Preston
No estaba seguro de si la boda era tan bonita como todos decían. Todo lo que había sido capaz de ver era a Amanda. Con lo hermosa que era, era difícil fijarme en los demás, ella acaparaba toda mi atención.
Sin embargo, la cena de la boda, era otra cosa. Una vez más, ella estaba sentada al lado de Jason, y yo estaba al otro lado de la mesa para presenciarlo.
Ella me estuvo sonriendo de modo tranquilizador durante toda la cena. Ella estaba intentando que no me fijase en Jason, pero no podía evitarlo. Estaba enfadado y quería que se fuese.
Cuando la cena más larga que jamás había presenciado terminó, Jason se levantó, felicitó a Marcus y a Low, y luego explicó que tenía un avión esperándolo. Amanda dijo que lo acompañaba. No quería que ellos se quedaran solos. Confiaba en ella, pero no en él. Cuando salieron del comedor, me levanté. La mano de Marcus me agarró con fuerza el brazo.
"No," susurró.
"¡Suéltame!" le advertí.
"Escúchame. Ella no le quiere, sólo está siendo educada. Él era su invitado, así que no hagas una escena. Enseguida volverá." Marcus estaba hablando en voz baja para que nadie pudiera oírle, sólo yo. Sabía que tenía razón, pero no me gustaba estar aquí esperando.
"¿Y si trata de besarla?"
"Ella le parará. Confía en ella."
Maldita sea, claro que confiaba en ella.
Amanda volvió a entrar en la habitación, e inmediatamente me miró. Ella pronunció 'vamos'. Luego se volvió a despedirse de su madre y de algunos invitados.
"Espero que podamos despedirnos luego," me dijo Marcus antes de que me pusiera de pie. Él también le había leído los labios.
Asentí con la cabeza.
"No me lo perdería, y gracias por dejarme estar con ella."
Marcus sonrió.
"Tú eres mi mejor hombre. ¿Quién mejor para confiar?"
Sonreí y me dirigí hacia la puerta. Amanda ya me estaba esperando y estaba más que ansioso por estar con ella a solas.
Dos manos me cogieron por el brazo y me tiraron a la oscuridad.
"No estabas muy agradable allí dentro," me regañó Amanda antes de besarme el cuello y pasar las manos por mi pecho.
"Me estaba portando bien," le contesté agarrando la parte inferior del vestido y tiré de él para pasarle las manos por el culo. Llevaba un maldito tanga. Había hecho ese descubrimiento antes en la playa, y me había vuelto loco cada vez que le miraba el culo.
"No, eres un niño malo. Me sorprende que Jason no haya dicho nada."
Ella me mordió el lóbulo de la oreja y levantó su pierna desnuda. La agarré debajo de la rodilla y tiré de ella para arriba.
"Estaba demasiado cerca de ti, y no llevas sujetador. Manda, tienes que ponerte uno, bebé. Te voy a arrestar si no lo haces."
Se rió y levantó la mano para quitarse los tirantes del vestido hasta que sus pechos quedaron al descubierto.
"Joder, nena. Tengo que llevarte de vuelta a mi apartamento. Ahora. Muy rápido."
Me agaché para jugar con sus pezones.
"Mmmm, no puedo esperar tanto tiempo, y tenemos que estar aquí para despedirlos," gimió ella, presionando mi cabeza más cerca de su pezón.
No iba a ser capaz de esperar tanto tiempo, como siguiéramos a este ritmo. Había pasado demasiado tiempo desde que la había tocado por última vez. Estaba listo para ser enterrado con ella, y esta vez no saldría nunca.
"Preston," jadeó.
"¿Sí, cariño?"
"Vamos a la playa por este camino. No hay casas, está todo oscuro y vacío. Te necesito ahora mismo." Dijo ella señalando a la oscuridad.
¿Quería tener relaciones sexuales en la playa? Joder, claro que sí.
Le coloqué los tirantes y cubrí sus pechos, le agarré la mano y la adentré más en la oscuridad. Caminamos hasta que la música y la risa de la casa desaparecieron y no se escuchaban ni las olas.
