lunes, 11 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 7

Cage

Su sonrisa era jodidamente hermosa. Por no hablar de que su risa era preciosa y me hubiera gustado grabarla para escucharla más tarde. El hecho de que la estaba haciendo reír hizo todo que todo lo demás pareciera menos importante.

“Me estaba asegurando de que no estuvieses en la ducha ni al teléfono,” me explicó.

Claro… eso es lo que había estado haciendo mientras se quedaba a las sombras del granero y me di cuenta de que estaba escuchando detrás de la puerta. Había tomado toda mi fuerza de voluntad para no estallar en carcajadas.

“¿No ibas a entrar si hubiera estado en la ducha? Ya has visto mi culo desnudo.”
Eva volvió a sonrojarse. Ella debe haber tenido una buena vista.
“Tengo que volver a casa,” dijo y comenzó a irse de nuevo hacia la puerta.
“Por favor, no te vayas. No voy a burlarme nunca más, te lo prometo.”

Quería que se quedara, quería conocerla y quería que confiara lo suficiente en mí como para decirme la verdad sobre el anillo.
Pude ver la indecisión en su cara, esa era una buena señal, ya que decía que una parte de ella quería quedarse aquí.

“¿No estás cansado?” me preguntó.
Estaba muy cansado, pero no estaba dispuesto a renunciar a ella de momento.
“En realidad no, estoy solo. Todos mis amigos están a una hora de distancia. Necesito un amigo aquí.”
Eva se acercó y se sentó al final de la cama, se iba a quedar.
“¿Me estás pidiendo que sea tu amiga, Cage York?”
No exactamente… pero por ahora, podríamos ser amigos.
“Supongo que sí.”
“¿Por qué me quieres de amiga? No me he portado muy bien contigo desde que llegaste.”
Porque me fascinas… pero ella no estaba preparada para escuchar eso todavía.
“Tienes que lavar las sábanas más a menudo.”
“No me controles. Tú sabes dónde está el jabón y el agua, ¿no?” disparó hacia mí.
Ella realmente era una estúpida cuando quería.
“Bueno, en ese caso, voy a tener que conseguir a una mujer a la que le guste lo suficiente como para que me ayude.”

Pude ver por su expresión que ella pensó que estaba bromeando. No estaba bromeando la verdad. Realmente tenía la intención de llamar a Low y que se pasase por mi casa para coger unas sábanas limpias y un par de toallas, también necesitaba un poco de champú y jabón. Estaba cansado de lavarme el pelo y el cuerpo con el detergente que había encontrado debajo del fregadero de la estación de alimentación.

“Buena suerte con eso,” me dijo.
Me terminé la cena y abrí la bolsa de patatas fritas antes de inclinarme contra la pared y apoyar las piernas en la cama.
“Tal vez te sorprenda lo que puedo bregar hacia arriba.”
Eva rodó los ojos y se movió para enfrentarme.
“¿Tu ego no conoce límites?”

Cogí otra patata y la mastiqué lentamente, disfrutando de la grasa. Eva me observó mientras masticaba. Sus ojos bajaron hasta mi cuello. ¿Qué estaba buscando en mi cuello? La punta de su lengua se lamió el labio inferior. Bueno, maldita sea… no era tan fuerte.
Dejé la bolsa de patatas fritas en la cama, y giré mis piernas de nuevo hasta el suelo. Sus ojos se abrieron con sorpresa y levantó la mirada. Me puse frente a ella y agaché para tomar su mano y tire de ella hasta que se puso de pie. Gentilmente la tiré contra mí, antes de que tuviera tiempo para pensar o negarse. Cubrí sus labios rojos y regordetes con los míos.
Estaba rígida en mis brazos por un momento. Sus labios se aflojaron y empezó a besarme de nuevo con impaciencia. Le mordí un poco el labio superior y le di pequeños besos en el labio inferior y lamí cada esquina de su boca. Cuando suspiró, me aproveché y deslicé la lengua dentro de su boca, dios… era más dulce de lo que imaginaba. Ella sabía a limonada y sol. Su lengua se unió a la mía, y por primera vez en mi vida, se me doblaron las rodillas. Puse mis manos alrededor de su cintura y las dejé en las caderas. Quería explorar su cuerpo, pero no estaba seguro de que ella estuviera lista para llegar más allá.
Poco a poco sus manos se deslizaron por mi pecho sobre el algodón suave de mi camiseta. El gemido suave que escapó de su boca fue mi perdición. Mis manos se deslizaron hasta sus costillas y cogí sus pechos. Sus pezones estaban muy duros, pero eso no era suficiente… necesitaba más. Empecé a levantarle el dobladillo de su camisa mientras ansiosamente le daba besos a lo largo de la línea de la mandíbula y le mordisqueé la oreja.

“Cage, no.”
Me quedé helado…joder. Me quedé quieto y me alejé de ella. El olor de su piel y el sabor de sus labios se aferraron a mí. Cerré los ojos y respiré hondo. Esto no era suficiente, necesitaba más distancia.
“Entonces, vete,” le contesté respirando entrecortadamente.
“Lo siento.”
“No lo sientas. Sólo necesito que te vayas,” me las arreglé para decir.

Una vez que la puerta se cerró detrás de ella, me di la vuelta y abrí la cortina de la ducha, metí la mano y puse el agua fría.


