Marcus
“Bueno, eso tomó bastante tiempo,” bromeó Amanda mientras me metía en la
camioneta sonriendo como un tonto.
“Sí, lo hizo.”
“Ella es muy bonita.”
La palabra
bonita no podía ni describir a Willow. Al verla sentada al lado de Sadie, me
había dado cuenta de lo sexy que era Willow. Todo ese pelo rojo, la piel clara
y sus curvas. Maldita, la chica tenía unas curvas… Muy, pero que muy
agradables.
“Más bien es preciosa,” le contesté.
“Eso es lo que dijo Sadie. Estaba muy
contenta con Low. Ella parece feliz por ti. Creo que le preocupaba que
estuvieras todavía languideciendo por ella.”
Yo había
dejado de suspirar por Sadie hace mucho tiempo. Mi atracción por Willow sólo lo
había demostrado.
“Quiero decir que sé que Cage se liga
a todo el mundo, pero Preston me dijo que era muy protector con Low y luego
está ese pequeño problema de que dice que va a casarse con ella algún día.”
Agarré el
volante con fuerza, tratando de controlar la reacción violenta que me provocó
recordarlo. Willow no se iba a casar con Cage. Yo no estaba dispuesto a
proponerle matrimonio a ella. Estábamos empezando con nuestra relación, pero yo
sabía que ella era mejor que Cage York. Claro que él era bueno para ella, pero
como un hermano mayor. Él trataba a Willow como yo trataba a Amanda. Low se merecía
mucho más en la vida que eso. Ella era inteligente, divertida, real y tan
increíblemente sexy.
“Tus nudillos se han puesto blancos,”
trinó Amanda. Relajé
mi puño apretado y respiré hondo.
“Cage está un poco confundido con las
cosas. Low nunca se casaría con él. Ella te dirá lo mismo. Ella es especial.”
“¿Al igual que Sadie era especial?”
Lo pensé un
momento y luego asentí.
“Sí, como Sadie supongo. No te sueles
encontrar chicas así dos veces. En serio, es muy raro.”
“Como he dicho antes, esta vez no estás
luchando contra una estrella del rock, así que apuesto por ti.”
Sonreí,
alargué mi mano y le apreté la rodilla.
“Háblame de ese coche que papá te va
a dar.”
Un gesto
inmediato tiró de las comisuras de su boca hacia abajo.
“Mi Jeep tiene todo tipo de problemas
y papá dice que es lo que pasa cuando compras automóviles inferiores,” ella rodó sus ojos.
“De todos modos, él me da un coupé
deportivo o algo así, creo que dijo un 250 cl… tal vez. No sé, pero necesito un
coche y no puedo pagarlo.”
El dinero,
papá le iba a dar un Mercedes. Que el mundo viese que el Rey de los Mercedes le
daba a su hija un coche. Pero él no va a meter mi culo en un maldito Mercedes.
No había nada de malo con mi camioneta Chevy, la pagué yo.
“Va a ser un coche bastante seguro.
Si al final vas a Tuscaloosa en otoño me sentiré segura cuando vaya a verte en
el Mercedes.”
Amanda se
removió en su asiento y se aclaró la garganta. Uh oh. Eso no era bueno, esos
eran sus tics nerviosos.
“Um, acerca de la universidad. Mira,
Jamie y Hannah van a Auburn.”
“¡Ah no! Amanda por favor, dime que
es una broma.”
“Déjame terminar Marcus, ¡Aaagh!”
Yo no quería
escuchar esto, pero la dejé continuar.
“Como estaba diciendo, Jamie y Hannah
se van a Auburn. Jamie consiguió una beca de porristas y el padre de Hannah es
un alumbre de Auburn, y yo quiero ser veterinaria. Tú sabes que a mí me
encantan los animales. Es lo que realmente quiero hacer,” esto no estaba sucediendo. Amanda se
movió en su asiento hasta que se volvió hacia mí.
“Si no fueras un gran fan de Alabama
y alguien te dijese que si quieres ir a la universidad de Alabama para ser
veterinaria, ¿qué le dirías? ¿Hmmm?”
Dejé escapar
un suspiro de frustración.
“Auburn,” murmuré.
“¡Bingo! Por eso me presenté allí y
me aceptaron.”
Mierda.
Bueno. Mi hermana pequeña iba a ir a la friki de Auburn.
“Quiero decir que me podría haber
aplicado para salir de la universidad del estado y mudarme muy lejos.”
Negué con la
cabeza.
“No, yo no quiero eso.”
“Eso es lo que pensé. Iré a animar a
Bama durante la Iron Bowl cada año, te lo prometo.”
