lunes, 30 de septiembre de 2013

CAPÍTULO 2

Cage

Esta no puede ser mi habitación. Era del tamaño del armario de mi habitación del apartamento. Había una cama doble. En el lado opuesto había una mesita pequeña y redonda, apenas tenía espacio suficiente para pasar entre el lado de la cama y la pared. En el otro extremo de la habitación había una ducha. El suelo era de cemento, había un desagüe en la esquina y una pequeña ducha salía de la pared. Una simple cortina azul era la única barrera que había entre la ducha y la cama. Estaba bastante seguro de que iba a mojar la cama. Mi teléfono comenzó a sonar en el bolsillo y lo saqué para ver que era Low quien llamaba.

“Hola cariño,” le contesté mientras me dejaba caer en la cama. Sorprendentemente, el colchón no era malo.
“Así que, ¿cómo va todo? ¿Son agradables?”
Sólo escuchar la voz de Low me hizo sentir mejor, no tan solo.
“Sólo he conocido a la hija del tipo y al vecino de al lado.”
“Oh, ¿algo así como la hija de un granjero?”
El tono de burla en la voz de Low me hizo reír. Sí, era la hija de un granjero pero no era lo que estaba pensando Low.
“Es la hija de un grajero pero ella me odió desde la primera vez que me vio. Suena loco, lo sé, yo pensé que ninguna mujer me podía odiar antes de que olvidase su nombre por la mañana.”
“¿Ella te odia? Eso es… extraño.” La voz de Low se calló como si estuviera reflexionando profundamente.
Me llamó la atención el fuerte sonido de la puerta del establo al abrirse.
“Low, me tengo que ir bebé. Creo que el viejo hombre está aquí.”
“Está bien, mejora tu comportamiento.”
“Siempre,” le contesté antes de colgar y deslizar mi teléfono en el bolsillo.
“¿Hola?” gritó una voz profunda.

Salí del pequeño cuarto de las escobas que me habían asignado y me dirigí hacia la voz. Al darme la vuelta en la esquina, me detuve en seco. El tipo era enorme, por lo menos 300 kilos de duro músculo. El sombrero de vaquero de paja que llevaba ladeado en la cabeza me mostró que era completamente calvo.

“¿Eres Cage York?” me preguntó.
Su expresión seria me recordó mucho al entrenador, aunque no era tan grande.
“Sí,” le contesté, y los ojos del hombre se estrecharon y dio un paso hacia mí.
“Muchacho, ¿tu padre no te ha dicho que es de mala educación no respetar a tus mayores? Esperaba que me respondieses con un sí señor. ¿Entendido?”
¿En serio? ¿Quién demonios se creía? Esto no iba a funcionar nunca.
“Cuando te hago una pregunta espero una respuesta,” me gruñó el gigante.
Bien, le daré una maldita respuesta.
“No.”
Su ceño se hizo más profundo y la molestia brilló en sus ojos. Tenía mucho en juego en este maldito trabajo, pero no me iba a comportar así.
“No, ¿qué?” me preguntó lentamente.
“No, mi papá sólo me enseñó que sus malditos puños eran más grandes que mi madre,” respondí con una mueca de desprecio en la voz.

La furiosa mueca en su cara no cambió, no lo había esperado pero tampoco había esperado contarle eso. Me había salido solo. Sólo había hablado de mi familia con Low cuando éramos jóvenes y todavía me afectaba.
Vi como él levantó la mano y se frotó la mandíbula, no puso ni una sola vez los ojos sobre mí. Estaba deseando que acabara esta reunión y que me dijera qué era lo que tenía que hacer exactamente.

“Mack quiere ayudarte. Confío en su juicio, pero escúchame bien: en mi propiedad no beberás ni tomarás drogas cuando conduzcas. Eso fue una estupidez, chico. Fue más que una estupidez. Te advierto sobre todo que te mantengas alejado de mi hija. Está completamente fuera de tus límites, ¿me entiendes?”
Considerando que Eva me odiaba, el hombre no tenía de qué preocuparse. Además, ninguna chica valía tanto la pena como para joder mi futuro. No cuando había más chicas disponibles dispuestas a disfrutar.
“Sí, no quiero perder mi beca,” le respondí con honestidad.
Me tendió la mano.
“En ese caso, soy Wilson Brooks. Ahora, mueve el culo y vamos a trabajar.”


Eva

“Ese es el tipo de chicos que quiero que se mantengan alejados de ti,” dijo mi padre a modo de saludo mientras abría la puerta y entraba en la cocina.
Puse los ojos en blanco y volví con las pechugas de pollo que iba a freír para la cena.
“No tiene la misma educación que yo te he dado a ti y es arrogante, no tiene respeto por la autoridad. Va por el camino equivocado.”
Papá puso su sombrero sobre la mesa y se acercó a coger un vaso de dulce té helado.
“No me quedé impresionado por él. Le paré los pies.”

