lunes, 26 de septiembre de 2016

Prólogo

Tess.
HAY TAL cosa como la perfección.

La perfección no significaba que yo viviera en un mundo en el que nunca me ponía enferma, discutía con el hombre que amaba, soportaba la infelicidad, o en general todavía actuaba como un palo de golf cuando ciertas cosas no salían a mi manera.
Pero no quería decir que todo eso...
El disparate.
El ruido.
La maldad de la vida.
...no importaba.
Algunas personas pasaron toda su existencia sin encontrar el destino que les pertenecía. Y por destino, no me refiero a la muerte. Me refiero a su compañero de vida, compañero de alma, y su mejor amigo.
Q era mi destino.
También fue mi viaje.
Mi prueba.
Él era yo.
Después de todo lo que yo había vivido, después de todo lo que yo había hecho, la vida era exactamente como debería ser.
Libre de ser quien era, sin juicios, sin comentarios, nadie tratando de cambiarme.
Libre.
Con él.
Mi maestro.
Hasta que él cambió las reglas y me perdí.

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