DEDICATORIA
Esto es para mis niñas FP. Sabes quién eres y sabes que el
amor que siento por ti es algo loco. Hay algunas cosas que sólo se pueden decir
a las personas que las entienden… y sólo las chicas las entienden.
PRÓLOGO
“Tu mamá trajo una
carta hoy.”
El dolor en el pecho era tan fuerte que tuve que luchar para
no agacharme y gritar.
“Leí hasta la última
palabra. Varias veces.”
El viento de otoño me acarició la cara, pero no fue
suficiente para secar mis lágrimas. Las lágrimas eran interminables. No paraban
de brotar. Tragué saliva y me obligué a continuar. Necesitaba que me escuchase.
“No es justo, una
carta no es la forma correcta para decir adiós. Es un asco, Josh.”
Un sollozo escapó de mi pecho. Apreté los puños contra mi
corazón. ¿Cuánto dolor podría seguir aguantando antes de estallar en mil
pedazos?
“Siempre me dijiste
que íbamos a envejecer juntos. Nos sentaríamos en el columpio del porche,
cogidos de la mano y veríamos jugar a nuestros nietos en el patio. Me lo
prometiste…” me ahogué mientras presionaba mi pulgar contra el pequeño
diamante que llevaba en el dedo hace apenas 6 meses.
“Rompiste tu promesa.
Nunca lo habías hecho. Esta vez me has defraudado, me has dejado con esta
carta. ¿Esperabas que después de leer esto estaría mejor? ¿Esperabas que
llorase un poco y se me pasase?”
No iba a haber respuesta. La carta me pesaba en el bolsillo,
estaba tan llena de lágrimas que ahora era difícil de leer. No importaba, lo
tenía todo memorizado, cada palabra.
“Empecé a escribirte
una carta y te la traigo. Pero no puedo, no puedo gritar y gritar en una carta.
Unas simples palabras no pueden contener todas las emociones que hay dentro de
mí.”
Metí la mano en mi bolsillo y saqué la carta desgastada que
me perseguiría durante el resto de mi vida.
“En lugar de
escribirte una carta decidí responder a la tuya en persona. Es lo justo. No… no
es justo,” le escupí con enojo, “porque
nada de esto es justo, pero es lo que me has permitido.”
Abrí la primera página de la carta con cuidado. No quería
romperla porque las palabras escritas eran lo único que me quedaba de él.
Empecé a leer en voz alta.
“Mi Eva Blue.” Nuevas
lágrimas corrían por mi cara. Sólo leer el apodo que Josh me había dado cuando
teníamos 9 años era doloroso. ¿Cómo iba
a leer esta carta en voz alta sin que se desmoronase la tierra?
“El hecho de escribir
esta carta me duele más de lo que puedas imaginarte. Esto es algo que no quiero
volver a leer, pero sé que te mereces una despedida. Te mereces mucho más que
eso, y si Dios quiere conseguirás la vida perfecta que nosotros habíamos
soñado.”
Dejé de leer y levanté mis ojos del papel.
“Hicimos planes,
Josh. Tú y yo. No son sólo mis planes, eran los nuestros ¡maldita sea! ¿Cómo
pudiste dejarme? Lo teníamos todo resuelto. Todas esas noches que pasé tumbado
bajo las estrellas eligiendo los nombres de nuestros hijos, el color de nuestra
habitación, las flores que nos gustaría plantar en las macetas del porche, la
casa de verano que tendríamos en la playa, ¡TODO ESO ERA NUESTRO!”
Otra lágrima rodó por mi cara y me la quité rápidamente
antes de que cayera al papel. Tenía que terminar con esto, por mucho que me
costase. Esto sería lo más cerca que iba a estar de un adiós.
“Te he querido desde
el momento en que miré esos ojos azules tuyos tan bonitos. Incluso a los cinco
años de edad, sabía que me robarías el corazón. Nadie se puede comparar
contigo. Por favor recuerda esto, que tú eras todo lo que me importaba. Nadie
más me ha llegado al corazón como tú lo hiciste. Mi vida estuvo marcada con
cada año que crecía más y más enamorado de la salvaje, loca, y guapa chica de
la puerta de al lado. Yo vivía con la esperanza de que ese ángel perfecto me
quería y de que esa mujer increíble sería mi esposa. La vida que nosotros planeamos.
La vida que soñamos es lo que me mantiene en marcha.”
Me senté en el suelo, puse mis rodillas contra el pecho e
intenté no llorar porque quería concentrarme en la carta que tenía que leer.
Tenía que hacerlo. Tenía que hacerlo.
“Le ruego a Dios que
nunca tengas que leer esta carta. Y se la lees espero que sea cuando seamos
viejos. Pero si recibes esta carta de mi madre, que sepas que te amé hasta mi
último aliento. Cuando cierre los ojos a la única persona que tendré en mi
mente será a ti. Nuestro tiempo juntos ha sido mejor que una vida perfecta. La
vida que viví era el paraíso en la Tierra.”
“Oh Dios, Josh, ¡no
puedo hacer esto sin ti! No puedo hacer esto sin ti. Te quiero tanto. Por
favor, por favor Dios,” lloré en voz alta. Nadie me podía oír, el
cementerio estaba vacío. Las últimas líneas de la carta eran las más imposibles
de aceptar. ¿Cómo podía pensar siquiera que podría hacerlo?
“Un día estarás bien,
la vida continuará para ti y otro chico tendrá la suerte de encontrar un lugar
en tu corazón. Cuando eso pase, quiérele y sigue adelante. Vive la vida de
felicidad que te mereces. Quiero que sepas que yo te amaba, que me has llenado
la vida de felicidad, pero tienes que seguir adelante, Eva. Encuentra el amor
de nuevo y vive tu vida.”
Con amor,
Josh.
oh muchísima gracias por este placer....saber que está traduciendo este libro me hace muy feliz. He leído los anteriores Jax, Sadie, Marcus, Low me han atrapado. Si bien el contenido es similar estoy enredada con las historias.
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