jueves, 19 de septiembre de 2013

WHILE IT LASTS. PRÓLOGO

DEDICATORIA
Esto es para mis niñas FP. Sabes quién eres y sabes que el amor que siento por ti es algo loco. Hay algunas cosas que sólo se pueden decir a las personas que las entienden… y sólo las chicas las entienden.


PRÓLOGO
“Tu mamá trajo una carta hoy.”
El dolor en el pecho era tan fuerte que tuve que luchar para no agacharme y gritar.
“Leí hasta la última palabra. Varias veces.”

El viento de otoño me acarició la cara, pero no fue suficiente para secar mis lágrimas. Las lágrimas eran interminables. No paraban de brotar. Tragué saliva y me obligué a continuar. Necesitaba que me escuchase.
“No es justo, una carta no es la forma correcta para decir adiós. Es un asco, Josh.”
Un sollozo escapó de mi pecho. Apreté los puños contra mi corazón. ¿Cuánto dolor podría seguir aguantando antes de estallar en mil pedazos?

“Siempre me dijiste que íbamos a envejecer juntos. Nos sentaríamos en el columpio del porche, cogidos de la mano y veríamos jugar a nuestros nietos en el patio. Me lo prometiste…” me ahogué mientras presionaba mi pulgar contra el pequeño diamante que llevaba en el dedo hace apenas 6 meses.
“Rompiste tu promesa. Nunca lo habías hecho. Esta vez me has defraudado, me has dejado con esta carta. ¿Esperabas que después de leer esto estaría mejor? ¿Esperabas que llorase un poco y se me pasase?”
No iba a haber respuesta. La carta me pesaba en el bolsillo, estaba tan llena de lágrimas que ahora era difícil de leer. No importaba, lo tenía todo memorizado, cada palabra.
“Empecé a escribirte una carta y te la traigo. Pero no puedo, no puedo gritar y gritar en una carta. Unas simples palabras no pueden contener todas las emociones que hay dentro de mí.”
Metí la mano en mi bolsillo y saqué la carta desgastada que me perseguiría durante el resto de mi vida.
“En lugar de escribirte una carta decidí responder a la tuya en persona. Es lo justo. No… no es justo,” le escupí con enojo, “porque nada de esto es justo, pero es lo que me has permitido.”
Abrí la primera página de la carta con cuidado. No quería romperla porque las palabras escritas eran lo único que me quedaba de él. Empecé a leer en voz alta.

“Mi Eva Blue.” Nuevas lágrimas corrían por mi cara. Sólo leer el apodo que Josh me había dado cuando teníamos 9 años era doloroso. ¿Cómo iba  a leer esta carta en voz alta sin que se desmoronase la tierra?

“El hecho de escribir esta carta me duele más de lo que puedas imaginarte. Esto es algo que no quiero volver a leer, pero sé que te mereces una despedida. Te mereces mucho más que eso, y si Dios quiere conseguirás la vida perfecta que nosotros habíamos soñado.”

Dejé de leer y levanté mis ojos del papel.
“Hicimos planes, Josh. Tú y yo. No son sólo mis planes, eran los nuestros ¡maldita sea! ¿Cómo pudiste dejarme? Lo teníamos todo resuelto. Todas esas noches que pasé tumbado bajo las estrellas eligiendo los nombres de nuestros hijos, el color de nuestra habitación, las flores que nos gustaría plantar en las macetas del porche, la casa de verano que tendríamos en la playa, ¡TODO ESO ERA NUESTRO!”
Otra lágrima rodó por mi cara y me la quité rápidamente antes de que cayera al papel. Tenía que terminar con esto, por mucho que me costase. Esto sería lo más cerca que iba a estar de un adiós.

“Te he querido desde el momento en que miré esos ojos azules tuyos tan bonitos. Incluso a los cinco años de edad, sabía que me robarías el corazón. Nadie se puede comparar contigo. Por favor recuerda esto, que tú eras todo lo que me importaba. Nadie más me ha llegado al corazón como tú lo hiciste. Mi vida estuvo marcada con cada año que crecía más y más enamorado de la salvaje, loca, y guapa chica de la puerta de al lado. Yo vivía con la esperanza de que ese ángel perfecto me quería y de que esa mujer increíble sería mi esposa. La vida que nosotros planeamos. La vida que soñamos es lo que me mantiene en marcha.”

Me senté en el suelo, puse mis rodillas contra el pecho e intenté no llorar porque quería concentrarme en la carta que tenía que leer. Tenía que hacerlo. Tenía que hacerlo.

“Le ruego a Dios que nunca tengas que leer esta carta. Y se la lees espero que sea cuando seamos viejos. Pero si recibes esta carta de mi madre, que sepas que te amé hasta mi último aliento. Cuando cierre los ojos a la única persona que tendré en mi mente será a ti. Nuestro tiempo juntos ha sido mejor que una vida perfecta. La vida que viví era el paraíso en la Tierra.”

“Oh Dios, Josh, ¡no puedo hacer esto sin ti! No puedo hacer esto sin ti. Te quiero tanto. Por favor, por favor Dios,” lloré en voz alta. Nadie me podía oír, el cementerio estaba vacío. Las últimas líneas de la carta eran las más imposibles de aceptar. ¿Cómo podía pensar siquiera que podría hacerlo?

“Un día estarás bien, la vida continuará para ti y otro chico tendrá la suerte de encontrar un lugar en tu corazón. Cuando eso pase, quiérele y sigue adelante. Vive la vida de felicidad que te mereces. Quiero que sepas que yo te amaba, que me has llenado la vida de felicidad, pero tienes que seguir adelante, Eva. Encuentra el amor de nuevo y vive tu vida.”
Con amor,

Josh.

1 comentario:

  1. oh muchísima gracias por este placer....saber que está traduciendo este libro me hace muy feliz. He leído los anteriores Jax, Sadie, Marcus, Low me han atrapado. Si bien el contenido es similar estoy enredada con las historias.

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