Cage
Aparqué el
Jeep de Eva del parking reservado para mi apartamento. El padre de Eva se había
ido el fin de semana a pescar, por lo que se había venido a casa conmigo. En
cuanto terminé de trabajar, me duché, me cambié y nos fuimos. Quería que
saliera esta noche conmigo y que conociera a mis amigos. También la quería en
mi cama, tenerla en mi “espacio” parecía muy importante de repente.
“¿Está cerca del agua?” Eva se quedó sin aliento cuando
llegué a su asiento y cogí su pequeña maleta.
“Sí, y tengo la intención de llevarte
conmigo a la playa con tu pequeño bikini mientras estamos aquí.”
Ella me
sonrío, abrió la puerta y salió.
Di la vuelta
al Jeep para poder coger su mano. La idea de que estuviera aquí me hacía
ridículamente feliz.
“Son casi las nueve. ¿Tus amigos
están fuera todavía? ¿O está todo cerrado?” me preguntó mientras subíamos las escaleras.
Mi niña es
muy inocente y está acostumbrada a que todo cierre cuando se va el sol.
“Estamos en la playa Eva, aquí hay
vida nocturna. Dudo que haya alguien en Live Bay ahora, la banda suele empezar
a salir a partir de las diez.”
“Oh,” fue su única respuesta.
Cuando
llegamos a la puerta de mi apartamento la abrí y recé para que Low le hubiera
pagado a alguien para que la limpiara por mí.
El fresco
olor a Pine Sol golpeó mi nariz y me relajé. Sabía que Preston había estado
aquí un par de veces la semana pasada y no sabía lo que podría haber dejado aquí.
“Es taaan grande…” dice Eva.
Miro a mi
alrededor y no pienso lo mismo, pero no iba a discutir con ella.
“Oh, y se ve el agua desde aquí,” gritó y corrió hacia la ventana con
vistas al golfo.
Dejé su bolsa
en el suelo y me senté en el sofá de cuero nuevo que apenas había usado desde
que lo compré. Necesitaba un beso… Eva estaba aquí en mi espacio personal y
quería celebrarlo.
“Ven aquí,” le susurré mientras me levanto, me
pongo detrás de ella y le doy la vuelta para que me mire.
Bajé la
cabeza para poder darle unos cuantos besos suaves en los labios, luego extendí
la mano y le cogí la cara con las dos manos antes de profundizar el beso. Su
ansiosa boca se abrió con gusto y su sabor me volvió un poco loco. Siempre era
así. Al estar tan cerca de ella cada vez era mejor. Sus dos manos se deslizaron
hasta mi camisa, hasta que encontró el piercing que me había puesto en el pezón
después de ducharme sólo para ella. Me preguntaba cuánto tiempo tardaría en
quitármela.
Sonreí contra
sus labios y se le escapó una pequeña risa. Pensaba que mi piercing del pezón
era travieso y era algo que la fascinaba.
Eva se apartó
y me miró.
“¿A qué hora tenemos que irnos?” me preguntó, todavía frotando su
pulgar sobre mi pezón. Era un poco difícil formar palabras coherentes cuando
hacía eso.
“En unos treinta minutos,” le contesté.
Con un
suspiro, dio un paso atrás.
“Entonces necesito refrescarme y
cambiarme.”
“Puedes cambiarte en mi dormitorio,
incluso te puedo ayudar. Tienes servicio completo aquí,” le contesté, extendiendo mi mano para
coger la suya, y tiro de ella hacia mí.
Sacudió la
cabeza y retrocedió fuera de mi alcance.
“Si quieres que vaya a conocer a tus
amigos, tengo que estar lista.”
“Estás increíble así, pero si quieres
cambiarte cruza la puerta de la cocina y utiliza el cuarto de baño que hay detrás.”
La miro
mientras coge su bolso y se dirige a mi habitación. En realidad nunca había
traído a una chica así antes. Low no contaba y todas las demás mujeres que
habían estado en mi apartamento habían estado con alguien.
No estaban
aquí para vestirse en mi habitación o para dormir en mi cama. Ni una sola vez
me lo había planteado. No había necesitado traer chicas a mi espacio personal.