Mientras
sacudía mi cabeza decidí centrarme en el beso con Low. Me hizo muy feliz. La
elección de mi hermana respecto a la universidad no lo hizo.
Mi padre
estaba de pie frente a su concesionario cuando llegamos. Era alto con algunas
canas en su pelo castaño. Se estaba riendo totalmente relajado y feliz. No se
diría por su aspecto jovial que estaba destruyendo su familia, no parecía que
le molestara en absoluto.
Apretando
los dientes seguí mis pensamientos. Lo último que necesitaba era que Amanda me
oyese expresar lo que pensaba sobre nuestro padre.
“¿Vas a salir?” me preguntó mientras abría la puerta
de la camioneta. Negué con la cabeza.
“Te veré dentro de un rato en casa.”
“Está bien,” el entendimiento en sus ojos me
recordó que no estaba solo en esto, éramos un equipo.
Salió de la
camioneta y mi padre empezó a andar. Me debatí antes de que él pudiera llegar a
mi ventanilla, pero por el amor de Amanda no lo hice. Bajé la ventanilla
mientras se acercaba.
“Marcus, ¿no vas a salir para ver el
coche nuevo de tu hermana?”
Su pregunta
me chafó. Como si yo no me preocupara por Amanda.
“Lo veré dentro de un rato en casa de
mamá.”
Lo que le
dije le cogió con la guardia baja. Se aclaró la garganta y movió los pies.
“El otro día no estaba preparado para
el ataque verbal, te pido disculpas. Pero esto es entre tu madre y yo, vosotros
no tenéis que estar en medio. Ambos estáis creciendo.”
Sacudí mi
cabeza y puse mi mirada directamente en sus ojos.
“Esto siempre afecta. Mi madre se
está cayendo a pedazos, es mi madre, la mujer que me dio de comer cuando estaba
malo, y me sostenía cuando yo vomitaba. Ella fue la que me curó las rodillas
raspadas y me abrazó mientras me dieron puntos en el brazo. Me leía cuentos
hasta que me quedaba dormido. ¿Esperas que simplemente me quede quieto mientras
le haces daño? Joder, la estás matando. Mamá y Amanda son las únicas personas
en este mundo por las que moriría. Haré lo que sea que tenga que hacer para
hacerlas felices. Así que NO papá, esto no es sólo entre mamá y tú. Cuando mamá llora, llora Amanda. Entonces soy
yo el que tiene que ir a recoger los pedazos del lío que has creado.”
Dejé de
despotricar y respiré hondo, porque en este momento necesitaba golpear algo y
la cara de mi padre estaba demasiado cerca.
“No sabía que tu madre estaba
compartiendo nuestros problemas con vosotros, voy a hablar con ella sobre eso.”
Abrí la
puerta de la camioneta y me quedé cara a cara con mi padre, nuestras narices
casi se tocaban. Mi dedo se empujó contra su pecho con tanta fuerza que sabía
que le dolía.
“Como te acerques a mamá te romperé
todos los huesos de tu viejo cuerpo. ¿Me entiendes?”
La cara de
mi padre era de color rojo brillante. Pude ver la furia y sorpresa en sus ojos.
Lo había avergonzado delante de sus empleados y si decía una palabra más uno de
sus empleados iba a tener que llamar a una ambulancia para su jefe. Apartándome
de él salté en el asiento de la camioneta y derrapé mientras salía.
Willow
¿Era posible
que mis labios todavía sintieran el hormigueo del beso de Marcus horas después?
Seguro que no, tenía que estar todo en mi cabeza. Cogí la última cuchara que
Larissa había usado para tocar la batería en las ollas y sartenes. Tawny
finalmente había aparecido a buscarla y actuó como si fuera un inconveniente pedirle
que recogiera a su hija.
El recuerdo
del beso de Marcus y sus palabras estaban flotando como una nube de la que
nadie me podía bajar. Cuando bostecé decidí que era hora de irme a dormir la
siesta, con estas buenas ideas soñaría algo agradable. Eché un vistazo a la
puerta del dormitorio de Cage y me detuve. ¿Debería irme a su cama? ¿Quería? Me
volví y miré hacia atrás en el sofá. Ahí es donde debería dormir. Todos mis
buenos recuerdos de Marcus estaban en el sofá o en esa habitación. Seguramente
tendría sueños con Marcus si me acostaba en él. Cogí una almohada de la cama de
Cage y una manta del armario y me fui al sofá para dormir lo que tenía atrasado
y esperaba tener buenos sueños.
