miércoles, 23 de julio de 2014

CAPÍTULO 17

Preston

Me iba a pelear esta noche, pero no iba a ser con el chico que se había acercado demasiado a Amanda, sería con su hermano. No paraba de observarme muy de cerca y le había dado una muy buena razón para sospechar algo. Pero había sido una elección dejar a la chica delante de Amanda y ver su cara, o tener a mi mejor amigo detrás de mí. Me iba a ir con una patada en el culo.
No podía dejarla salir de aquí así. Me había trastornado.

"¿Qué estás haciendo?" me preguntó mientras tiraba de ella en mis brazos una vez que estábamos entre todos los cuerpos en movimiento. Con suerte, lo suficientemente lejos para que Marcus no pudiera vernos. Aunque había una buena probabilidad de que estuviera justo detrás de nosotros.
"Estoy bailando contigo," le contesté, deslizando mis manos por encima de la curva de sus caderas.
Ella sonrió. "Sabes que no quiero decir eso, y lo sabes."
Eché un vistazo por encima del hombro para ver si Marcus estaba cerca nuestro. La costa estaba clara. Me volví hacia Amanda.
"Estabas a punto de irte," le dije.
Su rostro frunció el ceño. "Sí, bueno, he visto más de lo que podía soportar."
La atraje hacia mí e incliné la cabeza para susurrarle al oído.
"Sólo estoy interesado en ti. Se te hubieras ido, te habría perseguido."
Ella se rió, metió la mano hasta mi pecho y luego se torció detrás de mi cuello.
"Tendría que dejar que me atrapes."
Estaba dispuesto a tirarla fuera de aquí y estar a solas con ella, pero eso no iba a pasar hasta que me enfrentara a un gran obstáculo.
"Voy a tener que hablar con Marcus acerca de esto."
Su sonrisa desapareció. "Lo sé."
Quería besarla y tranquilizarla, pero me aguanté. No quería que nos viera Marcus, o yo, o los dos podríamos terminar en urgencias si me dejaba llevar por ese impulso.
"Estará molesto," dijo ella.
Me eché a reír. "No, cariño. Se va a enfadar y va a estar tan cabreado que va a ir a por mí."
Sus manos se apretaron en mi cabello. ¿Qué iba a hacer, intentar retenerme aquí?
"A lo mejor no tenemos por qué decírselo. Puedo aprender a lidiar con las chicas."
No, no iba a poder, y yo tampoco iba a poder hacer frente a los chicos. No podíamos esconderlo. Cuando vi a ese chico con ella, no me importaba quién me viera o lo que ellos pensaran. Sólo quería que se apartara de ella. Si él la hubiera tocado, habría sido mucho peor.
"Quiero que sepan que estás conmigo. No me gusta que se te acerquen."
Ella se rió y se apretó contra mí de nuevo. "Bueno, al menos nadie está colgando de mí. Tú tenías a una chica detrás de tu espalda."
Bajé las manos hacia su trasero y lo apreté suavemente, lo que la hizo reír más fuerte.
"Si él te hubiera tocado, las cosas habrán sido muy diferentes."
"¿En serio? ¿Cómo habrían sido?"
Me estaba tomando el pelo. Era fácil olvidar que no estábamos solos cuando me miraba de esa manera.
"Quería golpearle el culo."
Una mano agarró mi hombro. Era demasiado grande como para ser una chica, y eso significaba que era la de Marcus. Los ojos de Amanda se desviaron y empezó a sacudir la cabeza hacia él.
"Yo me encargo. Todo irá bien," le aseguré.
Dejó caer sus manos de mi cuello y se agarró a mi brazo con fuerza.
"Fuera. Ahora," dijo Marcus con un gruñido de rabia. Oh, sí. Estaba enfadado. "Vete, Amanda," le espetó Marcus a ella.
"No le hables así." Levanté la voz y me di la vuelta para enfrentarlo. Comprendí que él estaba loco, pero no iba a hacer nada delante de su hermana.
"Fuera. Ahora," repitió.
Volví a mirar a Amanda mientras Marcus caminaba hacia la puerta. Ella se aferraba a mí con tanta fuerza que sus uñas se clavaban en mi brazo.
"Quédate aquí," le dije, y ella negó con la cabeza.
"De ninguna manera," gritó.
Empecé a moverme mientras ella seguía aferrada a mí. Iba a tener que dejarme ir. Marcus se iba a enfadar más si ella seguía aferrándose a mí de esa manera.
"Joder. ¿Qué demonios has hecho?" dijo Rock mientras daba un paso delante de nosotros justo antes de llegar a la puerta.
"Muévete, Rock," le dije, empujándolo.
"Por favor, Dios, dime que no..." hizo una pausa y miró a Amanda "has hecho lo que pienso que has hecho," terminó.
"Esto no es asunto tuyo. Déjame ir a hablar con Marcus," le contesté.
Rock dejó escapar una risa dura. "Él no está pensando en hablar contigo. Está pensando en pegarte y encerrar a su hermana en su habitación durante el resto de su vida. Sólo espero que no lleve una pistola con él."

