Preston
Había estado observando el teléfono durante la última hora, esperando el mensaje de Amanda. Después de buscar una vez más trabajos en línea, no había conseguido nada. Si hubiera cogido la asignatura de soldadura en la escuela, tendría un trabajo seguro. Si no necesitara dinero ahora mismo, la cogería. Así podría trabajar más horas y hacer dinero más que suficiente para cubrir nuestras necesidades.
Un golpe en la puerta interrumpió mis pensamientos, dejé el teléfono, me puse la ropa y fui a la puerta. Eran más de las once. ¿Quién diablos iba a venir a verme tan tarde?
Cuando abrí, Amanda entró, empujándome.
"Tengo que hacerte una pregunta. Esto va a sonar ridículo, pero necesito que me escuches, y cómo se ha equivocado mi madre."
Su madre. No. Dios, no. No podía decir nada, me había abandonado la voz. Esto no estaba sucediendo, ahora no. No había tenido suficiente tiempo para arreglarlo.
"Preston, te has puesto pálido."
No podía mirarla. Lo sabía. No se lo creía, pero lo sabía.
"Me estás asustando. Preston, mírame."
"¿Qué te dijo tu madre?"
Iba a mentir. Necesitaba una mentira para salir de esto. No podía perderla.
"Ella dijo..." Amanda dejó escapar un suspiro de frustración. "Ni siquiera puedo creer que vaya a decir esto en voz alta."
No se lo cree, podía convencerla de que no era cierto. Podría decirle algo más. Las mujeres con las que trabajo no querían la verdad. Nunca iban a corroborar la historia de su madre.
"Sólo dímelo." Insistí sin mirarla a los ojos.
Se pasó la mano por el pelo y miró al sofá.
"¿Quieres sentarte? Es un poco surrealista, puedo tardar un poco en explicarlo."
Alejarla más de la salida para que no pudiera salir corriendo era lo mejor.
"Por supuesto."
La seguí hasta el sofá y me senté en la silla frente a ella. No estaba seguro de cómo iba a salir de esta, y sentarme demasiado cerca de ella podría ser una mala idea. También quería ver su cara.
"Mi madre se enteró de que nos estamos viendo. Al parecer, alguien nos vio en la playa hoy. Ella estaba molesta, lo que me esperaba. Pero, no estaba molesta por eso, sino por otra cosa." Giró un mechón de pelo alrededor de su dedo nerviosamente.
"Mi madre te vio en casa del alcalde, subiendo las escaleras..." su voz se desvaneció. Ella quería que dijera algo. ¿Qué podía decir? No podía negar que había estado allí. Era mi oportunidad para mentir, para cubrir este desastre, pero mi boca no se podía abrir.
"Dijo que estabas husmeando en el piso de arriba y que Janice estaba muy nerviosa. Después de que se fuera, ella te vio por la ventana de la habitación cerrando las cortinas, y vio la sombra de Janice uniéndose a ti."
Otra vez, era mi oportunidad para mentirle, pero no podía. Las mentiras no querían aparecer.
"Preston, di algo."
Me di cuenta, sentado allí, mirándola, que la amaba. Yo había estado en lo cierto. Cuando amas a alguien, no le puedes mentir. Eso duele mucho, es un engaño profundo.
"Recuerdo haberla visto," le contesté finalmente.
Amanda arqueó las cejas.
"¿Y? ¿Estabas en la habitación de Janice?"
La verdad iba a rasgar mi corazón, pero era lo que se merecía. Era lo que ella siempre había merecido.
"Sí."
Amanda no dijo nada. Se quedó mirándome en estado de shock. Sabía que ella estaba esperando alguna razón de porqué estaba en la habitación de Janice, que no fuese la que le había dicho su madre. Deseaba tener una razón que no fuese la verdad.
"Mi madre dijo que Blanche Turner le dijo que te pagaba por dormir con ella, que muchas mujeres lo hacen. Dime que no es verdad, Preston. No creo que hagas algo así."
Me puse de pie porque estar sentado era imposible. Este era el momento que me había temido desde que estaba con Amanda.
"Tengo clases, béisbol, otras tres bocas que alimentar, y las facturas de las dos casas. Tres niños no son baratos. Tengo que asegurarme de que están alimentados y mantener mi beca, lo que significa que no puedo perder el béisbol ni dejar las clases. Es mucha más responsabilidad, Manda."
Amanda se puso de pie.
"¿Me estás diciendo que eso es verdad? Durante todo este tiempo, ¿me has estado dejando para ir a acostarte con esas mujeres por dinero?"
"Ellas no significan nada para mí y lo saben. No hay emoción, sólo es sexo. Gano más dinero que en otro cualquier trabajo. Mantengo a los niños atendidos, no tengo que preocuparme de pagar las facturas, o de pagar los frenos o los neumáticos nuevos para mi madre."
Amanda negó con la cabeza. Veía incredulidad en sus ojos.
"¿Nunca pensaste decírmelo? ¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?"
"Tres años."
"¿Tres años? Así que, ¿acabas de empezar a salir conmigo y te prometí que eras sólo tú y que no iba a estar con nadie más, mientras tú me dejabas con regularidad para estar con otras mujeres?"
