miércoles, 19 de junio de 2013

CAPÍTULO 9

Marcus

“Bueno, eso tomó bastante tiempo,” bromeó Amanda mientras me metía en la camioneta sonriendo como un tonto.
“Sí, lo hizo.”
“Ella es muy bonita.”
La palabra bonita no podía ni describir a Willow. Al verla sentada al lado de Sadie, me había dado cuenta de lo sexy que era Willow. Todo ese pelo rojo, la piel clara y sus curvas. Maldita, la chica tenía unas curvas… Muy, pero que muy agradables.
“Más bien es preciosa,” le contesté.
“Eso es lo que dijo Sadie. Estaba muy contenta con Low. Ella parece feliz por ti. Creo que le preocupaba que estuvieras todavía languideciendo por ella.”
Yo había dejado de suspirar por Sadie hace mucho tiempo. Mi atracción por Willow sólo lo había demostrado.
“Quiero decir que sé que Cage se liga a todo el mundo, pero Preston me dijo que era muy protector con Low y luego está ese pequeño problema de que dice que va a casarse con ella algún día.”

Agarré el volante con fuerza, tratando de controlar la reacción violenta que me provocó recordarlo. Willow no se iba a casar con Cage. Yo no estaba dispuesto a proponerle matrimonio a ella. Estábamos empezando con nuestra relación, pero yo sabía que ella era mejor que Cage York. Claro que él era bueno para ella, pero como un hermano mayor. Él trataba a Willow como yo trataba a Amanda. Low se merecía mucho más en la vida que eso. Ella era inteligente, divertida, real y tan increíblemente sexy.

“Tus nudillos se han puesto blancos,” trinó Amanda. Relajé mi puño apretado y respiré hondo.
“Cage está un poco confundido con las cosas. Low nunca se casaría con él. Ella te dirá lo mismo. Ella es especial.”
“¿Al igual que Sadie era especial?”
Lo pensé un momento y luego asentí.
“Sí, como Sadie supongo. No te sueles encontrar chicas así dos veces. En serio, es muy raro.”
“Como he dicho antes, esta vez no estás luchando contra una estrella del rock, así que apuesto por ti.”
Sonreí, alargué mi mano y le apreté la rodilla.
“Háblame de ese coche que papá te va a dar.”
Un gesto inmediato tiró de las comisuras de su boca hacia abajo.
“Mi Jeep tiene todo tipo de problemas y papá dice que es lo que pasa cuando compras automóviles inferiores,” ella rodó sus ojos.
“De todos modos, él me da un coupé deportivo o algo así, creo que dijo un 250 cl… tal vez. No sé, pero necesito un coche y no puedo pagarlo.”

El dinero, papá le iba a dar un Mercedes. Que el mundo viese que el Rey de los Mercedes le daba a su hija un coche. Pero él no va a meter mi culo en un maldito Mercedes. No había nada de malo con mi camioneta Chevy, la pagué yo.

“Va a ser un coche bastante seguro. Si al final vas a Tuscaloosa en otoño me sentiré segura cuando vaya a verte en el Mercedes.”
Amanda se removió en su asiento y se aclaró la garganta. Uh oh. Eso no era bueno, esos eran sus tics nerviosos.
“Um, acerca de la universidad. Mira, Jamie y Hannah van a Auburn.”
“¡Ah no! Amanda por favor, dime que es una broma.”
“Déjame terminar Marcus, ¡Aaagh!”
Yo no quería escuchar esto, pero la dejé continuar.
“Como estaba diciendo, Jamie y Hannah se van a Auburn. Jamie consiguió una beca de porristas y el padre de Hannah es un alumbre de Auburn, y yo quiero ser veterinaria. Tú sabes que a mí me encantan los animales. Es lo que realmente quiero hacer,” esto no estaba sucediendo. Amanda se movió en su asiento hasta que se volvió hacia mí.
“Si no fueras un gran fan de Alabama y alguien te dijese que si quieres ir a la universidad de Alabama para ser veterinaria, ¿qué le dirías? ¿Hmmm?”
Dejé escapar un suspiro de frustración.
“Auburn,” murmuré.
“¡Bingo! Por eso me presenté allí y me aceptaron.”
Mierda. Bueno. Mi hermana pequeña iba a ir a la friki de Auburn.
“Quiero decir que me podría haber aplicado para salir de la universidad del estado y mudarme muy lejos.”
Negué con la cabeza.
“No, yo no quiero eso.”
“Eso es lo que pensé. Iré a animar a Bama durante la Iron Bowl cada año, te lo prometo.”