El agarre de Amanda se volvió más fuerte. No estaba seguro de si era porque estaba preocupada de que Marcus me hiciera daño o si era porque quería protegernos. Nunca me había peleado con Marcus, así que no estaba muy seguro de lo que iba a pasar, pero estaba seguro de que no iba a apartar a Amanda de mí.

"Manda, quédate con Trisha," dijo Rock mientras cogía su brazo. "No hay ninguna razón para que salgas ahí fuera. Suelta a Preston antes de que Marcus te vea aferrada a él y explote."
"No la toques," le dije, tratando de no tirar de ella para alejarla de él.
"Vete a la mierda. Estoy tratando de que no vea la pelea entre Marcus y tú. Ella no necesita ver eso."
Tomé una respiración profunda y la miré. "¿Quieres ir con Trisha, Manda?"
Sacudió la cabeza y me apretó.
"No voy a dejar que se vaya. Además, ninguno de nosotros va a dejar que ella salga lastimada."
Rock sacudió la cebza y suspiró. "¿En qué estabas pensando?" me preguntó. "Es la hermana pequeña de Marcus. Podrías estar con cualquiera. ¿Por qué con su hermana?"
No me importaba que Rock fuera del tamaño de un oso y que fuera tan duro como una pared de ladrillos. No podía comparar a Amanda con cualquiera de las otras chicas con las que me había acostado. Me acerqué hasta que estuve a un centímetro de su cara.
"No vuelvas a hablar así de ella. No estoy jugando un poco con ella."
Abrí la puerta y salí a la calle con Amanda todavía unida a mí.
"Tal vez deberías haber sido más agradable con Rock para que estuviera aquí contigo," dijo ella, caminando tan cerca de mí como fuera posible.
"No le necesito. Todo va a estar bien, pero tiene razón, tienes que dejar que me vaya. Esto va a enfurecer más a Marcus."
Ella negó con la cabeza y me di por vencido.
Marcus se paseaba frente a su camioneta. Cuando nos vio, se detuvo y pude ver que tenía los puños apretados.
"Suéltalo, Amanda," ordenó a medida que nos acercábamos a él.
"No, Marcus. Escúchame, no lo entiendes. Necesitas calmarte y dejar que me explique."
"No necesito una explicación. Conozco a Preston desde que éramos niños y sé todo sobre él. Sé lo suficiente para saber que no es el tipo de chico que una chica como tú necesita. Tú no lo conoces, Amanda, yo sí."
"¡Sí lo conozco! Sé mucho sobre él y no tienes ni idea de lo que está pasando aquí. Yo empecé esto y pasó de mí durante meses. Él me alejaba y yo seguía detrás de él. Y él no me está tratando como tú piensas que lo hace."
"Ella no me persigue," le dije. No podía soportar escucharla decir que había conseguido llegar a mí después de mucho insistir. Esto no había pasado así.
"No creo que ella hiciese eso," respondió Marcus con voz tranquila y mortal.
"¡Sí, lo hice! Incluso me aproveché de él cuando estaba borracho una noche," dijo Amanda, dando un paso delante de mí.
"Manda, no..."
"Estaba completamente borracho y yo fui a buscarle. Él ni siquiera se acuerda. Trató de mantenerme a cierta distancia. Era amable conmigo, pero me decía que no. Entonces su hermana se puso mala, corrí hacia su Jeep y fui con él. Ella es tan pequeña y dulce, Marcus. La cuidamos juntos, y las cosas surgieron así, de casualidad. He conseguido que se abra a mí, él me ha dejado entrar. No arruines esto. Estoy enamorada de él."