Yo no quería volver a verlo. Tenía la compañía de Jeremy hasta que conociera y se enamorara de una chica, me gustaba tener un compañero para hacer cosas. La familiar punzada en el pecho me recordó que él tenía que volver a su vida. Odiaba que lo dejara todo para cuidar de mí, siempre estaba muy preocupado por mí. Sabía con certeza que Chelsea Jacobson estaba enamorada de él. Tenía que hacer algo para empujarla en su dirección.

“Mmm,” murmuró papá mientras se sentaba en el extremo de la mesa de la cocina.
“Sé que no estás buscando un chico Eva, pero cariño, eres una mujer. Un día tendrás que abrir tu corazón de nuevo.”
“Papá, no, por favor. No volvamos a hablar de eso. ¿De acuerdo?”
Con un profundo suspiro, finalmente asintió. Cogió su sombrero y lo colocó de nuevo en su cabeza calva.
“Es en estos momentos cuando creo que cometí un error por no haberme casado de nuevo. Tal vez hacía falta una madre después de todo, porque ahora mismo no sé qué hacer para solucionar este problema, mi niña pequeña.”
Puse el último pedazo de pollo en el plato y me lavé las manos bajo el grifo. Luego me tomé un tiempo extra-largo lavándome los dedos con jabón antes de volverme hacia mi padre.
“Tú eres suficiente, no digas eso. Estoy feliz tal y como están las cosas. No necesito que nadie ocupe el lugar de Josh. No quiero a alguien que ocupe su lugar. ¿De acuerdo?”

Papá cerró la distancia entre nosotros y me dio un abrazo rápido y fuerte antes de girarse y salir de la cocina. Sabía que mi falta de interés por salir con otros chicos y seguir adelante le molestaba, pero no podía. No lo haría, Josh había sido mi futuro y ahora él ya no estaba.
La puerta se abrió de nuevo, no esperaba a Jeremy esta noche para cenar, pero había hecho suficiente por si acaso. No era Jeremy, era él.
Cage levantó las manos como si quisiera decir que venía en son de paz. La sonrisa fácil de antes se había ido. Él no me miraba como si me quisiera morder, en cambio parecía desinteresado.

“Sólo necesito un trago. Tu padre me envío aquí y me dijo que te preguntase, pero si estás ocupada me puedo ir.”
¿Era el mismo chico de antes? Me obligué a no parecer sorprendida, me volví a coger un vaso del armario y se lo di.
“Tengo una jarra de agua con hielo en la nevera. Tenemos un pozo aquí y el agua de un pozo sabe mejor cuando está fría.
Él asintió con la cabeza.
“Gracias.”

Me di la vuelta y miré la temperatura del aceite en la estufa. El sonido de Cage tragando agua, me hacía imaginar sus músculos de la garganta, cerré los ojos con fuerza y traté de detener mi imaginación.
Escuché mientras abría la nevera y se servía un poco más de agua. A continuación, una vez más, se la bebió rápidamente. El silencio que había en la cocina sólo intensificaba más el sonido de su bebida.

“Esto está mejor. Tenía muuucha sed. Gracias por el vaso y por el agua,” Cage caminó hacia el fregadero.
“¿Quieres que lo friegue o prefieres hacerlo tú?
“Uh, puedo hacerlo yo,” balbuceé, totalmente desequilibrada debido a su comportamiento.
“Gracias, pero no me importa fregarlo.”
“No, de verdad que puedo hacerlo.”

La puerta de la cocina se abrió de nuevo y estuve muy agradecida por la interrupción de Becca Lynn, llegó botando con sus rizos rubios y todas esas sonrisas. Normalmente no me gustaban sus interrupciones burbujeantes, pero ahora sí, cuando estaba Cage. Becca era una idiota cuando se trataba de chicos atractivos y Cage York era más que atractivo.
Sus grandes ojos marrones lo observaron lentamente. Me aclaré la garganta tratando de llamar su atención, pero ella no era consciente de que yo estaba en la habitación. Una camiseta apretada y unos pantalones cortos con botas de vaquero eran todo el vestuario de verano de Beca. Cambié mi atención a Cage, cuya sonrisa sexy había regresado y estaba disfrutando de la vista tanto como ella. No podía decir que Becca fuese mi mejor amiga porque Josh había sido siempre mi mejor amigo. Sin embargo, ella era la amiga más cercana que había tenido. Cuando Josh y Jeremy crecieron a mi derecha, Becca se crio en la granja de la izquierda. Así que cuando necesitaba un socio, que no fuese un hombre, había sido ella. Ella y Jeremy habían tenido algo en 2º año de colegio. Estaba bastante segura de que ella había sido la primera chica con la que Jeremy se había acostado, pero duró poco. Jeremy la dejó sin ninguna explicación, Becca lloró sobre mi hombro un par de días y a la semana siguiente se mudó a Benji Fitz.