Mientras sacudía mi cabeza decidí centrarme en el beso con Low. Me hizo muy feliz. La elección de mi hermana respecto a la universidad no lo hizo.
Mi padre estaba de pie frente a su concesionario cuando llegamos. Era alto con algunas canas en su pelo castaño. Se estaba riendo totalmente relajado y feliz. No se diría por su aspecto jovial que estaba destruyendo su familia, no parecía que le molestara en absoluto.
Apretando los dientes seguí mis pensamientos. Lo último que necesitaba era que Amanda me oyese expresar lo que pensaba sobre nuestro padre.

“¿Vas a salir?” me preguntó mientras abría la puerta de la camioneta. Negué con la cabeza.
“Te veré dentro de un rato en casa.”
“Está bien,” el entendimiento en sus ojos me recordó que no estaba solo en esto, éramos un equipo.
Salió de la camioneta y mi padre empezó a andar. Me debatí antes de que él pudiera llegar a mi ventanilla, pero por el amor de Amanda no lo hice. Bajé la ventanilla mientras se acercaba.

“Marcus, ¿no vas a salir para ver el coche nuevo de tu hermana?”
Su pregunta me chafó. Como si yo no me preocupara por Amanda.
“Lo veré dentro de un rato en casa de mamá.”
Lo que le dije le cogió con la guardia baja. Se aclaró la garganta y movió los pies.
“El otro día no estaba preparado para el ataque verbal, te pido disculpas. Pero esto es entre tu madre y yo, vosotros no tenéis que estar en medio. Ambos estáis creciendo.”
Sacudí mi cabeza y puse mi mirada directamente en sus ojos.
“Esto siempre afecta. Mi madre se está cayendo a pedazos, es mi madre, la mujer que me dio de comer cuando estaba malo, y me sostenía cuando yo vomitaba. Ella fue la que me curó las rodillas raspadas y me abrazó mientras me dieron puntos en el brazo. Me leía cuentos hasta que me quedaba dormido. ¿Esperas que simplemente me quede quieto mientras le haces daño? Joder, la estás matando. Mamá y Amanda son las únicas personas en este mundo por las que moriría. Haré lo que sea que tenga que hacer para hacerlas felices. Así que NO papá, esto no es sólo entre mamá y tú.  Cuando mamá llora, llora Amanda. Entonces soy yo el que tiene que ir a recoger los pedazos del lío que has creado.”

Dejé de despotricar y respiré hondo, porque en este momento necesitaba golpear algo y la cara de mi padre estaba demasiado cerca.

“No sabía que tu madre estaba compartiendo nuestros problemas con vosotros, voy a hablar con ella sobre eso.”
Abrí la puerta de la camioneta y me quedé cara a cara con mi padre, nuestras narices casi se tocaban. Mi dedo se empujó contra su pecho con tanta fuerza que sabía que le dolía.
“Como te acerques a mamá te romperé todos los huesos de tu viejo cuerpo. ¿Me entiendes?”
La cara de mi padre era de color rojo brillante. Pude ver la furia y sorpresa en sus ojos. Lo había avergonzado delante de sus empleados y si decía una palabra más uno de sus empleados iba a tener que llamar a una ambulancia para su jefe. Apartándome de él salté en el asiento de la camioneta y derrapé mientras salía.


Willow

¿Era posible que mis labios todavía sintieran el hormigueo del beso de Marcus horas después? Seguro que no, tenía que estar todo en mi cabeza. Cogí la última cuchara que Larissa había usado para tocar la batería en las ollas y sartenes. Tawny finalmente había aparecido a buscarla y actuó como si fuera un inconveniente pedirle que recogiera a su hija.
El recuerdo del beso de Marcus y sus palabras estaban flotando como una nube de la que nadie me podía bajar. Cuando bostecé decidí que era hora de irme a dormir la siesta, con estas buenas ideas soñaría algo agradable. Eché un vistazo a la puerta del dormitorio de Cage y me detuve. ¿Debería irme a su cama? ¿Quería? Me volví y miré hacia atrás en el sofá. Ahí es donde debería dormir. Todos mis buenos recuerdos de Marcus estaban en el sofá o en esa habitación. Seguramente tendría sueños con Marcus si me acostaba en él. Cogí una almohada de la cama de Cage y una manta del armario y me fui al sofá para dormir lo que tenía atrasado y esperaba tener buenos sueños.
Dedos cálidos corrieron por mi cabello y empezaron a trazar un lado de mi cara hasta la clavícula, y acariciaron la piel sensible de allí.

“Hmmm,” murmuré acurrucándome más cerca de esa calidez. Estaba teniendo un sueño muy realista con Marcus. Unas manos fuertes volvieron mi cabello y masajearon suavemente mi cabeza. Oh, eso me gustó. ¿Cómo sabía Marcus hacer eso? Cage siempre masajeaba mi cabeza. Él sabía que tenía debilidad por eso.

Cage estaba arruinando mi sueño. Esto se supone que es sólo el sueño de Marcus. Antes de que pudiera enfadarme demasiado, su mano encontró su camino de vuelta a mi clavícula. Me estaba volviendo loca. Sólo tenía que introducir la mano por debajo de mi camisa y ya está, por favor. Estaba dispuesta a pedir limosna. Cuando su mano comenzó a ir otra vez hacia el norte me quejé.

“Marcus por favor.”
La mano se congeló. Abrí los ojos y miré directamente a la cara de Cage.
“¿Me acabas de llamar Marcus?”
Fantástico. ¿Qué había hecho? Esta no era la forma en la que le iba a decir a Cage que estaba con Marcus. Rodé mis ojos y me senté.
“Probablemente. Estaba soñando, Cage. No puedo controlar lo que digo cuando estoy dormida.”
Cage frunció el ceño.
“¿Estabas soñando con Marcus?”
Me encogí de hombros. Cage gimió.
“Willow ya hablamos de esto. Él no es parecido a nosotros. Sale con chicas ricas que sus padres aprueban. Él no se junta con los pobres, no te hagas daño por favor,” rogó.
Si otra persona me hubiese dicho que soy de barrio bajo le habría abofeteado, pero Cage creció conmigo, él vivió la misma vida que yo. Era diferente si él lo decía.
“Una vez más, se trataba de un sueño. No puedo controlarlos.”
Cage se alejó.
“Eres tan linda cuando duermes,” murmuró inclinándose para mordisquear mi hombro.
“Deja eso Cage, no empieces. Si quieres algo vete a otro lado.”
Dejó caer la cabeza hacia atrás en el sofá.
“Yo sólo quería saborearte, Low. Me estás matando.”
Le di unas palmaditas en su pierna.
“Tú eres muy caliente y yo estoy disponible.” Cage se rio.
“No todo es el amor.”
“No puedes engañarme Cage, lo sé todo.”
Cage movió sus cejas hacia mí.
“¿Eso crees?”
Se inclinó hasta que pude sentir su aliento cálido que me hacía cosquillas en la oreja. Sorprendentemente, no olía a whisky… todavía.
“Me he imaginado a vosotros dos desnudos en mi cama y tu cabello rojo salvaje cubriendo mi almohada.”
“¡Ugh! Cage”
Lo empujé y me puse de pie.
“Yo no quería saber eso.”
Cage se rio a carcajadas.
“¿Qué? ¿No piensas en mí cuando deslizas tus manos en tu ropa interior y te pones traviesa?”
“Cage, ¡cállate!”
Grité mientras ponía los dedos en mis orejas. Él se metió su dedo en la boca y lo lamió. Podía ser tan bruto y vulgar…
“¿En quién piensas cuando te sientes bien ahí abajo, Low?”
Me estaba preparando para darle una sonrisa estúpida.
“En primer lugar yo no hago eso, y en segundo lugar eres un pervertido. Ahora vete a echar un polvo y déjame en paz.”
Cage se sentó y apoyó los codos en las rodillas. Sus ojos azules de bebé eran redondos como platos.
“¿No quieres acariciarla, Low?”
“¡Oh dios mío! Por favor para…”
Cage sacudió la cabeza con incredulidad.
“No lo sabes, tú nunca has tenido un orgasmo, lo puedo ver en tu cara. Mierda.”
“Cage lo digo en serio. Esta conversación…”, me detuve cuando la puerta se abrió y entró Marcus. Mi cara se puso inmediatamente de color rojo. No tuve que verlo para saberlo. La idea de que podía haber oído una pequeña parte de la ridícula conversación era humillante.
“Marcus, hombre estábamos hablando de ti,” dijo Cage con una sonrisa malvada y se levantó del sofá. Yo no me atreví a aclarar el estúpido saludo de Cage. En cambio me quedé inmóvil cuando Cage se puso a mi lado y me susurró: “Recuerda lo que te dije.”

Yo no necesito que me recuerde que no soy demasiado buena para Marcus, ya lo sabía. Pero lo que él no sabía era que a Marcus eso le daba igual. Vi como Cage se reía, se iba a su habitación y cerraba la puerta tras él. Sabía que Marcus estaba esperando a que yo dijera algo, pero yo no sabía qué decir. Metí mi pelo detrás de la oreja y le miré.

“Um bueno,” me las arreglé para decir.
Una pequeña sonrisa sexy apareció en sus labios y sentí que me podía derretir. Si no fuera porque estaba preocupada por si había escuchado algo antes de entrar, estaría disfrutando de su sonrisa.
“¿Pudiste dormir un poco?”, me preguntó mientras se acercaba lentamente con un brillo muy decidido en sus ojos. Asentí con la cabeza.
“Me acabo de despertar.”
Me puso la mano en el pelo y tomó la parte de atrás de mi cuello.
“Bueno,” respondió.
Sus ojos se dirigieron a mi cara y se quedaron estudiando mi boca, antes de viajar a la deriva sobre el cuello y los hombros. Mi pecho subía y bajaba demasiado rápido.
“Sal conmigo esta noche, Low. Haremos lo que quieras. Podemos cenar, bailar, caminar por la playa o lo que sea. Sólo vente a algún sitio conmigo.”
Tragué saliva y balanceé mi cabeza arriba y abajo.
“Está bien,” me las arreglé para responderle. Una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro y sus ojos se encontraron con los míos de nuevo.

“Podemos hacer las tres cosas. Te llevaré a un lugar donde podremos cenar, en algún lugar agradable. Luego podemos ir a bailar, realmente quiero bailar contigo. Entonces podremos terminar nuestra noche con un paseo por la playa.”

Oh, guau. Sí, sí, sí. Asentí con la cabeza otra vez.

“Entonces déjame que me prepare y tú haz lo mismo. Nos encontraremos aquí de nuevo en una hora. ¿Es tiempo suficiente?”
“Sí.”

Marcus dejó caer su mano de mi cuello y dio un paso atrás. Me dio una última sonrisa antes de volver a desaparecer en su habitación. Me gustaría ver cómo se cambiaba de ropa.
¿Cómo sería su estómago desnudo? El pequeño vistazo que había podido ver era delicioso, me podía imaginar el resto del cuerpo.

“Low, ¿dónde has puesto mis vaqueros favoritos?”

Cage rompió el hechizo. Me di la vuelta y me dirigí hacia el armario donde había colgado sus vaqueros. Este muchacho estaba loco, no podía encontrar nada. Saqué los pantalones vaqueros y se los di.

“Justo en frente de tu cara,” le dije al entregárselos.
“Gracias cariño. Tengo fecha, probablemente no esté aquí hasta tarde. Quédate aquí. Después de esa basura de Tawny te quiero aquí.”
Asentí con la cabeza. Me señaló y volví hacia el armario para coger las pocas cosas mías que había.
“¿A dónde vas?”, me preguntó mientras cogía mis botas.
“No lo sé todavía, salir con los amigos.”

No es que no quiera contarle lo de lo Marcus, porque tenía que hacerlo. Quería decirle que no pensaba en mí como una barriobajera, pero no lo hice. Decírselo a Cage me preocupaba. Posiblemente se pusiera celoso. Yo nunca estuve segura con Cage, pero quería que pasara toda la noche fuera. No quería que regresase a casa y arruinase mi noche con Marcus. Así que mantuve la boca cerrada. Cage se colocó detrás de mí y puso sus brazos alrededor de mi cintura.

“Tengan cuidado. Llámame si necesitas algo y no bebas demasiado.”
“Voy a estar sobria y en casa temprano,” le prometí.

Cage me dio  un sonoro beso en la mejilla.
“Esa es mi chica,” me soltó y cerró el armario.
“Me voy. Si no aparezco hasta mañana por la mañana no te preocupes,” se dirigió a la puerta y de repente se detuvo. “Pero llámame si me necesitas.”
“Te lo prometo, te llamo si te necesito.”

Él me sonrió, y finalmente salió de la habitación. Eché un vistazo al reloj, tenía 45 minutos. Tenía que depilarme, pintarme las uñas de los pies y encerar algunas otras áreas. Lancé unas cuantas cosas para elegir en la cama, agarré mi bolsa de aseo y me dirigí al baño.

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