Eva
El aparcamiento
estaba lleno de coches. Me tiré del dobladillo de mi falda negra, no estaba
segura de qué iban a llevar y además Cage no me ayudaba demasiado. Le gustaba
todo lo que me había probado y él llevaba unos pantalones vaqueros y una ligera
camiseta azul que hacían más increíbles sus ojos.
Había conducido
mi Jeep hasta aquí porque me dijo que lo iba a necesitar para aparcar. Ahora entendía
por qué. Lo aparcó en el aparcamiento de los empleados.
“¿Qué estás haciendo?” le pregunté horrorizada.
No iba a
dejar mi Jeep aquí para que se lo llevara la grúa.
Cage extendió
la mano y me apretó la rodilla.
“Relájate bebé, me aseguraré de que
sepan que este es mi coche. Va a estar bien, no te preocupes.”
No estaba muy
segura de ello…
Él abrió la
puerta y salió, yo no estaba de acuerdo con esto. Cage dio la vuelta al coche y
me abrió la puerta.
“Baja tu hermoso culo de este Jeep.” Se acercó y deslizó sus manos sobre
la parte superior de mis piernas. “O
podríamos quedarnos un poco más aquí y disfrutar de esta falda que llevas.”
Riendo, le di
una palmada en las manos.
“Quiero ir, pero estoy preocupada por
mi Jeep.”
Escuchó
chillidos, me sobresalto y giro la cabeza para ver a una rubia delgada con muy
poca ropa y con grandes tetas corriendo hacia nosotros. Tenía miedo de que sus
tetas se salieran. ¿Qué estaba haciendo?
“¡Caaaaage!”, añadió a su fuerte chillido.
Me esperó
indecisa para saber quién es. Cage se da la vuelta al oír su nombre.
“Pris,” contestó el mientras ella llegaba a
sus brazos. “Ey chica.” La agarró
por la cintura. No estaba segura de si lo hacía porque quería o porque estaba
evitando que los dos se cayeran al suelo. Ella no parecía real con esas
plataformas tan grandes que llevaba.
“¿Dónde has estado?” le pregunta pasando sus manos por su
pecho como si estuviera lista para desnudarse en medio del aparcamiento.
“Estoy trabajando fuera de la ciudad
durante el verano.”
Él levantó
una de sus manos para quitar las suyas de su cuerpo.
Ella puso
mala cara cuando él le quito las manos y dio un paso atrás. ¿Ella era real?
“¿Pero has vuelto esta noche?”
“Sí, sólo por esta noche,” le respondió, dando otro cambio en su
cuerpo hasta que su espalda está tocando mis piernas.
Por fin los
ojos de la rubia se alejan de Cage y se centran en mí.
“Oh, ya tienes a alguien para pasar
la noche,” ella
comienza a hacer pucheros y luego aparece una sonrisa, se inclina hacia Cage y
se asegura de frotarle los pechos hasta su pecho. “Ya sabes que no me importa compartir… podríamos hacer un trío. Sé cómo
te gusta una chica…”
“Uh, NO. Mala idea,” Cage la interrumpe y llega de nuevo
hasta mí para cogerme de la cintura y entrar al establecimiento con él. Mantiene
su brazo protector envuelto alrededor de mí.
“¿Por qué no? ¿No es ella…?”
“Porque no quiero más eso. Sin
embargo, puedes hacer algo por mí. Asegúrate de que el Jeep esté bien, es mío.”
La chica
frunció el ceño, un poco confundida y luego asintió.
“Está bien, lo haré. ¡Pero llámame!”
Cage ya había
empezado a caminar hacia la puerta trasera.
“¿Quién era? ¿De verdad hiciste un
trío? ¿Con dos chicas a la vez?”
No podía
creer lo que había oído, sabía que la gente hablaba de eso pero no sabía si era
verdad. Agg…
“Era Priscilla, es una camarera de
aquí. No hablemos de mi vida sexual pasada… he cometido un montón de errores,
vamos a dejarlo así.”
Mi mandíbula
cayó abierta.
“Tú has hecho un trío… oh dios mío,” suspiré mientras él suspiraba por mi
reacción y El Cage que yo conocía y el Cage que la chica conocía ni siquiera
parecían el mismo chico.