“¿Por qué no me dijiste que tenías compañía, Eva?” arrulló Becca, girando uno de sus mechos rubios y largos alrededor de su dedo mientras batía sus pestañas en dirección a Cage.
Dios mío aquello era ridículo.
“Yo no tengo compañía, Becca,” le respondí, con la esperanza de llamar su atención, pero no funcionó.
“Va a ayudar a mi padre este verano. Está trabajando con nuestras vacas, porque él tiene un problema con la bebida y tiene que ayudar.”
Esperaba que cortase la mirada que tenía sobre él, pero no lo hizo.
“Oh, ¿por lo que estarás aquí todo el verano?” preguntó ella, todavía sonriéndole a Cage.
“Eso parece,” respondió en tono divertido.
Grande, incluso él pensaba que estaba haciendo el ridículo.
“Bueno, cuando no estés trabajo y te aburras, yo te puedo hacer compañía.”
“Becca Lynn.” Levanté la voz para que dejase de ofrecer que calentase su cama en el granero.
Finalmente, sus ojos se movieron de Cage a mí. El brillo en sus ojos me dijo que sabía exactamente cómo sonaba y que no le importaba lo más mínimo.
“Gracias. Estoy seguro de que voy a necesitar a alguien que me entretenga después de trabajar. No puedo pensar en nadie más, prefiero que alguien me entretenga y me enseñe las cosas que se pueden hacer por aquí.”
El acento sexy que él ponía me molestó, también se me puso la piel de gallina e hizo que mi corazón se acelerase.
“Eso suena como un buen plan.”
Me susurró ella, cerrando la distancia entre ellos y le tendió una mano perfectamente cuidada. Estaba segura que las uñas de color rosa de sus manos, hacían juego con las de sus pies.
“Soy Becca Lynn Blevins.”
Cae cerró la pequeña cantidad de espacio que Becca había dejado entre ellos y deslizó su mano en la de ella. ¿Becca acababa de temblar?
“Cage York y es un placer, Becca.”
“Oh,” ella respiró, con la cabeza inclinada hacia atrás, si la besaba en mi cocina iba a tirarle a tarta.
“Tengo que volver al trabajo. Te buscaré para que me puedas entretener pronto, Becca Lynn,” dijo Cage en un susurro, luego dio un paso alrededor de ella y salió por la puerta sin mirar atrás.
Beca sacó una silla de la cocina y se sentó en ella con un fuerte golpe.
“¡Dios mío!” chilló.
“Estoy más caliente…”
Me lo imaginé y negué con la cabeza e hice un ruido de arcadas.
“Estabas lista para que te pusiera en mi mesa y te abriera las piernas aquí mismo. Necesitas obtener un control sobre ti misma, Becca. Has quedado como una puta.”
Becca dejó escapar un fuerte suspiro.
“¡Oh, a quién le importa! Él era el mejor chico que he conocido. Quiero casarme con él, tener sus bebés, lavar su cuerpo y a él, quiero tocar su cuerpo durante todo el día. Podría hacerlo el resto de mi vida y no me cansaría.”

Antes de que pudiera pensar una respuesta, la puerta se abrió de nuevo y Jeremy entró. Su presencia me alivió. Los ojos de Jeremy encontraron a Becca sentada en la mesa, que estaba todavía con la expresión aturdida en su rostro, tenía una sonrisa de complicidad en sus labios.

“Veo que Becca Lynn conoció a Cage.”
Asentí y empecé a freír el pollo.
“Apuesto a que él te comió, Becca. Pobre muchacho, antes recibió una ruda bienvenida de Eva. Tener una mujer que en realidad babea por él, habrá sido bueno para su ego.”
Jeremy tenía que sacar el tema.
“¿Fuiste grosera con ese pedazo de perfección?” me preguntó Becca con incredulidad.
Me concentré en freír el pollo, no iba a hablar de eso.
“¿Os quedáis a cenar?” le pregunté en su lugar.
“¿Va a cenar contigo?” me preguntó Becca esperanzada.
“Por supuesto que no. Sólo nos ayuda, además a mi padre no le cae bien. Le pondré un plato y se lo llevaré al establo.”
“¡YO YO YO YO YO! ¿Se lo puedo llevar yo?” preguntó Becca.

No tenía que mirarla para saber que estaba saltando en su asiento. Me imaginé a Cage presionando a Becca contra la pared, poniendo sus manos sobre ella, y me obligué a sacudir la cabeza.

“A papá no le gustará, Jeremy se lo llevará.”


Estaba segurísima de que a mi padre no le importaba, pero por alguna razón no quería que Cage tocase a Becca. No estaba seguro de por qué exactamente, pero me molestaba. La idea de que mi amiga se quedase embarazada y casada con un perdedor como el bebé-papá era probablemente la razón principal.

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