Cage
Durante tres
días ella había estado ausente, tres días muy largos… Cuando me desperté me
encontré una carta al lado de mi cama, esperaba que fuera una carta sexy para
decirme cuando iba a disfrutar de ella otra vez. En cambio, era una carta
diciéndome que Jeremy iba a venir a buscarla y que la iba a llevar a ver a su
familia en Louisiana y que estaría fuera un par de días.
Había estado
ansioso desde que se fue, sabía que él le estaba diciendo acerca de sus planes
y me estaba poniendo muy nervioso. No me gustaba pensar que ella estaba mal, y
encima tan lejos. Aunque me obligué a recordarme a mí mismo que Jeremy sabía
cómo lidiar con sus emociones.
Low vendría a
buscarme mañana y yo no quería irme sin antes ver a Eva. No podía disfrutar de
mi día libre sin saber que estaba bien. ¿Cómo puede ser que no tenga su puto
número de teléfono? Había dormido toda la noche con ella en mis brazos y le
había dado un orgasmo en el lago. Normalmente no tenía intención de ver a las
chicas más veces, así que nunca les pedía el número de teléfono. Eva no
correspondía a esa categoría. Ella era… más y mejor. Necesitaba su puto número.
Salí de la
ducha y me até una toalla a la cintura. Tal vez podría llamar a Low y ver si
ella quería hacer algo por aquí durante unas horas. Yo no tenía que ir a ver mi
apartamento. La idea de irme con Preston y recoger a las chicas en la playa ya
no tenía el mismo atractivo. Eva estaba jodiendo mi cabeza…
Cogí mi
teléfono y presioné el número de Low.
“¿Cage?”
“Sí, ¿estás bien?”
Larissa
chilló de fondo y empezó a aplaudir, mientras decía mi nombre.
“Alguien quiere hablar contigo,
espera.”
Sonriendo,
esperé a escuchar la voz de Larissa. No la había visto desde que llegué aquí,
Larissa era la sobrina de Low. La mayoría de las veces es como si fuera su
hija. Las cosas cambiaron, cuando Low conoció a Marcus. Ahora, Larissa sólo iba
a visitar a Low cuando preguntaba por ella.
“Ey Cage,” dijo Larissa.
“Hola pequeña. ¿Te estás divirtiendo
con Low?”
“¡Sí! Martus aquí también,” grita al teléfono.
Ella no se
había dado cuenta todavía que podía hablar con normalidad por teléfono.
“Entonces apuesto a que estás
recibiendo todo tipo de atención. ¿Cómo están todas tus princesas?”
“¡Tengo una nueva! Martes me comprado
a Media. Tiene el pelo de Low.”
No tenía ni
idea de lo que decía, pero no se lo iba a decir.
“Vas a tener que enseñármela la
próxima vez que te vea.”
Low empezó a
hablar y Larissa me dijo: “Adiós.”
“¿Te has enterado de lo que te ha
dicho de la princesa?” me preguntó Low con voz divertida.
“Pues no.”
“Lo suponía. Disney tiene una nueva
princesa, su nombre es Mérida y su cabello es largo, rojo y rizado. Es mucho
más desordenado que el mío, pero Marcus se entretiene mucho. Le ha comprado a
Larissa muchas cosas sobre Mérida, aunque ella la llama Princesa Low.”
La felicidad
en su voz hizo que se me olvidara todo lo demás. Ella había tenido una vida de
mierda, pero ahora las cosas habían cambiado y Low finalmente tenía un
descanso.
“No puedo esperar a ver a esa nueva
princesa pelirroja.”
“Mmm…, pero no llamaste por eso. ¿Qué
pasa?”
“Neceisto…” me di la vuelta y vi a Eva de pie en
la puerta con una expresión extraña.
“Uh, ahora te llamo.”
Terminé la
llamada y me acerqué a coger la mano de Eva y tire de ella para que pudiera
cerrar la puerta.
“Ey, has vuelto.”
Ella me miró
con una suavidad que no esperaba.
“¿Te acabo de oír hablando con una
niña sobre sus princesas?”
¿Cuánto
tiempo había estado allí?
“Sí, era la sobrina de Low, Larissa.”
“¿Y has hablado con ella por teléfono
acerca de sus muñecas? Realmente no te conozco en absoluto, Cage York.”
Extendí la
mano y envolví uno de sus largos rizos con mi dedo. Necesitaba tocarla de
alguna manera.
“Has vuelto,” repetí.
Ella trató de
sonreír y fracasó. Pude ver el pequeño temblor de su labio inferior.
“¿Qué pasa?” le pregunté, aunque ya sabía que esto
iba sobre Jeremy.
Se le escapó
una pequeña lágrima y rápidamente la cogí con mi dedo.
“Jeremy se muda. Le necesito, pero
entiendo que tenga que vivir su vida.” Traga fuertemente y cierra los ojos con fuerza. “Sabía que se estaba mudando antes de que
me lo dijese. Su nueva vida y su apartamento son increíbles, me alegro mucho
por él, pero estoy perdida si se va.”
La arropé
entre mis brazos y enterró su rostro en mi hombro. Las cálidas lágrimas
salpicaron en mi piel y cada gota me rompía el corazón. Me encantaría
arreglarlo si supiera cómo. No sabía qué hacer para hacerla sentir mejor,
Jeremy era su red de seguridad.
“Es sólo eso, que ha de seguir
adelante. Él está olvidando.” Dijo con voz ahogada.
Se detuvo y
se apartó de mí. Podía ver el dolor en sus ojos y el deseo de hablarme de Josh.
Quería que lo hiciera, quería ser capaz de hablar con ella sobre eso. Odiaba
que ella pensase que estaba dejando ir sólo a Jeremy.
“¿Qué está olvidando, Eva?” le pregunté.
Ella había
evitado decirme más sobre por qué se había quitado el anillo de compromiso.
Estaba tratando que se me olvidase, pero necesitaba más ahora.
“El pasado,” me respondió ella finalmente.
Se dio la
vuelta y abrió la puerta, iba a echar a correr. Mierda.
“¡NO!” le supliqué. “Quédate, habla conmigo.”
Ella no se
volvió. En cambio, abrió la puerta y se fue.
Eva
Cage no
regresó hasta después de la medianoche del domingo. La única razón por la que
sabía esto era porque la última vez que iré el reloj eran las 00:05.
Poco después,
me había quedado dormida. Cuando me levanté esta mañana, estaba ya con las
vacas.
Fui al lago
con la esperanza de encontrarlo allí, pero después de tres horas me di cuenta
de que esto había llegado demasiado lejos. Él había sido sincero conmigo desde
el principio, no se había contenido en ningún momento cuando le preguntaba
algo. Sin embargo, yo le había escondido cosas sobre mí, sabía muchas más cosas
de él de lo que él sabía de mí.
Pero… ¿cómo
le hablo de Josh? ¿Cómo le explico a otro hombre el dolor que pasé al perderlo?
¿Cómo puedo luchar con la compasión que habrá en sus ojos a partir de ahora? No
creo que pueda soportarlo.
Pero, de
todas formas, había ido a dejarle la toalla y el termo. Era evidente que no
quería verme.
Me había ido
cuando me pidió que me quedara, el sonido de su voz suplicante me perseguía en
sueños. No era el playboy egoísta y duro que me esperaba cuando lo conocí. Era
suave cuando tenía que serlo. La voz tan dulce que había puesto cuando estaba
hablando con la niña por teléfono y cómo me cogía en brazos para consolarme,
aunque estuviese enfadado. Cuando notó que no llevaba el anillo me preguntó,
pero no le hice caso y lo distraje. Él había tenido suficiente.
Envolví mis
brazos alrededor de mis piernas y descansé la barbilla sobre las rodillas.
Estos últimos días había sido tan patética, estaba todo el tiempo tratando de
ver a Cage y pasaba más tiempo en la mecedora del porche que en cualquier otro
sitio.
La grava
crujió y vi que Becca conducía un coche rojo y giraba hacia el camino de
entrada. Se había ido más tiempo del que me esperaba. Habíamos hablado muy poco
sobre Cage antes de que yo empezase a emborracharme a tequila el día que
salimos.
Hoy sus botas
eran igual de rojas que una manzana dulce, un complemento casi perfecto para su
coche. Probablemente lo habría hecho a propósito.
“Mírate ahí sentada en la mecedora
como si tuvieras sesenta años,” bromeó Becca mientras se pavoneaba por el patio delantero y
subía los escalones.
“Es un lugar muy agradable,” le contesté, era un sitio en el que
podía ver a Cage.
Becca apretó
los labios rojos, también un complemento con el coche y sus botas. Juntas
escudriñamos el patio.
