Cage puede haberme echado de su lado una vez que se cansó de mí, pero
muchos chicos estarían encantados de tener mi atención.
Abrí la puerta, cuando entré el bar estaba lleno de humo. Busqué a
Becca, me mandó un mensaje y me dijo que viniera a reunirme con ella para
divertirme. La encontré por su forma de bailar, estaba con un chico que llevaba
un sombrero negro y unos vaqueros ajustados. Becca estaba frotando cada parte
de su cuerpo con el suyo mientras la banda tocaba una vieja canción country.
Nelly estaba en el bar y fui a por mi primer trago.
“No he
visto a Jeremy aquí desde que vino a recogerte cuando te pusiste tan borracha.”
Fruncí el ceño. ¿Todo el mundo en este pueblo tenía que meter las
narices en mis asuntos?
“Necesito
un trago, Nelly,” le dije mientras me sentaba en un taburete vacío
delante de ella.
Suspiró.
“Muy
bien chica, reconozco que ahora eres una mujer.”
Cogió un vaso, me echó tequila y me lo pasó.
“¿Quieres
limón y sal?”
“No,
así está bien,” le respondí y me lo tomé.
El calor me quemó hasta el fondo de la garganta. Dejé el vaso y lo
empujé de nuevo hacia ella.
“Tranquila,
cariño,” me reprendió y me llenó el vaso de nuevo antes de pasármelo.
“Sólo
necesito dos para soltarme.” Cogí el vaso y me lo bebí
rápidamente. Me quemó menos que antes.
“¿Esto
es porque Jeremy se ha ido?” me preguntó Nelly, apoyando los
codos en la barra y observándome.
Su largo pelo negro estaba salpicado de gris y lo llevaba recogido en
una coleta. La vida no había sido buena con ella y aunque tendría cuarenta y
tantos parecía más mayor. Tenía la piel cuarteada y dura.
“No,
esta vez no es por él,” le informé pasándole el vaso otra vez. “Sólo uno más,” le dije.
“Soy yo
la que tengo que llamar a Jeremy luego si terminas por los suelos…”
“No me
voy a emborrachas, te lo prometo. Sólo necesito pasármelo bien, Nelly.”
Sus labios arrugados se fruncieron y me echó más. No esperé a que me
lo diera, me acerqué, lo cogí y me lo bebí. El entumecimiento comenzó a poner a
Cage en segundo lugar. Perfecto.
Le sonreí a Nelly y la hubiera besado en la mejilla si pudiera llegar
hasta ella. Había sido la que me había aliviado el dolor después de que Cage me
rechazase.
Me puse de pie y tuve que pararme un segundo para mantener el
equilibrio, ya que la habitación se movía un poco. Una vez que lo logré, fui a
la pista de baile y me puse a bailar yo sola, no necesitaba un hombre.
“Eva
Brooks, creo que has estado bebiendo,” escuché una voz familiar,
arrastrando las palabras y levanté la mirada del suelo y me encontré con los
sonrientes ojos marrones de Mark Ganner. Jugaba con Josh en la escuela
secundaria, podía coger la pelota siempre, da igual que el tiro fuese malo.
“Mark,”
le dije sonriéndole, contenta de ver a alguien a quien conocía.
“Te ves
muy bien, Eva.”
Le extendí la mano, le agarré el brazo y me apoyé en él un poco. Mis piernas
todavía estaban un poco adormecidas.
“¿Quieres
bailar?” me preguntó.
“¡Sí!”
Mark se rio y me tomó en sus brazos, le agradecía el apoyo.
“¿Qué
has estado haciendo?” me preguntó mientras nos movíamos juntos
con la música.
“Nada,
tratando de averiguar qué pasa después.”
Mark asintió y dijo: “Sí.”
La canción cambió y tuve más control sobre mi cuerpo, ya que el
tequila había pasado un poco a través de mí. Eché la cabeza hacia atrás, me reí
y comencé a mover mis caderas seductoramente contra Mark. El interés en sus
ojos se sentía vacío. Por otra parte, yo me sentía vacía, así que daba igual.
“¡EVA!”
chilló Becca mientras se acercaba a mi lado. “Mira, si estás borracha y bailando con Mark. Estoy muy orgullosa de
ti,” me vitoreó.
“Pórtate
bien con ella, Mark.”
“Está
en buenas manos,” le aseguró Mark a Becca. Ella se rio, nos guiñó
el ojo y siguió bailando.
“Entonces,
¿vosotras dos seguís en contacto?” me preguntó.
“Sí,
claro. Ella siempre aparece, es la única amiga valiente que tengo que viene a
visitarme.”
Mark frunció el ceño y pude ver la pena en sus ojos, odiaba la pena…
Cage nunca me había mirado con lástima.
“Necesito
otro trago, ¿me lo puedes conseguir? Nelly está siendo tacaña conmigo esta
noche.”
Menos mal que tenía a Mark.
“Sí,
claro, ahora vuelvo.”
“¿Me
podrías traer dos?” le pregunté mientras él se dirigió al bar.
“Por
supuesto.”
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