18 meses más tarde…
CAPÍTULO 1
Cage
“Gracias por
llevarme,” le dije, tratando de alcanzar mi bolsa de lona donde tenía toda
mi ropa de verano.
“Lo hice por Low,” me
recordó Marcus Hardy por segunda vez.
Mi mejor amiga era una chica caliente. Marcus, su novio, era
un poco elitista a veces, pero yo me encargaba de él; tenía que mantener a Low
en mi vida. Lo único que importaba era que él entendía la vida de Low. Mientras
él mantuviese eso en mente y la tratara como una princesa, podría soportarlo.
“Nunca cuestionaría
eso,” le respondí con una sonrisa.
Volví la atención a Marcus, miré a la gran casa de campo
blanca y marrón que estaba en frente de mí. Estaba rodeada por hierba verde y
un montón de vacas, mi sufrimiento para todo el verano. Miré hacia atrás a
Marcus, asentí y comencé a cerrar la puerta. Yo sabía que él estaba listo para
volver a Sea Breeze donde Low le estaba esperando. Nadie quería estar atrapado
en esta ciudad de mierda de vaca.
“Cage, espera,” me
llamó Marcus antes de que pudiera cerrar completamente la puerta de la
camioneta.
Lentamente, la abrí de nuevo y arqueé la ceja. ¿Qué quería
Marcus? Apenas había hablado conmigo en la hora que habíamos tardado en llegar
aquí.
“Nunca arruines esto,
está bien. Mantente sobrio. No cojas un coche hasta que consigas tu carnet de
conducir de nuevo, y trata de no molestar a tu entrenador. Tu futuro está en
juego este verano y Low está enfadada. Piensa en alguien que no seas tú mismo
para cambiar.”
Infiernos, sólo había conseguido una charla parental de Marcus.
¿No era dulce?
“Yo sé que casa si la
cago, Marcus. Sin embargo, gracias por el recordatorio.” Dejé que se notase
el sarcasmo en mi voz.
Marcus frunció el ceño y dijo algo más antes de mover la
cabeza e irse a la camioneta. La conversación había terminado. Bien. Debía
aprender a ocuparse de sus propios asuntos.
Cerré la puerta y volví mi atención de nuevo a la casa
mientras escuchaba los neumáticos de la camioneta de Marcus. Supongo que sería
mejor que fuese a conocer a mi jefe para el resto del verano y así poder
empezar la fiesta. Todo lo que tenía que hacer era hacer feliz al tío. Tendría
que cuidar de sus vacas y hacer trabajos manuales durante dos meses y medios,
después de eso mi entrenador no me echaría del equipo de béisbol. El DUI
(conducir bajo la influencia del alcohol) se olvidaría y mi beca de béisbol
permanecería intacta. Sólo había 3 problemas en ese plan:
- No hay chicas
- Odiaba el trabajo manual
- No hay chicas
Aparte de esto lo demás no era tan malo. Iba a tener los
domingos libres, sólo tenía la esperanza de ver a chicas sexys de la hermandad
en pequeños bikinis los domingos.
Llegué a la puerta principal de la casa. El porche era muy
agradable, todavía no había visto todas las cosas de la granja, pero este lugar
no estaba nada mal. Apuesto a que las habitaciones eran de buen tamaño.
“Debes de ser el
colega que Wilson contrató para el verano.”
Un tipo vestido con unos jeans gastados y unas botas
desgastadas empezó a subir las escaleras del porche.
Sonreía como si estuviera muy contento de verme. Debe de ser
su hijo. Yo estaría cogiendo heno y mierda de vaca durante todo el verano en su
lugar, seguro que a él le encantaría.
“Sí,” le
contesté, “Cage York. El entrenador Mack
me ha enviado.”
El hombre sonrió y asintió con la cabeza, metió sus dos
manos en sus bolsillos delanteros. Lo que le faltaba era un trozo de paja
colgando de su boca para parecer un típico chico de pueblo.
“Ah, vale. Oí hablar
de ti. DUI, eso apesta. Especialmente desde que Wilson es un maldito negrero.