Dedos
cálidos corrieron por mi cabello y empezaron a trazar un lado de mi cara hasta
la clavícula, y acariciaron la piel sensible de allí.
“Hmmm,” murmuré acurrucándome más cerca de
esa calidez. Estaba teniendo un sueño muy realista con Marcus. Unas manos
fuertes volvieron mi cabello y masajearon suavemente mi cabeza. Oh, eso me
gustó. ¿Cómo sabía Marcus hacer eso? Cage siempre masajeaba mi cabeza. Él sabía
que tenía debilidad por eso.
Cage estaba
arruinando mi sueño. Esto se supone que es sólo el sueño de Marcus. Antes de
que pudiera enfadarme demasiado, su mano encontró su camino de vuelta a mi
clavícula. Me estaba volviendo loca. Sólo tenía que introducir la mano por
debajo de mi camisa y ya está, por favor. Estaba dispuesta a pedir limosna.
Cuando su mano comenzó a ir otra vez hacia el norte me quejé.
“Marcus por favor.”
La mano se
congeló. Abrí los ojos y miré directamente a la cara de Cage.
“¿Me acabas de llamar Marcus?”
Fantástico.
¿Qué había hecho? Esta no era la forma en la que le iba a decir a Cage que
estaba con Marcus. Rodé mis ojos y me senté.
“Probablemente. Estaba soñando, Cage.
No puedo controlar lo que digo cuando estoy dormida.”
Cage frunció
el ceño.
“¿Estabas soñando con Marcus?”
Me encogí de
hombros. Cage gimió.
“Willow ya hablamos de esto. Él no es
parecido a nosotros. Sale con chicas ricas que sus padres aprueban. Él no se
junta con los pobres, no te hagas daño por favor,” rogó.
Si otra
persona me hubiese dicho que soy de barrio bajo le habría abofeteado, pero Cage
creció conmigo, él vivió la misma vida que yo. Era diferente si él lo decía.
“Una vez más, se trataba de un sueño.
No puedo controlarlos.”
Cage se
alejó.
“Eres tan linda cuando duermes,” murmuró inclinándose para mordisquear
mi hombro.
“Deja eso Cage, no empieces. Si
quieres algo vete a otro lado.”
Dejó caer la
cabeza hacia atrás en el sofá.
“Yo sólo quería saborearte, Low. Me
estás matando.”
Le di unas
palmaditas en su pierna.
“Tú eres muy caliente y yo estoy
disponible.” Cage se
rio.
“No todo es el amor.”
“No puedes engañarme Cage, lo sé
todo.”
Cage movió
sus cejas hacia mí.
“¿Eso crees?”
Se inclinó
hasta que pude sentir su aliento cálido que me hacía cosquillas en la oreja.
Sorprendentemente, no olía a whisky… todavía.
“Me he imaginado a vosotros dos
desnudos en mi cama y tu cabello rojo salvaje cubriendo mi almohada.”
“¡Ugh! Cage”
Lo empujé y
me puse de pie.
“Yo no quería saber eso.”
Cage se rio
a carcajadas.
“¿Qué? ¿No piensas en mí cuando
deslizas tus manos en tu ropa interior y te pones traviesa?”
“Cage, ¡cállate!”
Grité
mientras ponía los dedos en mis orejas. Él se metió su dedo en la boca y lo
lamió. Podía ser tan bruto y vulgar…
“¿En quién piensas cuando te sientes bien
ahí abajo, Low?”
Me estaba
preparando para darle una sonrisa estúpida.
“En primer lugar yo no hago eso, y en
segundo lugar eres un pervertido. Ahora vete a echar un polvo y déjame en paz.”
Cage se
sentó y apoyó los codos en las rodillas. Sus ojos azules de bebé eran redondos
como platos.
“¿No quieres acariciarla, Low?”
“¡Oh dios mío! Por favor para…”
Cage sacudió
la cabeza con incredulidad.
“No lo sabes, tú nunca has tenido un
orgasmo, lo puedo ver en tu cara. Mierda.”
“Cage lo digo en serio. Esta
conversación…”, me
detuve cuando la puerta se abrió y entró Marcus. Mi cara se puso inmediatamente
de color rojo. No tuve que verlo para saberlo. La idea de que podía haber oído
una pequeña parte de la ridícula conversación era humillante.
“Marcus, hombre estábamos hablando de
ti,” dijo Cage con
una sonrisa malvada y se levantó del sofá. Yo no me atreví a aclarar el
estúpido saludo de Cage. En cambio me quedé inmóvil cuando Cage se puso a mi
lado y me susurró: “Recuerda lo que te
dije.”