"¡No! Es sólo sexo. No siento nada por ellas, nunca. Son un trabajo, eso es todo."
"Pero no me lo has dicho..."
"No lo sabe nadie, Manda. No es algo de lo que estoy orgulloso. Traté de alejarte y traté de decirte que no era bueno para ti, pero no paraste. Seguías acercándote y yo te necesitaba tanto."
"Has dejado que me enamore de ti," dijo Amanda y dejó escapar un sollozo.
Y yo también me había enamorado de ella, pero no podía decírselo. Si se lo decía pensaría que era para mantenerla. Y no quería que ella dudara. Si se lo dijera ahora, ella nunca lo creería.
"Estoy buscando otro trabajo. Estoy tratando de encontrar otra cosa. No quiero seguir con esto. Quiero ser digno de ti, de tu amor. Sólo necesito un poco más de tiempo."
Amanda se tapó la boca mientras se le escapaba otro sollozo. Ella negó con la cabeza.
"No funciona así. Deberías habérmelo dicho. Pensé que lo que teníamos era especial. Sé que no me amas, pero pensé que te importaba. Pero todo este tiempo, me estabas dejando para tener relaciones sexuales con otras mujeres. No me importa que te paguen. Es porque tú lo has hecho. Nunca hubiera podido dejar que otro chico tocara mi cuerpo, no cuando yo estaba contigo. No habría sido capaz de soportarlo."
Se limpió las lágrimas que corrían por su rostro.
"Necesitaba el dinero..."
"No, Preston. Esa no es una excusa suficiente. Deberías habérmelo dicho al principio, antes de que me enamorara locamente de ti. Nunca me deberías haber pedido que fuese exclusiva para ti si tú no estabas haciendo lo mismo."
Se volvió y se dirigió a la puerta. Eso fue todo.
¡NO!
Corrí tras ella y envolví mis brazos por detrás suya. Era el momento de arrastrarme.
"Te juro que voy a encontrar otra manera de conseguir dinero. Nunca me preocupé por ninguna de ellas. Sólo tú, Manda. No te vayas, no puedo perderte."
Estaba rígida en mis brazos.
"Cuando se opta por dormir con otras mujeres y mentirme sobre eso, entonces tú has decidido perderme. Sabías desde el principio que si alguna vez me enteraba de esto, iba a pasar. Déjame, Preston."
Me merecía esto. Cada momento de agonía y dolor que iba a pasar después de esto, me lo merecía. Dejé caer mis brazos, y observé con impotencia como Amanda abría la puerta y salió sin mirar atrás.
Ella no volvería. Esto había sido todo para nosotros. Así como me había dado cuenta de que no podía seguir mintiéndole porque estaba enamorado de ella, ella se había dado cuenta de que no podía amar a un mentiroso.
Amanda
Cuando abrí la puerta de mi casa, mi madre me estaba esperando. Cualquier ira que había sentido desapareció. Había sido sustituido por un dolor frío y adormecedor.
"¿Y bien?" preguntó.
"Nunca voy a verlo de nuevo, si estás de acuerdo en que no le digas nada de esto a Marcus. No quiero que lo sepa. Si se lo dices a Marcus, volveré con Preston Drake. Y no vas a ser capaz de detenerme. Pero te puedo prometer que nunca voy a hablar con él de nuevo si me prometes que no vas a decir ni una palabra de esto a nadie. Especialmente a mi hermano. Él no necesita saberlo."
Mi madre frunció el ceño.
"¿Sabe lo vuestro?"
"Sí lo sabe."
No le gustaba eso.
"¿Qué se supone que tengo que decirle si pregunta sobre tu ruptura?"
Me encogí de hombros.
"Dile que después de todo, he cambiado de mentalidad y me he dado cuenta de que Preston no era lo suficientemente bueno para mí o decirle que estoy viendo a Jason Stone, pero no le digas la verdad."
Bien podría mentir sobre la forma en que todo terminó. Toda la relación era una gran mentira. Parecía apropiado. Pasé junto a mi madre y subí las escaleras. No iba a poder dormir mucho esta noche, pero quería estar sola. Mi corazón roto necesitaba privacidad para llorar. Los corazones no se querían dar cuenta de que les habían mentido. Ellos amaban de todos modos.
Muero!!! Me estoy muriendo T.T
ResponderEliminarPuffff y yoooo!!
EliminarHola Aida! dejame decirte que es primera vez que entro en tu blog y me ha encantado! muy altruista tu trabajo con las traduucciones de los libros! GRACIASSSSSSSSSSSS quisiera pedirte x favor a ver si puedes enviarme este libro a mi correo sandra.canela235@gmail.com y tambien queria comentarte que he estado leyendo este libro por los capitulos pero el 22 me dice que esa entrada no existe en el blog. te lo digo para que sepas x si alguien mas no te ha hecho la acotacion! Gracias mil y espero que no solo este sino muchos otros blogs como el tuyo sean fructiferos y tengas muchos exitos en todo lo que te propongas!!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias! Para mí esto es un hobbie y lo hago porque me encanta, y me alegra muchísimo que os guste lo que hago y que me sigáis.
EliminarVoy a solucionar el problema que me dices.
Y muchísimas gracias de nuevo! Espero que te sigan gustando las traducciones.