viernes, 16 de agosto de 2013

CAPÍTULO 18

Marcus

Mi madre seguía parloteando sobre el próximo festival de Marisco de Sea Breeze y el evento de caridad que estaba haciendo. Willow era perfecta. Ella estaba interesada en las charlas sin sentido de mi madre e incluso mantenía la conversación con preguntas sobre el evento.
Amanda me llamó la atención 2 veces, ella también estaba muy feliz con Willow. La que me preocupaba ahora era mi madre y Willow estaba haciendo un trabajo fantástico. Estaba necesitando toda mi fuerza de voluntad para no inclinarme y besarla hasta dejarla sin sentido. Cuando Willow le preguntó si había algo que pudiera hacer para ayudar, la cara de mi madre se iluminó.
Yo estaba aliviado al ver una verdadera sonrisa en su cara. Cuando habíamos llegado tenía un nudo enfermo en el estómago por la devastación que brillaba en sus ojos, pero con cada sonrisa Willow la ayudaba y yo podía comer más fácilmente y relajarme. Además la postura tensa de Amanda también había disminuido.
Al final de la comida había renunciado a toda pretensión de no sentirme fascinado por Willow. Me quedé mirándola abiertamente, bebiendo de su piel suave y de su sedoso cabello que se le rizaba sobre los ojos y sus ojos expresivos. El color rosa de sus mejillas me daba a entender que sabía que la estaba mirando.

“Me encantaría ayudar. Le diré a Marcus que te mande mi número, así me puedes decir cuándo me necesitas.”
Iba a pasar el tiempo ayudando a mi madre. A partir de ahora iba a hacer todo lo que ella me pidiese.
“Marcus, ¿cariño?” la voz de mi madre irrumpió en mis pensamientos y pasé de mirar a Willow a mirar a mi madre.
“¿Sí?” ella se rio entre dientes y parecía muy contenta.
Esta noche no había sido un fracaso después de todo. Willow había salvado el día.
“¿Puedes ayudarme a coger el pastel de caramelo y los platos de postre, por favor?” asentí y me levanté, vi como Amanda se aguantaba la risa detrás de la servilleta.

Sentía que mi madre me había llamado más veces antes de que yo hubiera reaccionado. Mi hermana y mi madre eran demasiado graciosas.
Seguí a mi madre hasta la cocina y en el momento en el que no nos veían, me abrazó con fuerza.

“Oh cariño, es perfecta. La amo. Ella es hermosa e inteligente y estás tan enamorado de ella. A mi corazón le encanta verte así, y ella es de aquí. Siempre me había preocupado que conocieras a una chica de fuera en la universidad y te alejaras de mí. Esto es perfecto. No puedo esperar para presentársela a las chicas del club cuando ella venga a ayudarme con la decoración de nuestro stand en el festival.”
No pude evitar reír ante el entusiasmo de mi madre. El que mi padre no se hubiera presentado estaba completamente olvidado.
“Ella es especial, ya te lo dije.”
“Sí, sin duda es especial. La adoro.”
“Yo también la adoro mamá.”

Willow había trabajado las dos últimas noches y ayer había pasado todo el día con Larissa. La echaba de menos y esta noche la necesitaba toda para mí. Tendríamos un picnic a la luz de la luna en la playa, bailaríamos bajo las estrellas y luego iba a hacer el amor con ella. Había llegado el momento. Yo quería dormir en la cama con ella por la noche.
Pero antes de todo eso, tenía que lidiar con mi padre. Me había llamado dos veces y me había dejado dos mensajes que había borrado sin escucharlos. Esta mañana mi madre me llamó por él y me rogó que fuera a verlo. Odiaba tener un conflicto así, ya que él había hecho añicos su mundo. Ella lo había perdonado tan rápido…
Entré en su concesionario de Sea Breeze, mi padre siempre estaba en éste, esta era su base de operaciones y era mucho más grande que las otras. Tomé una respiración profunda, salí de la camioneta y me dirigí a la puerta principal. El pelo rizado de color rojo que pertenecía a la secretaria que supuestamente había calentado fue lo primero que noté. Con el ceño fruncido pasé delante de ella y por primera vez en mi vida quise hacerle daño a una mujer. No le pregunté si él estaba en su oficina. No iba a hablar con la prostituta que había roto mi familia. Mi padre me miró mientras acechaba su oficina.