“¿No ves a tu macarra?” me gorjeó.
“Su nombre es Cage, ya lo sabes,” le espeté.
Becca giró la
cabeza hacia mí.
“Ooooh, irritable. ¿Es tu punto débil
el chico caliente?”
“No es un mal chico después de todo.
Él no se aprovechó de ti, ¿verdad?”
Becca se puso
rígida y luego se encogió de hombros como si no le importa.
“Creo que probablemente es un chico
caliente pero es gay. Normalmente, cuando un hombre es tan guapo es demasiado bueno
para ser verdad. Pienso que tiene un compañero igual de guapo que él cuando
vuelva a casa. No me malinterpretes, no soy homófoba, sería bastante caliente
verlo, pero es una pena que esa perfección no juegue en el equipo adecuado.”
Ella sólo
acusa a Cage de ser gay porque no quería follarla sin conocerla casi.
Quería
gritarle que Cage no era gay, pero me controlé.
“He visto a una chica en su vida. Él
no es gay,” le
informé. Ella no tenía que saber que Willow estaba comprometida con otra
persona.
Becca frunció
el ceño.
“¿Tiene novia?”
Técnicamente
sí, tenía una amiga.
“Han crecido juntos, llevan muchísimo
tiempo juntos.”
El rostro de
Becca se volvió triste y me di cuenta de lo que acababa de decir. Ella estaba
pensando en mí y en Josh, esta pena era la que no quería ver en el rostro de
Cage. Tenía suficiente compasión por parte de los demás. Jeremy era el único
que no me había compadecido, estuvo a mi lado, lloró conmigo pero nunca me
compadecía.
“Jeremy se va a LSU (Universidad Estatal de Lousiana) en otoño,” le solté, necesitaba decírselo a
alguien y tenía que cambiar de tema. No estaba de humor para hablar de Josh con
ella.
“Oh, guau.”
Becca me
observaba de cerca, estaba esperando a que rompiese a llorar, pero ya lo había
hecho. Durante dos días enteros lloraba cada vez que pensaba que él iba a
seguir adelante. No eran lágrimas de tristeza por haber perdido a Jeremy, eran
lágrimas de tristeza porque había encontrado la manera de seguir adelante y yo
todavía estaba atrapada, incapaz de moverme más allá de Josh.
“Así que, ¿cuándo te enteraste”
“La semana pasada. Me llevó a ver
todo aquello, ha cogido un apartamento con su primo. Él se va para siempre el
mes que viene, tiene que encontrar un trabajo y prepararlo todo antes de que
empiecen las clases.”
“¿Vais a estar bien separados?”
Lo que en
realidad quería decir era que iba a estar bien sin él. Todo el mundo parecía
entender que Jeremy estaba listo para seguir adelante con su vida.
“Vamos a estar bien. Jeremy necesita
vivir.”
Becca asintió.
“Si él puede hacerlo,” hizo una pausa, “tú también puedes.”
Me gustaría
saber cómo…
El estruendo
de una camioneta nos interrumpió y Becca se giró para ver cómo llegaba Cage.
“Dios, espero que vaya sin camisa,” susurró.
Yo también
estaba de acuerdo con ese deseo.
Cuando salió
de la camioneta parecía que miraba hacia aquí, pero rápidamente desvió la
mirada y se dirigió al granero. Llevaba una camiseta blanca que parecía un poco
pequeña. Me pregunto si la llevaba así por su piercing.
“Voy a ir a hablar con él. Ahora vuelvo,”anunció Becca, saltó de la barandilla
y empezó a bajar las escaleras.
¿Y si él se
estaba cambiando? ¿Y si ella ya había visto su piercing? No quería que lo
viera, era mi secreto.
Abrí la boca
para decir algo que la detuviese, pero no tenía ninguna excusa. Qué ridícula
era… Así que, lo único que podía hacer era observar impotente cómo Becca hacía
cabriolas por el patio mientras se dirigía a las puertas del granero. Me encantaría
correr detrás de ella y tirarla al suelo, pero no podía hacer nada al respecto.
oh me ha gustado este capítulo....ella comienza a ver a Cage no como un playboy sino como un chico dulce, combinación perfecta para un hombre...bueno rudo y bonito jajaja
ResponderEliminarjajaja si que es verdad, es la mejor combinación...
Eliminarveremos a ver qué pasa en los siguientes capítulos, yo también estoy impaciente :)