Mi hermano y yo hemos trabajado muchos veranos por él hasta la escuela
secundaria. Te juro que no volverás a beber y conducir de nuevo.”
Asentí y me volví a llamar a la puerta.
“Wilson aún no ha
vuelto. Estará aquí en una hora.”
El hombre me tendió la mano.
“Por cierto, yo soy
Jeremy Beasley. Creo que nos vamos a ver bastante durante el verano, soy el
vecino de al lado. Y bueno, ella es Eva,” se detuvo y miró hacia la puerta.
Empecé a preguntarme quién era Eva cuando seguí su mirada
para encontrar la luz al final del túnel en la puerta.
Tenía un pelo castaño largo y rizado, y unos ojos azules que
jamás había visto, enmarcados por unas espesas y largas pestañas negras y unos
labios carnosos y rojos, todo eso completaba la obra maestra perfecta de su
cara. Tenía la piel suave y bronceada
que estaba apenas cubierta por un bikini y un par de pantalones cortos
que colgaban de sus estrechas caderas.
Sus piernas eran preciosas, sus dos pies pequeños descalzos
con las uñas rojas eran ridículamente perfectos. Mierda. Tal vez debería haber
ido al campo con más frecuencia, no sabía que había chicas así aquí.
“Eva, ¿no estás lista
todavía? Pensé que íbamos a hacer el show de las 6:30,” dijo Jeremy detrás
de mí.
Maldita sea. ¿Esta diosa estaba con ese tipo? Me fijé otra
vez en ella y me di cuenta de que me estaba mirando directamente. Realmente
eran los ojos más azules que había visto nunca.
“¿Quién eres tú?” El
tono gélido de su voz me confundió.
“Tranquila, chica.
Pórtate bien, Eva. Es el hombre que va a ayudar a tu padre este verano.”
Sus ojos brillaron y parecía disgustada. ¿En serio? Había
visto esa mirada en los ojos de una niña, pero nunca antes la habían usado
contra mí. Interesante.
“Tú eres el
borracho,” afirmó.
No era una pregunta. Por lo tanto, no respondí. En su lugar,
le dediqué una sonrisa que afectaba a todas las chicas y di un paso hacia ella.
“Tengo un montón de
nombres, bebé,” le respondí finalmente.
Sus cejas se arquearon, enderezó su postura y me disparó la
mirada más fría que jamás había presenciado. ¿Qué le pasaba a esta chica?
“Estoy segura de que
sí. Déjame adivinar STD, Perdedor, Idiota, y Borracho sólo por decir unos
pocos,” me cortó y dio un paso hacia la puerta.
Ella giró su mirada hacia Jeremy y podría jurar que se había
reído.
“No puedo hacer la
película, Jer. Necesito que montes a Mrs. Mabel conmigo y me ayudes a trabajar
bien de nuevo. Necesita preparación.”
“¿Otra vez?”
“Sí, otra vez.
Necesita uno nuevo.”
Eva pasó por delante de mí, agarró el brazo de Jeremy y tiró
de él hacia las escaleras.
Al parecer, me habían olvidado.
“¿Tu padre ha llamado
a sus chicos? Ellos tienen que venir aquí a ayudar a mamá,” dijo Jeremy
mientras comenzaban a alejarse sin mirar atrás.
¿Qué demonios? ¿Se marchaba y dejaba a un tipo parado en el
porche sin decir una palabra? Ella era hermosa pero era una puta loca.
“Ey, ¿puedo entrar?”
le grité.
Eva se detuvo y se dio la vuelta. Tenía la misma expresión
de disgusto que antes.
“¿A la casa? Uh, no,”
respondió con un movimiento de cabeza como si estuviera loco.
Ella levantó la mano y señaló hacia el granero rojo de dos
pisos que se encontraba detrás de la casa.
“Las habitaciones
están en la parte de atrás del establo. Tiene una cama y una ducha.”
Bueno, ¿no era tan jodidamente fantástico…?
Eva
Odiaba a los tipos como Cage. La vida era una broma para él.
