martes, 2 de junio de 2015

Prólogo Quintessentially Q

Pensaba que yo iba a ser una pesadilla, su terror y oscuridad. Quería serlo. La necesitaba más que la comida o la luz del sol. Sólo cuando ella entró en mi vida empecé a vivir, embriagado por su gusto, sus gritos y su alegría.
Pero nuestro jodido cuento de hadas no tenía exactamente un final feliz.
Tess.
Mi Tess.
Mi esclave, tan fuerte, feroz y sexualmente miedosa, no era suficientemente fuerte para lo que pasó.
Su jaula ya no me pertenecía.

Era de ellos.

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