Amanda me empujó cuando traté de tirarla contra mí, y ella me cogió el botón de mis pantalones. Había un brillo malicioso en sus ojos cuando me miró. Me quitó el botón y me abrió la cremallera, me bajó los pantalones y los calzoncillos. Me quité los zapatos y me lo quité todo. Mi chica me quería desnuda, así que iba a complacerla.
Puso sus dos manos sobre mis muslos, sacó la lengua y le dio un golpe a mi polla.
Mierda.
"Manda, bebé... Oh, dios." Envolvió una mano alrededor y luego la cubrió con su boca.
"Cariño, oh, joder. Manda, es increíble."
Quería detenerla. No podía formar palabras. Me agaché y hundí mis manos en su pelo, me estaba volviendo loco.
"Santa mierda. Oh, sí. Qué bueno."
Ella chupó más duro ahora. Si no estuviera a punto de explotar, seguiría hablando, pero quería que quitase la boca y meterme dentro de ella.
Me agaché y tiré de ella hacia arriba. Cuando quitó su boca y escuché el sonido que hizo, lo recordaré como uno de los sonidos más calientes de la historia.
"No quiero parar," dijo con un mohín, tratando de bajar otra vez.
"Iba a correrme en esa boca tan sexy, pero no quiero hacer eso. Quiero correrme dentro de ti."
Amanda hizo una pequeña O con su boca, y metí la mano bajo su vestido para quitarle las bragas. Las tiré a un lado y ella se rió. Le compraría más mañana, las íbamos a necesitar.
Puse un dedo dentro de ella, pensando que lo necesitaba para ponerse caliente, cuando mi mano se encontró con un calor húmedo.
"Me vas a volver loco, ¿lo sabes?" le pregunté con asombro mientras ella temblaba contra mi mano, más que suficiente mojada para mí. "Esto está tan malditamente caliente," le susurré, bajando la boca para coger la suya.
Ella se puso en marcha y lista para mí. Mierda. Esta mujer me pertenece. Sería su esclavo de por vida. No podía perderla de nuevo.
Amanda
Preston abrió la cremallera de mi vestido y lo dejó caer sobre la arena. Cogió sus pantalones, sacó su cartera y un pequeño paquete de aluminio. Vi cómo lo abrió con los dientes y se lo puso. Se mordió el labio inferior mientras se lo ponía.
"Voy a tumbarme y quiero que te pongas encima mía. Como en el sofá." Se quitó la camisa, se acostó en la arena y me puso por encima de él.
"Ah, maldita sea," respiró cuando puse mis manos en su pecho y le dejé guiar su erección en mí. Estaba más que lista para él. Tan pronto como estuvo dentro de mí, me dejé caer sobre él y ambos gritamos de placer. Le había echado mucho de menos. Esta vez sabía que me amaba y eso lo cambiaba todo.
Espolvoreamos la arena lo mejor que pudimos y nos peinamos antes de dirigirnos de nuevo a la casa. Vimos a gente en las puertas delanteras cuando nos acercamos. Justo a tiempo.
"¿Quieres ir tú primero por si nos ve tu madre?"
No, no quería. Quería entrar cogida de su mano y desafiarla. ¿Le iba a contar a todos sobre su pasado? Porque no la iba a dejar, porque entonces todos sabrían que su hija estaba saliendo con un antiguo gigoló. Y estaba segura de que mi madre no era autodestructiva. Su círculo social se la comería.
Además, tendría que delatar a la esposa del alcalde, y eso causaría un drama.
"Quiero andar contigo por ahí de la mano. Estoy cansada de ocultar las cosas porque tengo miedo de la reacción de mi madre. Va a estar en contra de esto, pero no me importa. Aprenda a vivir con ello. Y cuando pases tiempo con ella, estará encantada, lo sé. Es imposible que no le gustes a una mujer."
Preston me atrajo hacia su pecho y me cogió la cara entre sus manos.
"Te quiero tanto que me consume. No te merezco, pero me voy a convertir en el hombre que te mereces. Te lo prometo. Voy a hacer que te sientas orgullosa de mí."
Levanté la mano y pasé mi pulgar sobre sus labios.
"Estoy y siempre estaré orgullosa de ti. Quiero que el mundo sepa que eres mía."
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