Yo no
necesito que me recuerde que no soy demasiado buena para Marcus, ya lo sabía.
Pero lo que él no sabía era que a Marcus eso le daba igual. Vi como Cage se
reía, se iba a su habitación y cerraba la puerta tras él. Sabía que Marcus
estaba esperando a que yo dijera algo, pero yo no sabía qué decir. Metí mi pelo
detrás de la oreja y le miré.
“Um bueno,” me las arreglé para decir.
Una pequeña
sonrisa sexy apareció en sus labios y sentí que me podía derretir. Si no fuera
porque estaba preocupada por si había escuchado algo antes de entrar, estaría
disfrutando de su sonrisa.
“¿Pudiste dormir un poco?”, me preguntó mientras se acercaba
lentamente con un brillo muy decidido en sus ojos. Asentí con la cabeza.
“Me acabo de despertar.”
Me puso la
mano en el pelo y tomó la parte de atrás de mi cuello.
“Bueno,” respondió.
Sus ojos se
dirigieron a mi cara y se quedaron estudiando mi boca, antes de viajar a la
deriva sobre el cuello y los hombros. Mi pecho subía y bajaba demasiado rápido.
“Sal conmigo esta noche, Low. Haremos
lo que quieras. Podemos cenar, bailar, caminar por la playa o lo que sea. Sólo
vente a algún sitio conmigo.”
Tragué
saliva y balanceé mi cabeza arriba y abajo.
“Está bien,” me las arreglé para responderle. Una
sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro y sus ojos se encontraron con
los míos de nuevo.
“Podemos hacer las tres cosas. Te
llevaré a un lugar donde podremos cenar, en algún lugar agradable. Luego
podemos ir a bailar, realmente quiero bailar contigo. Entonces podremos
terminar nuestra noche con un paseo por la playa.”
Oh, guau.
Sí, sí, sí. Asentí con la cabeza otra vez.
“Entonces déjame que me prepare y tú
haz lo mismo. Nos encontraremos aquí de nuevo en una hora. ¿Es tiempo
suficiente?”
“Sí.”
Marcus dejó
caer su mano de mi cuello y dio un paso atrás. Me dio una última sonrisa antes
de volver a desaparecer en su habitación. Me gustaría ver cómo se cambiaba de
ropa.
¿Cómo sería
su estómago desnudo? El pequeño vistazo que había podido ver era delicioso, me
podía imaginar el resto del cuerpo.
“Low, ¿dónde has puesto mis vaqueros
favoritos?”
Cage rompió
el hechizo. Me di la vuelta y me dirigí hacia el armario donde había colgado
sus vaqueros. Este muchacho estaba loco, no podía encontrar nada. Saqué los pantalones
vaqueros y se los di.
“Justo en frente de tu cara,” le dije al entregárselos.
“Gracias cariño. Tengo fecha,
probablemente no esté aquí hasta tarde. Quédate aquí. Después de esa basura de
Tawny te quiero aquí.”
Asentí con
la cabeza. Me señaló y volví hacia el armario para coger las pocas cosas mías
que había.
“¿A dónde vas?”, me preguntó mientras cogía mis botas.
“No lo sé todavía, salir con los
amigos.”
No es que no
quiera contarle lo de lo Marcus, porque tenía que hacerlo. Quería decirle que
no pensaba en mí como una barriobajera, pero no lo hice. Decírselo a Cage me
preocupaba. Posiblemente se pusiera celoso. Yo nunca estuve segura con Cage,
pero quería que pasara toda la noche fuera. No quería que regresase a casa y
arruinase mi noche con Marcus. Así que mantuve la boca cerrada. Cage se colocó
detrás de mí y puso sus brazos alrededor de mi cintura.
“Tengan cuidado. Llámame si necesitas
algo y no bebas demasiado.”
“Voy a estar sobria y en casa
temprano,” le
prometí.
Cage me
dio un sonoro beso en la mejilla.
“Esa es mi chica,” me soltó y cerró el armario.
“Me voy. Si no aparezco hasta mañana
por la mañana no te preocupes,” se dirigió a la puerta y de repente se detuvo. “Pero llámame si me necesitas.”
“Te lo prometo, te llamo si te
necesito.”
Él me
sonrió, y finalmente salió de la habitación. Eché un vistazo al reloj, tenía 45
minutos. Tenía que depilarme, pintarme las uñas de los pies y encerar algunas
otras áreas. Lancé unas cuantas cosas para elegir en la cama, agarré mi bolsa
de aseo y me dirigí al baño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario