martes, 10 de diciembre de 2013

CAPÍTULO 11

Cage

Durante tres días ella había estado ausente, tres días muy largos… Cuando me desperté me encontré una carta al lado de mi cama, esperaba que fuera una carta sexy para decirme cuando iba a disfrutar de ella otra vez. En cambio, era una carta diciéndome que Jeremy iba a venir a buscarla y que la iba a llevar a ver a su familia en Louisiana y que estaría fuera un par de días.
Había estado ansioso desde que se fue, sabía que él le estaba diciendo acerca de sus planes y me estaba poniendo muy nervioso. No me gustaba pensar que ella estaba mal, y encima tan lejos. Aunque me obligué a recordarme a mí mismo que Jeremy sabía cómo lidiar con sus emociones.
Low vendría a buscarme mañana y yo no quería irme sin antes ver a Eva. No podía disfrutar de mi día libre sin saber que estaba bien. ¿Cómo puede ser que no tenga su puto número de teléfono? Había dormido toda la noche con ella en mis brazos y le había dado un orgasmo en el lago. Normalmente no tenía intención de ver a las chicas más veces, así que nunca les pedía el número de teléfono. Eva no correspondía a esa categoría. Ella era… más y mejor. Necesitaba su puto número.
Salí de la ducha y me até una toalla a la cintura. Tal vez podría llamar a Low y ver si ella quería hacer algo por aquí durante unas horas. Yo no tenía que ir a ver mi apartamento. La idea de irme con Preston y recoger a las chicas en la playa ya no tenía el mismo atractivo. Eva estaba jodiendo mi cabeza…
Cogí mi teléfono y presioné el número de Low.

“¿Cage?”
“Sí, ¿estás bien?”
Larissa chilló de fondo y empezó a aplaudir, mientras decía mi nombre.
“Alguien quiere hablar contigo, espera.”

Sonriendo, esperé a escuchar la voz de Larissa. No la había visto desde que llegué aquí, Larissa era la sobrina de Low. La mayoría de las veces es como si fuera su hija. Las cosas cambiaron, cuando Low conoció a Marcus. Ahora, Larissa sólo iba a visitar a Low cuando preguntaba por ella.

“Ey Cage,” dijo Larissa.
“Hola pequeña. ¿Te estás divirtiendo con Low?”
“¡Sí! Martus aquí también,” grita al teléfono.
Ella no se había dado cuenta todavía que podía hablar con normalidad por teléfono.
“Entonces apuesto a que estás recibiendo todo tipo de atención. ¿Cómo están todas tus princesas?”
“¡Tengo una nueva! Martes me comprado a Media. Tiene el pelo de Low.”
No tenía ni idea de lo que decía, pero no se lo iba a decir.
“Vas a tener que enseñármela la próxima vez que te vea.”
Low empezó a hablar y Larissa me dijo: “Adiós.”
“¿Te has enterado de lo que te ha dicho de la princesa?” me preguntó Low con voz divertida.
“Pues no.”
“Lo suponía. Disney tiene una nueva princesa, su nombre es Mérida y su cabello es largo, rojo y rizado. Es mucho más desordenado que el mío, pero Marcus se entretiene mucho. Le ha comprado a Larissa muchas cosas sobre Mérida, aunque ella la llama Princesa Low.”

La felicidad en su voz hizo que se me olvidara todo lo demás. Ella había tenido una vida de mierda, pero ahora las cosas habían cambiado y Low finalmente tenía un descanso.

“No puedo esperar a ver a esa nueva princesa pelirroja.”
“Mmm…, pero no llamaste por eso. ¿Qué pasa?”
“Neceisto…” me di la vuelta y vi a Eva de pie en la puerta con una expresión extraña.
“Uh, ahora te llamo.”
Terminé la llamada y me acerqué a coger la mano de Eva y tire de ella para que pudiera cerrar la puerta.
“Ey, has vuelto.”
Ella me miró con una suavidad que no esperaba.
“¿Te acabo de oír hablando con una niña sobre sus princesas?”
¿Cuánto tiempo había estado allí?
“Sí, era la sobrina de Low, Larissa.”
“¿Y has hablado con ella por teléfono acerca de sus muñecas? Realmente no te conozco en absoluto, Cage York.”
Extendí la mano y envolví uno de sus largos rizos con mi dedo. Necesitaba tocarla de alguna manera.
“Has vuelto,” repetí.
Ella trató de sonreír y fracasó. Pude ver el pequeño temblor de su labio inferior.
“¿Qué pasa?” le pregunté, aunque ya sabía que esto iba sobre Jeremy.
Se le escapó una pequeña lágrima y rápidamente la cogí con mi dedo.
“Jeremy se muda. Le necesito, pero entiendo que tenga que vivir su vida.” Traga fuertemente y cierra los ojos con fuerza. “Sabía que se estaba mudando antes de que me lo dijese. Su nueva vida y su apartamento son increíbles, me alegro mucho por él, pero estoy perdida si se va.”

La arropé entre mis brazos y enterró su rostro en mi hombro. Las cálidas lágrimas salpicaron en mi piel y cada gota me rompía el corazón. Me encantaría arreglarlo si supiera cómo. No sabía qué hacer para hacerla sentir mejor, Jeremy era su red de seguridad.

“Es sólo eso, que ha de seguir adelante. Él está olvidando.” Dijo con voz ahogada.

Se detuvo y se apartó de mí. Podía ver el dolor en sus ojos y el deseo de hablarme de Josh. Quería que lo hiciera, quería ser capaz de hablar con ella sobre eso. Odiaba que ella pensase que estaba dejando ir sólo a Jeremy.

“¿Qué está olvidando, Eva?” le pregunté.

Ella había evitado decirme más sobre por qué se había quitado el anillo de compromiso. Estaba tratando que se me olvidase, pero necesitaba más ahora.

“El pasado,” me respondió ella finalmente.
Se dio la vuelta y abrió la puerta, iba a echar a correr. Mierda.
“¡NO!” le supliqué. “Quédate, habla conmigo.”
Ella no se volvió. En cambio, abrió la puerta y se fue.

Eva

Cage no regresó hasta después de la medianoche del domingo. La única razón por la que sabía esto era porque la última vez que iré el reloj eran las 00:05.
Poco después, me había quedado dormida. Cuando me levanté esta mañana, estaba ya con las vacas.
Fui al lago con la esperanza de encontrarlo allí, pero después de tres horas me di cuenta de que esto había llegado demasiado lejos. Él había sido sincero conmigo desde el principio, no se había contenido en ningún momento cuando le preguntaba algo. Sin embargo, yo le había escondido cosas sobre mí, sabía muchas más cosas de él de lo que él sabía de mí.
Pero… ¿cómo le hablo de Josh? ¿Cómo le explico a otro hombre el dolor que pasé al perderlo? ¿Cómo puedo luchar con la compasión que habrá en sus ojos a partir de ahora? No creo que pueda soportarlo.
Pero, de todas formas, había ido a dejarle la toalla y el termo. Era evidente que no quería verme.
Me había ido cuando me pidió que me quedara, el sonido de su voz suplicante me perseguía en sueños. No era el playboy egoísta y duro que me esperaba cuando lo conocí. Era suave cuando tenía que serlo. La voz tan dulce que había puesto cuando estaba hablando con la niña por teléfono y cómo me cogía en brazos para consolarme, aunque estuviese enfadado. Cuando notó que no llevaba el anillo me preguntó, pero no le hice caso y lo distraje. Él había tenido suficiente.
Envolví mis brazos alrededor de mis piernas y descansé la barbilla sobre las rodillas. Estos últimos días había sido tan patética, estaba todo el tiempo tratando de ver a Cage y pasaba más tiempo en la mecedora del porche que en cualquier otro sitio.
La grava crujió y vi que Becca conducía un coche rojo y giraba hacia el camino de entrada. Se había ido más tiempo del que me esperaba. Habíamos hablado muy poco sobre Cage antes de que yo empezase a emborracharme a tequila el día que salimos.
Hoy sus botas eran igual de rojas que una manzana dulce, un complemento casi perfecto para su coche. Probablemente lo habría hecho a propósito.