¿Qué?

Marcus cogió a Amanda y la apartó de delante de mí. Su puño se plantó firmemente en mi cara antes de que pudiera entender el hecho de que ella acababa de decir que me amaba.
"¡Hijo de puta!" rugió Marcus, y me tiró del cuello antes de pegarme otro puñetazo en la cara.
Podía oír los gritos de Amanda en la distancia, pero veía borroso y sentía la cabeza pesada. Me sacudí y levanté las manos para bloquear más ataques mientras trataba de no caerme al suelo.
"Marcus, ¡NO!" Amanda estaba llorando. Mi cabeza se aclaró rápidamente. Esto la hacía llorar y yo no quería que llorara.
Cuando el puño llegó otra vez, me bloqueé y lo empujé con fuerza para que se alejara de mí. Pegarle pondría peor a Amanda, pero no podía seguir dejando que me pegase.
"Yo confiaba en ti, eres mi mejor amigo. ¿Cómo has podido acostarte con mi hermana pequeña? Ella piensa que te ama," rugió Marcus. "Ni siquiera te conoce. Dile, Preston. Dile toda la mierda que has hecho."
"¡Cállate!" grité. "Ya me has pegado y ella está molesta. No voy a pegarte para que se ponga peor."
Levanté el brazo para limpiarme la sangre que me corría por la nariz. Amanda pasó corriendo junto a su hermano y se acurrucó en mi pecho.
"¡Maldita sea!" gruñó Marcus.
"Lo siento mucho, lo siento mucho," lloró Amanda contra mi pecho. Verla así me volvía loco. ¿No podía ver lo que le estaba haciendo a ella?
"Dame un minuto," le dije a él. "Déjame calmarla primero. Necesita tranquilidad no que nos estemos matando. ¿Es que no te das cuenta?"
Incliné la cabeza y cogí el rostro de Amanda para poder mirarla. Mi ojo izquierdo estaba hinchado y cerrado, pero todavía podía ver su cara surcada por las lágrimas. Odiaba verla así. Si no empeorase las cosas, yo también le pegaría a su hermano.
"Estoy bien. No voy a dejar que me pegue más. Él me tomó por sorpresa."
Ella me quería. Sus palabras me vinieron a la mente. ¿Cómo podía alguien tan jodidamente dulce como Amanda Hardy quererme?
"Sólo quiero irme. Tengo que conseguirte un poco de hielo, estás sangrando." Hipó ella.
"Lo sé. Dejaré que hagas esas cosas, pero antes voy a hablar con él, ¿de acuerdo?"
Ella envolvió ambos brazos alrededor de mi pecho y me sostuvo con fuerza. Esta era su manera de protegerme. Nunca nadie me había protegido.
"Bueno, he visto suficiente," dijo la voz de Rock detrás de mí. "Retrocede, Marcus."
"Es mi hermana a la que le está tomando el pelo, Rock. No me digas que retroceda."
"Sí, por eso te dejó que le pegaras. Yo pienso lo mismo."
Rock se interpuso entre nosotros y me miró. Su mirada fue directo a Amanda y ella levantó la cara. "Esto es diferente."
"Para él no es diferente," escupió Marcus. "Es mi hermana pequeña. Se supone que debo protegerla, siempre la he protegido. No puedo dejar que estés cerca de ella. No eres lo suficientemente bueno."
Me dolieron las palabras que ya sabía y que eran ciertas.
Amanda volvió la cabeza para mirar a su hermano. "No te atrevas a decirle eso. Sólo CÁLLATE, Marcus."
Rock hizo un gesto con la mano en dirección a nosotros. "¿Has visto eso? ¿Lo has visto alguna vez aferrarse así a alguien? No se resistió, no porque no podía, porque si fuera una verdadera lucha entre vosotros dos, mi apuesta sería para Preston. Él ha estado luchando toda su vida. No te pegó porque no quería molestar más a tu hermana, la está protegiendo."
Marcus empezó a tomar respiraciones rápidas, enfadado miró a Amanda que se aferraba a mí y luego a mí. Se pasó las manos por el pelo.
"Mierda."
"Pero ella ha dicho que lo ama," le dijo Marcus a Rock. Entonces él me miró. "Ella te ama. ¿Sabes que hacer con eso?"
Le besé la parte superior de la cabeza.
"La acaricio como si fuera la cosa más preciosa en la faz de la tierra," le contesté con toda sinceridad.
"Joder. Se ha puesto hasta poético," dijo Rock, sonriendo y sacudiendo la cabeza. "Nunca pensé que vería esto."
Marcus se apoyó en el capó de su camioneta, cruzó los brazos sobre el pecho y bajó la cabeza. Habíamos ganado. Él estaba asimilándolo.
"Tu ojo se va a cerrar por completo si no te pones hielo. Podéis iros, yo me encargo de Marcus," dijo Rock, señalando a mi Jeep.