“Marcus,” dijo él sorprendido.
“Mamá me pidió que viniera. Estoy aquí y sólo tienes 10 minutos.”
Frunció el ceño, asintió y me hizo señas para que me sentara. Consideré negarme y estar de pie para poder mirarlo desde lo alto, pero decidí que sería más seguro sentarme. Así si me abalanzaba sobre él, tendría tiempo para agacharse. Se aclaró la garganta, se aflojó la corbata y apoyó los codos sobre la mesa, inclinándose hacia delante.
“Sé que el que no me presentase en la cena familiar no te sentó bien.”
Dejé escapar una risa dura.
“No papá, el hecho de que la zorra siga trabajando para ti cuando le dijiste a mamá que le habías despedido es lo que me tiene furioso ahora mismo.”
Su boca formó una línea apretada y pude ver que mi comentario le molestaba.
“Vamos a dejarla fuera de esto, ¿de acuerdo? Hay cosas que no sabes y hasta que no tengas mi edad y estés donde yo estoy, no lo entenderás.”
Una neblina roja se apoderó de mi visión.
“Tu madre y yo hemos estado viviendo como compañeros de habitación mucho tiempo Marcus. Ella estaba en su mundo y yo estaba ocupado con el trabajo, por lo que a ella le ha sido posible vivir la vida de ensueño que quería. Por eso Amanda tiene todo lo que quiere, y yo he hecho lo mismo por ti hasta que me dejaste. Me molesta que no quieras que te ayude con cualquier cosa. Eres mi hijo y quiero que tengas lo mejor, pero tú me has apartado del camino y no puede ser,” hizo un gesto con la mano como si aplastase las palabras.
“Tu madre y yo ya no nos hacemos felices. Nuestro matrimonio había terminado mucho antes de que yo me fuese, y yo necesito cariño…”
“Para,” gruñí.
No podía escuchar esto.
“No lo hagas. No me digas nada de tus necesidades.”
Dije cada palabra con todo el veneno que pude.
“Sólo me importa la mujer que dedicó su vida a Amanda y a mí. Hizo todas las cosas de la casa para ti. Y nada de eso justifica que salgas corriendo y te folles a una chica que tiene la mitad de edad que tú. ¿De verdad crees que te quiere? ¿En serio? Eso es estúpido y patético. Ella quiere tu dinero. Eres un estúpido.”
Mi padre salió disparado de la silla y golpeó la pared que había detrás de él.
“No voy a escuchar tus insultos. Tú eres mi hijo y me merezco más respeto.”
Una risa enfadada salió de mí y negué con la cabeza.
“Cualquier relación que tuviese que ver contigo ya no existe desde que traicionaste a mi madre.”

No esperé una respuesta, abrí la puerta y la cerré con fuerza. Los clientes y vendedores saltaban y se giraban para ver el espectáculo que estaba causando. Tenía la esperanza de que todos se fueran sin comprar nada. Miré con furia a la chica responsable de todo esto. Ella me miraba con una expresión temerosa y de asombro. Quería hacerle daño, arrojarla contra la pared y gritarle, pero no pude. Así que me conforme con palabras.

“Quítale todo lo que puedas, porque no vas a ser joven para siempre. Te dejará por alguien más joven que tú. Una cebra no cambia sus rayas y te puedo asegurar que no hay nada especial en ti. No eres más que un pedazo de carne joven.”

Su mandíbula se abrió ante mis palabras y oí que los demás me habían oído, ya que los escuchaba jadear. Bueno, así mi padre se lo pensaría dos veces antes de llamarme de nuevo. Fui hacia la camioneta, era temprano, pero necesitaba una cerveza. No, necesitaba un maldito whisky, no, varios whiskys.


Willow

“Ey Low,” la voz de Preston me sorprendió y me di la vuelta para encontrármelo de pie detrás de mí, con las manos metidas en los bolsillos de sus vaqueros, estaba con el ceño fruncido.
“Hola Preston.”

Él miro a su alrededor, al restaurante casi vacío. Ya era hora de irme y había llamado a Marcus, pero él no había contestado. Estaba a punto de irme andando. Llamar a Cage estaba fuera de mis planes, tal vez Marcus envío a Preston o eso esperaba. Estaba agotada y andar era lo último que quería hacer.

“¿Te tienes que ir?” me preguntó.
“Sí, estaba a punto de salir. ¿Marcus te ha enviado?”
El ceño de Preston se profundizó.
“Bueno, no exactamente. Está en el bar de aquí al lado.”
¿Él estaba allí? ¿Por qué no había respondido a mis llamadas?
“Está bien,” le contesté esperando que me diese una explicación.
Preston suspiró. “Está destrozado y ebrio hasta el culo, no sabe qué demonios está haciendo.”
Alarmada me quité el delantal y lo tire en la canasta sucia y me dirigí a la puerta. Preston me siguió.
“Antes de que lo veas así, debes saber que fue a ver a su padre hoy y fue brutal. Fue directamente a la barra y ha estado allí desde entonces. Él tiene un montón de problemas en su familia ahora mismo y toda la presión está sobre él, porque tiene que mantener a su hermana y a su madre. No te enfades con él.” El tono de súplica en la voz de Preston me asustó.

Mentalmente me preparé para lo peor mientras abría la puerta del bar y entraba, escaneé la multitud para buscar a mi novio borracho.

“Rock está con él, lo llamé a él primero. Ginger, el camarero de esta noche me llamó y me dijo que lo llamase. Él vino conmigo.”

Encontré a Rock primero, él estaba sentado en un lado lejos de la pista de baile y estaba solo. Sus ojos se encontraron con los míos y pude ver la expresión de disculpa antes de que él hablara. Mi corazón latía en el pecho. ¿Dónde estaba? Esperaba que Rock no le hubiese dejado salir y menos conducir ebrio.

“¿Dónde?” le pregunté en cuanto llegué. Rock señaló con su taza a la pista de baile. Giré e inmediatamente me lo encontré. Estaba bailando con Jess, ella estaba follando su pierna mientras él se aferraba a sus caderas y sonreía como si fuera el mejor momento de su vida. Furiosa, me acerqué a la pista de baile. Esa perra había llegado demasiado lejos. No me importaba su primo. Marcus era mío. Cuando me detuve detrás de Jess me encontré con sus ojos verdes inyectados en sangre y me miró. Agarré el hombro de Jess, la tiré con toda la fuerza que pude y escuché cómo gritaba.

“Bebé,” me dijo Marcus. “Mi Low está aquí,” sus palabras se ahogaron mientras me atraía hacia él y enterraba su cabeza en mi cuello.
Unas uñas se clavaron en mi brazo y grité de dolor. Marcus me miró sorprendido y confuso.
“Atrás puta,” me dijo Jess que estaba detrás de mí.
Empuje a Marcus lo suficiente para que no estuviera en medio de la pelea, me di la vuelta y la miré.
“Te sugiero que te vayas. Me molesta que toques a mi novio. Está borracho y no se acordará de esto mañana. Así que vete de vuelta al infierno antes de que te rompa esa pequeña y perfecta nariz.” Le susurré dando otro paso hacia ella.
Ella se rio. “No te tengo miedo.”
Levanté una ceja y sonreí. “¿En serio? Bueno princesa, ¿alguna vez te has peleado con una chica de mi lado de la ciudad? No lucharemos justamente. No voy a tirarte del pelo y a arañarte la cara, lucharemos para vivir. Te verás boca arriba en esta pista de baile. ¿Quieres ver si estoy mintiendo?”

Oí algunos silbidos, pero no hice caso. El bloqueo de la multitud era la primera regla, podía acabar con ella, no tenía ninguna duda. Cage me había enseñado a luchar en la calle a una edad temprana. La indecisión en su cara mientras yo le sostenía la mirada, era ridícula.

“Retrocede Jess,” Rock se acercó, la cogió y tiró de ella hacia atrás.
Ella no se resistió, se dejó llevar hasta la puerta principal. Cuando ya se había ido me di la vuelta y vi que los ojos vidriosos de Marcus se fijaban en mí y le salía una risa tonta. Sí, estaba completamente perdido.
“Eso fue caliente, Low,” dijo arrastrando las palabras, me extendí la mano y me tiré contra él.
Olía a Cage y no me gustaba, quería que volviera Marcus. Lo empujé y le miré a los ojos. Tenía el ceño fruncido.
“¿Qué pasa?,” me preguntó balanceándose ligeramente.
Decirle lo que estaba mal era inútil.
“Te voy a llevar a casa,” le respondí y agarré su brazo para mantenerlo en línea recta.
Preston nos estaba esperando en la puerta y la abrió.
“Siento que hayas tenido que verlo así,” susurró Preston.

Asentí con la cabeza, a mí también me daba pena verlo así. También me daba pena tener que haberme hecho la dura en un bar lleno de gente. Me acordé de las razones de por qué Marcus estaba borracho, pero me costó aceptarlo. Tuvo una discusión con su padre. Bueno, él tiene una madre y una hermana que le quieren. Yo ni siquiera tenía eso, pero tú no me veías emborrachándome cada día. No, él tenía que tener una excusa mejor.
Aunque no tenía una excusa para dejar que otra chica bailase así con él, y además la estaba cogiendo de la cintura. Sus grandes manos habían estado a escasos centímetros de sus enormes tetas. Por lo que me podía imaginar qué podría haber pasado si no hubiera llegado.

“Tiene algunos problemas familiares,” dijo Preston mientras abría el lado del pasajero de la camioneta de Marcus.
Ayudé a dejar a Marcus y a ponerle el cinturón y cerré la puerta.
“Yo soy la niña que sale en los carteles sobre problemas familiares, pero ¿sabes cuántas veces he estado borracha? Ninguna, ni una sola vez. Me doy cuenta de que eres su amigo y quieres protegerlo, pero la verdad es que se emborrachó y que estaba pasando sus manos por otra chica. ¿Crees que estaría de acuerdo si las cosas hubieran sido al revés? ¡NO! Te puedo decir que hubiera perdido. Voy a llevarlo a casa, a acostarlo en la cama y me encargaré de él mañana. Pero por favor Preston, no más excusas. Ya me las conozco.”

Preston dejó escapar un largo suspiro y asintió dando un paso atrás para que pudiera ir al asiento del conductor.

“Oh, aquí están las llaves. Se las cogí cuando llegué,” Preston me tiró las llaves.
“Él realmente te quiere,” dijo Preston y levantó las manos en señal de rendición. “No me grites, es todo lo que voy a decir. Me callo ya.”


Me las arreglé para darle una sonrisa forzada y me subí a la camioneta para volver a casa.

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