Eva

Ya no tenía sueño. Cada vez que cerraba los ojos todo lo que podía ver era el beso. Entonces todo cambiaba y estaba besando a Josh. No era tan apasionado y tan loco… no se había sentido tan perversamente delicioso.
Josh había sido perfecto y bueno. Me había amado a mí y sólo a mí. Cage no era nada bueno y estaba muy lejos de ser perfecto, excepto por su apariencia externa. A Cage le encantaban las mujeres, él no me quería. Jamás amaría a nadie. El beso de Cage había sido lo más alucinante que jamás había experimentado.
Me quité la sábana de encima y me di por vencida, ya que quería dormir hasta tarde. Cogí unos pantalones cortos y una camiseta de manga corta de mi armario y fui a mi cuarto de baño. Cage se iría hoy. ¿Debería dejar que se fuese sin decirle nada o hablar de esto ahora? ¿Debería acabar de una vez en lugar de pensar en ello todo el día?
Una vez que estaba duchada y vestida, me dirigí afuera. Había un coche estacionado en la calzada, seguro que venía a recoger a Cage. Me dirigí al granero y me di cuenta que la camioneta que utilizaba para el trabajo no estaba. ¿Había ido a hacer algo antes de irse?
La puerta del establo se abrió y salió una pelirroja muy guapa. Llevaba lo que parecía ropa de cama y toallas. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, sonrío y comenzó a caminar hacia mí. La falda corta que llevaba mostraba un par de piernas realmente increíbles. La odiaba. Ella se acercó lo suficiente para que pudiera verle el color verde de sus ojos, y ahora sí que la odiaba. ¿Quién era y por qué estaba en mi granero?

“Hola, soy Willow, una amiga de Cage. Le traje sábanas limpias y algunas toallas. Pensé en coger los otros y lavarlos hoy en casa. Los podrá traer de vuelta esta noche. Así puede tener un juego extra.”

Él no había estado bromeando con lo de obtener ayuda, pero yo había estado bromeando acerca de no lavarle las sábanas. Iba a cambiarlas hoy y a asegurarme de que tenía suficientes toallas y paños para la semana. Y me irritaba que esta chica se me hubiera adelantado. Normal… Cage tenía a las mujeres hermosas a su disposición. ¿A quién estaba engañando? Si yo lo rechazaba tendría a otra esperando esa oportunidad.
Había perdido el sueño por él y Cage había estado ocupado llamando a su “amiga” para que le cambiase las toallas y las sábanas. ¡Ugh!

“Me quedo con las sábanas, no me importa lavarlas. Las iba a lavar hoy durante su ausencia.” El tono molesto en mi voz no le pasó desapercibido.
Un gesto de preocupación arrugó su frente.
“Oh, lo siento. Supongo que no debería molestaros. Él me llamó y me preguntó si me importaría llevarle algunas cosas que necesitaba y mencionó las sábanas. Pensé que mientras esperaba a que alimentase a las vacas podía cambiárselas.”

Ella era demasiado atractiva para ser la llamada rápida de un chico como Cage. ¿La chica no tenía ningún valor propio? Su padre debería haberle enseñado que era más que el felpudo de cualquier hombre. La cara y el cuerpo de Cage probablemente hacía que las niñas hicieran lo que él quisiera, pero esta chica no… Yo no me convertiría en otra de sus muchas fans, yo sí tenía orgullo.

“Estoy segura de que Cage las habría podido cambiar por sí mismo,” le dije y cogí las sábanas de sus brazos.
Willow se rio.
“Piénsalo si quieres, pero lamentablemente ha crecido acostumbrado a que las mujeres cuiden de él. Esto son adversidades para él. Por supuesto, necesitaba esta llamada de atención. Cualquier cosa para conseguir que deje de conducir borracho.”

Ella sí que sabía mucho sobre él. ¿Estaban mucho tiempo juntos? No parecía el tipo de hombre que mantiene a una chica cerca mucho tiempo, o tal vez ella conocía las reglas y estaban bien. Una vez más, su padre debería haberle enseñado mejor. El sonido de la camioneta me sobresaltó y paró junto al granero. Willow sonrió y saludó con la mano mientras Cage salía. ¿Por qué estaba sin camisa ya? Eran las ocho de la mañana, lo único que había hecho era alimentar a las vacas.

“Low, ¿me has traído las cosas?” gritó mientras se dirigía hacia nosotros.
“Sí, lo he puesto todo en la habitación, incluso te he hecho la cama. Está todo agradable y limpio.”
“¿Y la camisa?”
Willow asintió.
“Sí, está en la cama.”

Se detuvo frente a Willow, le dio un abrazo de oso y enterró su cabeza en la curva de su cuello. Ella le palmeó la espalda y se rio de algo que él masculló contra su cabeza llena de pelo. No me sentía con fuerzas de ver eso, así que empecé a darme la vuelta y a caminar de vuelta a la casa con los brazos llenos de ropa sucia.

“Eva, espera. ¿Conoces a Low?”
Genial, quería presentarnos. ¿Qué iba a decirle? Que lo había estado besando anoche y que ahora sería ella la que lo besaría y más cosas hoy.
“Sí.” Le respondí con toda la frialdad posible.
Cage frunció el ceño y miró a Low, como si tuviera la respuesta de por qué yo estaba molesta.
“Está bien, me voy. Nos vemos esta noche. Ya he alimentado a las vacas, todo estará bien.”

Con una inclinación de cabeza, me di la vuelta y caminé lo más rápido posible hasta la casa. ¿Por qué estaba así? Si no teníamos nada…
Lancé las sábanas a la lavadora y fruncí el ceño como si ellas tuvieran la culpa. La estúpida pelirroja tenía que venir, le había cambiado las sábanas y le había comprado toallas y paños porque a mí se me había olvidado darle más.

Gran trabajo, Eva.

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