Le quería prometer a Marcus que nunca le haría daño a su hermana, o decirle que yo también la amaba, pero no podía hacer esas cosas. Si alguna vez se enteraba de lo que estaba haciendo para cuidar de mi familia, le haría daño. La quería, la necesitaba, ¿pero la quería? ¿Si la quería porque no podía ser completamente sincero con ella?


Amanda

Conseguí hacer una bolsa de hielo mientras Preston se duchaba y se limpiaba toda la sangre. Me encogí al pensar en su destrozada cara. Iba a ser difícil perdonar a Marcus. Le había pegado a Preston y él ni siquiera se había defendido. Sabía que Marcus se iba a enfadar, pero no sabía que se iba a poner tan violento. Nunca lo había visto así.
¿Por qué no escuchó y me dejó explicarme? No lo entendía. Si no hubiera soltado el brazo de Preston, él no le habría pegado, fue mi culpa. La única cosa que podría haber hecho para protegerlo era estar en la línea de fuego, y me había movido porque pensaba que Marcus hablaría de ello y que me escucharía.
La puerta del baño se abrió y Preston salió sólo con una toalla. Podría acostumbrarme a esto. Sin embargo, los moretones de la cara y el ojo hinchado eran lo que llamaban mi atención ahora.

"Siéntate. Tenemos que ponerte hielo en el ojo," le informé antes de empujarlo hacia el sofá.
"¿No vas a dejar que me ponga la ropa primero?" me preguntó en un tono divertido.
"No. Hemos esperado demasiado para ponerte hielo. Siéntate."
No discutió. Se ajustó la toalla para evitar que se abriera cuando se sentó y se recostó. Le di la bolsa de hielo.
"Hazlo tú, no quiero hacerte daño."
"Ojalá tuviera un bistec. Sería mejor," dijo, cogiendo el paquete y poniéndolo en el ojo mientras hacía una mueca de dolor.
"Lo siento mucho," le dije de nuevo. No pude evitarlo. Cada vez que le miraba a la cara, me sentía culpable.
"Basta, Manda. Ven aquí."
Fui por voluntad propia. Necesitaba sentirlo y saber que estaba bien. Además, su pecho estaba desnudo y acurrucarme ahí es lo que quería.
"Esperaba que Marcus viniera a por mí. Estaba loco y no lo culpo."
Pasé los dedos sobre las ondas de su estómago.
"Es un idiota, no me puedo creer que actuase de esa manera."
Preston se rió entre dientes.
"Sí, bueno, bebé, hay muchas cosas de mí que no sabes y Marcus lo sabe casi todo. Él sabe lo suficiente como para no querer que su hermana pequeña esté cerca de mí."
¿Qué significaba eso? ¿Me estaba diciendo que yo también era una idiota?
Empecé a alejarme, y Preston se apretó a mí.
"¿A dónde vas?" me preguntó.