“Mírate ahí sentada en la mecedora como si tuvieras sesenta años,” bromeó Becca mientras se pavoneaba por el patio delantero y subía los escalones.
“Es un lugar muy agradable,” le contesté, era un sitio en el que podía ver a Cage.
Becca apretó los labios rojos, también un complemento con el coche y sus botas. Juntas escudriñamos el patio.
“¿No ves a tu macarra?” me gorjeó.
“Su nombre es Cage, ya lo sabes,” le espeté.
Becca giró la cabeza hacia mí.
“Ooooh, irritable. ¿Es tu punto débil el chico caliente?”
“No es un mal chico después de todo. Él no se aprovechó de ti, ¿verdad?”
Becca se puso rígida y luego se encogió de hombros como si no le importa.
“Creo que probablemente es un chico caliente pero es gay. Normalmente, cuando un hombre es tan guapo es demasiado bueno para ser verdad. Pienso que tiene un compañero igual de guapo que él cuando vuelva a casa. No me malinterpretes, no soy homófoba, sería bastante caliente verlo, pero es una pena que esa perfección no juegue en el equipo adecuado.”
Ella sólo acusa a Cage de ser gay porque no quería follarla sin conocerla casi.
Quería gritarle que Cage no era gay, pero me controlé.
“He visto a una chica en su vida. Él no es gay,” le informé. Ella no tenía que saber que Willow estaba comprometida con otra persona.
Becca frunció el ceño.
“¿Tiene novia?”
Técnicamente sí, tenía una amiga.
“Han crecido juntos, llevan muchísimo tiempo juntos.”

El rostro de Becca se volvió triste y me di cuenta de lo que acababa de decir. Ella estaba pensando en mí y en Josh, esta pena era la que no quería ver en el rostro de Cage. Tenía suficiente compasión por parte de los demás. Jeremy era el único que no me había compadecido, estuvo a mi lado, lloró conmigo pero nunca me compadecía.

“Jeremy se va a LSU (Universidad Estatal de Lousiana) en otoño,” le solté, necesitaba decírselo a alguien y tenía que cambiar de tema. No estaba de humor para hablar de Josh con ella.
“Oh, guau.”

Becca me observaba de cerca, estaba esperando a que rompiese a llorar, pero ya lo había hecho. Durante dos días enteros lloraba cada vez que pensaba que él iba a seguir adelante. No eran lágrimas de tristeza por haber perdido a Jeremy, eran lágrimas de tristeza porque había encontrado la manera de seguir adelante y yo todavía estaba atrapada, incapaz de moverme más allá de Josh.

“Así que, ¿cuándo te enteraste”
“La semana pasada. Me llevó a ver todo aquello, ha cogido un apartamento con su primo. Él se va para siempre el mes que viene, tiene que encontrar un trabajo y prepararlo todo antes de que empiecen las clases.”
“¿Vais a estar bien separados?”

Lo que en realidad quería decir era que iba a estar bien sin él. Todo el mundo parecía entender que Jeremy estaba listo para seguir adelante con su vida.

“Vamos a estar bien. Jeremy necesita vivir.”
Becca asintió.
“Si él puede hacerlo,” hizo una pausa, “tú también puedes.”
Me gustaría saber cómo…

El estruendo de una camioneta nos interrumpió y Becca se giró para ver cómo llegaba Cage.
“Dios, espero que vaya sin camisa,” susurró.

Yo también estaba de acuerdo con ese deseo.
Cuando salió de la camioneta parecía que miraba hacia aquí, pero rápidamente desvió la mirada y se dirigió al granero. Llevaba una camiseta blanca que parecía un poco pequeña. Me pregunto si la llevaba así por su piercing.

“Voy a ir a hablar con él. Ahora vuelvo,”anunció Becca, saltó de la barandilla y empezó a bajar las escaleras.

¿Y si él se estaba cambiando? ¿Y si ella ya había visto su piercing? No quería que lo viera, era mi secreto.

Abrí la boca para decir algo que la detuviese, pero no tenía ninguna excusa. Qué ridícula era… Así que, lo único que podía hacer era observar impotente cómo Becca hacía cabriolas por el patio mientras se dirigía a las puertas del granero. Me encantaría correr detrás de ella y tirarla al suelo, pero no podía hacer nada al respecto.

2 comentarios:

  1. oh me ha gustado este capítulo....ella comienza a ver a Cage no como un playboy sino como un chico dulce, combinación perfecta para un hombre...bueno rudo y bonito jajaja

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    1. jajaja si que es verdad, es la mejor combinación...
      veremos a ver qué pasa en los siguientes capítulos, yo también estoy impaciente :)

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