No tenía ninguna duda de que todas las mujeres babeaban a sus pies. Estaba
sano, vivo y lo estaba tirando todo por la borda como si fuera un juego.
“Cierra la puerta, no
quiero que venga a husmear otra vez.”
Jeremy se acercó y me apretó la pierna suavemente y luego
encendió la radio.
“Es un idiota,” le
dije con los dientes apretados.
Jeremy dejó escapar una risa baja y se movió en su asiento.
Sabía que estaba tratando de decidir cómo responder ante mí. La única otra
persona que me conocía tan bien o mejor que Jeremy era Josh, su hermano gemelo
y mi novio. Todos habíamos crecido juntos. Jeremy siempre intentaba alejarse,
pero Josh y yo habíamos hecho todo lo posible para incluirlo siempre.
Cuando Josh había sido asesinado por una bomba al norte de
Bagdad hace 18 meses, la única persona que podía soportar tener cerca era a
Jeremy. Mi madre decía que era porque Jeremy era el único que podía entender y
sentir el mismo dolor. En cierto modo, ambos habíamos perdido a nuestra otra
mitad.
“¿Y cómo te has dado
cuenta tan rápido? Si sólo hemos hablado un poco con él… Parecía un buen
chico.”
Jeremy siempre era optimista. Él siempre veía lo mejor de la
gente. Yo pensaba que por eso la gente se aprovechaba de su confianza.
“Él está aquí porque
bebe y conduce, Jer. Eso no es una ofensa. Podría haber matado a una familia,
podría haber matado a la hija de alguien. Es un perdedor egoísta.”
Pero era demasiado guapo para ser real. Sin embargo, tendría
que superarlo. Su cara bonita no iba a ganarme.
“Eva, mucha gente
bebe y conduce. Probablemente iba del bar a su casa y estaría cerca. Dudo que
estuviera en un viaje por carretera. Seguramente sólo había tomado un par de
cervezas.”
Dulce Jeremy. Bendigo su corazón, no tenía ni idea de lo
malas que podían llegar a ser algunas personas. Era una de las cosas que me
encantaban de él. El tío Mack había dicho que Cage York era un matón y que lo
único que se tomaba en serio era el béisbol.
“Confía en mí Jer,
ese tipo es un problema.”
Jeremy no respondió y apoyó el codo sobre la ventana
abierta. El interior de la camioneta de papá estaba ardiendo en esta época del
año, pero era el único vehículo que yo conducía. Mi vehículo estaba en el
garaje sin tocar. No me atrevía a conducirlo ni a deshacerme de él. No había
cogido el Jeep que mi padre me había comprado desde que Josh había sido
asesinado. Tenía muchos recuerdos de Josh en ese coche. Era más fácil coger la
camioneta.
“¿Eva?,” me
preguntó Jeremy, irrumpiendo en mis recuerdos.
Él siempre parecía saber cuándo alguien necesitaba dejar de
recordar.
“¿Sí?”
“¿Sabes que te
quiero, verdad?”
Me tensé y aferré el volante con fuerza. Cuando Jeremy
comenzaba con algo como eso nunca me gustaba lo que iba a decir a continuación.
La última vez me dijo que debería empezar a conducir mi Jeep de nuevo, porque
Josh lo querría así.
“No, Jer,” le
respondí.
“Es hora de quitarse
el anillo, Eva.”
Las manos me ardían. El anillo de oro de mi dedo me
recordaba que estaba allí. Nunca me lo había quitado y nunca lo haría.
“Jeremy, no.”
Dejó escapar un largo suspiro y sacudió la cabeza. Esperé
pacientemente a que dijera algo más, y estuve tan agradecida cuando llegamos a
Mrs. Mabel. Casi salté de la camioneta antes de que parara completamente,
quería alejarme de él antes de que pudiera decirme algo más. El anillo de
compromiso que Josh me había puesto en el dedo no podía desaparecer. Eso sería
como si yo lo estuviera olvidando, como si estuviera dejándolo atrás, y yo
nunca lo iba a dejar atrás.
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