Le había dicho a mi hermano que quería a Preston esta noche, lo había gritado en el aparcamiento y él no me había dicho lo mismo. No lo había esperado, sabía que él no me quería, pero esperaba algo más. Era como si él estuviera de acuerdo en que estaba cometiendo un error.

"Manda, dime lo que pasa." Podía notar la preocupación en su voz.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y parpadeé, no iba a llorar. Estaba cansada de llorar por todo. No era raro que Marcus me tratara como a un bebé, actuaba como uno.
"Simplemente suenas como si estuvieras de acuerdo con Marcus. Como si supieras que estar contigo es algo malo."
El cuerpo de Preston se puso rígido y la bolsa de hielo cayó a su lado. Sus manos se pusieron en mi cintura, y me tiró a su regazo.
"Mírame, Manda," dijo suavemente.
Le miré y las emociones que vi en sus ojos eran suficientes. No me podía amar, pero estaba muy cerca. Lo pude ver.
"Nada de lo que tenemos es malo. No te voy a mentir sobre ello, yo no te merezco. Estoy seguro de que no soy lo suficientemente bueno para ti, pero siempre y cuando tú me quieras, soy todo tuyo."
Esa no era una proclamación de amor, pero era lo más cerca de lo que Preston me podía decir. Sabía lo suficiente sobre su pasado para saber que él nunca había estado en serio con ninguna chica.
"¿Lo que tenemos es exclusivo? ¿O es sólo...?" me callé, no estaba segura de lo que decir. No quería decir 'sólo sexo', porque no se trataba de sexo. Era más que eso, o al menos eso pensaba.
"Claro que sí, es exclusivo. No puedes salir con nadie más, Manda. No puedo lidiar con eso. Estaba listo para arrancarle los brazos al chico sólo por hablar contigo esta noche."
Esta era una calle de dos vías.
"Y tú... ¿Es exclusivo para ti?" le pregunté tentativamente. Sabía que él no podía decirme que sí, no sería capaz de hacer esto, estaba demasiado implicada.
Preston sonrió. Se pasó la mano por el pelo y tomó la parte de atrás de mi cabeza.
"Cariño, todo lo que veo es a ti. Es algo que nunca he experimentado, pero no puedo ver a nadie más. Sólo a ti."
Mi corazón se estrelló contra mi pecho. Preston tiró de mi cabeza tan cerca que sus labios tocaron los míos. Sabía que le dolía la cara, así que le devolví el beso suavemente. No quería hacerle daño.
"Manda, te necesito," susurró contra mis labios.
Esas no eran las tres palabras que quería oír de él, pero estaba muy cerca.
Bajé de su regazo y me puse enfrente de él mientras me quitaba mi vestido y lo dejaba caer al suelo.
"Dulce Jesús," susurró Preston.
No me había puesto sujetador con el vestido, y sólo llevaba las bragas. Me incliné hacia abajo para quitarme las botas cuando Preston se inclinó hacia adelante y me agarró del brazo.
"Déjate las botas puestas."
"¿Cómo me quito las bragas?" Él me dirigió una sonrisa maliciosa, me agarró las piernas y me tiró encima de él. Pasó sus manos por mis piernas, deslizó las dos manos debajo de las cuerdas finas sosteniendo mi ropa interior y con un fuerte tirón se quitaron.
"No quiero ni saber cómo sabías hacer eso."

Te compraré un montón como estas," me prometió, tirándome hacia abajo mientras se quitaba la toalla que llevaba puesta.

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