“Ven por aquí,” me dijo mientras colocaba su mano en
la parte baja de mi espalda, me condujo por un pasillo hacia donde estaba la
música a todo volumen. “Jackdown está
tocando esta noche, tengo amigos en la banda. No son los mejores, pero tampoco
los peores.”
“Tienes amigos en una banda… no es de
extrañar que hayas tenido tríos.”
No podía
dejarlo pasar. ¿En realidad con cuántas chicas había estado?
“Ahí están,” dijo con evidente emoción en su voz. Gritó
por encima del ruido, “Tráeme dos.”
Él bajó la
vista para mirarme, “Espera, ¿qué
quieres tomar?”
“Coca-cola,” le contesté.
Me observó un
momento y luego asintió con la cabeza, volvió para mirar al camarero que estaba
de pie a una buena distancia pero mirando a Cage. “Tráeme una y una coca-cola,” le gritó de nuevo.
De alguna
manera el hombre lo escuchó por encima del ruido.
Rodeamos a la
gente que estaba bailando, no estaba segura de qué esperar de los amigos de
Cage después de ver a la chica de fuera. ¿Todos iban a ser tan salvajes como
ella? ¿Había cometido un error al venir aquí?
“Cage ha llegado,” dijo un chico rubio de aspecto
surfista con una enorme sonrisa en su rostro. “Y ya se ha encontrado a una chica muy guapa.”
El rubio me
guiñó un ojo.
“Eva, el idiota que necesita un corte
de pelo es Preston. Es el mismo idiota que te silbó el día que se acercó el
equipo,” me informó
Cage, inclinándose hacia mí para no gritar.
“Eva,” repitió Preston. “Ahora te recuerdo. No pude verte bien desde la distancia aquel día, pero
estaba en lo cierto.”
“Se cayó cuando era pequeño…no le
hagas caso,” me
susurró Cage, haciéndome reír.
“Ey Eva, soy Trisha.” Me dijo una rubia platino con muchas
curvas, parecía agradable.
“Hola, es un placer conocerte,” le contesté. Ya era oficial, cada
chica que Cage conocía era rubia y muy guapa.
“Este es mi marido, Rock,” me informó y miré para encontrarme
con los ojos divertidos de un hombre grande, tatuado, musculoso y calvo. No tenía
mal aspecto si te gustaba el look motero.
“¿Low y Marcus han venido?” pregunta Cage mientras examina el
resto del lugar.
“Esta noche no. Marcus tiene algunos
cursos de verano online y Low se ha quedado en casa con él,” respondió Trisha.
“¿Quieres bailar?” la boca de Cage estaba tan cerca de
mi oído que la calidez de su aliento me hizo temblar. Miré de nuevo la pista de
baile y a todas aquellas personas que se movían de una manera que no había
visto nunca y me intimidó.
“En realidad no,” le dije, cambiando mi mirada hacia
él.
Me di cuenta
de que estaba decepcionado. No estaba acostumbrada a esto y no quería fastidiarla,
y que deseara no haberme traído.
“Está bien,” me dijo a través de una sonrisa
forzada.
“Aquí, siéntate. Acabo de ver a
alguien que me necesita,” Preston se puso de pie y me dejó el taburete vacío. Eché un vistazo a
Cage y él me asintió con la cabeza. Si yo no iba a bailar, supongo que él
también se pondría cómodo.
“Pensé que Cage estaba trabajando en
una granja durante el verano. ¿Dónde te ha conocido?” preguntó Trisha, inclinándose sobre la mesa para que pudiera
oírla.
“Él trabaja en la granja de mi padre,”
le expliqué.
Sus ojos se
abrieron como platos y miró a Cage.
“Déjalo ir, Trisha es diferente,” fue su respuesta fría a su mirada
inquisitiva.
“¿En serio?” su voz se apagó mientras me miraba.
El escrutinio
de repente me hacía pensar que la pista de baile era la opción más segura.
“¿Dónde está el baño?” le pregunté, así Trisha tendría una
excusa para tomarse un respiro y relajarse. Sabía que esto estaba tenso.
“Vamos, te diré dónde está,” me dijo Trisha, levantándose de su
taburete.
“Volveré en un minuto,” le dije a Cage y seguí rápidamente a
Trisha.
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