martes, 11 de junio de 2013

CAPÍTULO 8

Willow

Terminé el último bocado de mi tortilla, estaba deliciosa. Estaba un poco avergonzada de lo rápido que había comido, pero Marcus seguramente se había mostrado complacido viéndome engullir la tortilla, así que pensé: al diablo, y la disfruté. El chico sabía cocinar. Hacía mucho que Larissa había terminado sus cereales y su leche con chocolate. Ahora estaba sentada en el suelo con Marcus, mientras apilaba sus bloques para volver a derribarlos de nuevo. Él había actuado como si fuera la peor cosa que había hecho y ella se partía de risa. Él era dulce, sabía cocinar, le gustaban los niños, era inteligente, tenía metas, él era perfecto.
Un golpe en la puerta interrumpió mis pensamientos oscuros y me levanté para ir a abrir. Dudo que fuese Tawny, tenía que comprar comida primero, Larissa necesitaba comida. No era Tawny.
En la puerta había dos chicas exactamente iguales. Ambas eran rubias, vestían con ropa que yo no podía comprar. Una de ella era más guapa que la otra. Ella tenía unos largos rizos rubios y unos ojos azules enmarcados en pestañas gruesas y negras. Señor por favor, que sea la hermana de Marcus. Ella era la modelo perfecta.

“Ey, um, Willow ¿no?”, dijo la chica menos intimidante.
Forcé una sonrisa y asentí la cabeza. Tal vez ellas estaban aquí para Cage, eso tenía que ser.
“¿Está Marcus aquí?”
Mi estómago se cayó al suelo.
“Ey Manda, ¿está todo bien? ,” dijo Marcus que estaba detrás de mí, lo suficientemente cerca para que su pecho rozara mi espalda.
La chica menos intimidante le dio una sonrisa triste y se encogió de hombros.
“Sí, todo lo bien que se puede estar.”
La chica magnífica no era su hermana.
“¿Podemos entrar?” preguntó Amanda, pero es que yo no me podía mover si no lo hacía Marcus. Él se detuvo un momento y yo empecé a notar que pasaba algo.
“Uh, bueno, um, supongo,” dio un paso hacia atrás y rápidamente volvió con Larissa.
“Low, esta es mi hermana Amanda.”
“Manda, esta es Low.”
“Es un placer conocerte Low,” Amanda me dio una sonrisa y luego sus ojos se fueron a Larissa y pude ver las preguntas en sus ojos.
“Y la princesita de allí que no para de derribar mis bloques es Larissa, la sobrina de Low.”

El alivio en el rostro de Amanda era evidente, casi me entraron ganas de reír. Ella había estado preocupada porque fuera mi hija.

“Low esta es una amiga mía, Sadie.”
Miss Perfecta era la espectadora de voz musical de ayer en la lavandería. Fabuloso.
“Sadie esta es Low.”
Sadie se adelantó y me sonrió y luego se puso de cuclillas para saludar a Larissa.
“Así que te gusta derribar bloques, ¿eh?”
Larissa meneó la cabeza.
“Bueno, yo tengo un hermano pequeño en casa que acaba de descubrir lo mismo que te entretiene a ti.”

Larissa golpeó los bloques y se volvió para sonreírle a Sadie como si entendiera lo que le acababa de decir y quería enseñárselo.

“Eres realmente buena en eso,” susurró Sadie. Marcus se acercó y se sentó en el sofá detrás de mí. Su pie se apretó contra mi cadera.
“¿Cómo está Sam estos días? ¿Sigue siendo un niño tan guapo?”
Sadie se echó a reír y su voz realmente me recordaba a campanillas suaves. ¡Ugh!
“Sam es un niño difícil y me temo que se está poniendo bastante guapo. Sin embargo, Jax está decidido a hacer de él un jugador de béisbol. El niño sólo tiene 7 meses y tiene más pelotas de béisbol autografiadas y bates de béisbol que un coleccionista.”
“Yo no esperaría nada menos del futuro cuñado de Jax Stone.”

Mi mandíbula cayó abierta. Esta era ella, la chica. La que Jax Stone, el rockero más sexy del maldito mundo, había enamorado este verano. Oh, Dios Mío.

“Eso no significa que tenga que mimarlo,” intervino Sadie.

Marcus comenzó a jugar con mi pelo y me olvidé de todo. Empecé a apilar los bloques de nuevo esperando que nadie se diera cuenta de que tenía las mejillas rojas.

“Mamá ha preparado el almuerzo y quiere que vayamos a comer hoy con ella. Tiene algunas cosas que decirnos. Sadie me trajo para que pudiéramos ir juntos. Ella tiene que ir al aeropuerto.”

La mano de Marcus se detuvo un momento y luego volvió a envolver mis mechones de pelo alrededor de sus dedos.

“Vale, está bien.”

Me atreví a mirar por encima de Amanda y Sadie estaba viendo como Marcus jugaba con mi pelo y tenía una sonrisa divertida en su rostro. Marcus se aclaró la garganta.

“¿Vas a recoger a alguien o te vas Sadie?”
Vi como Sadie sonreía a Marcus. A él le afectaba ella, ese pensamiento me molestó, aunque sonaba bastante estúpido.
“Me voy, Jax ha sido invitado como juez en American Idol esta noche. Mañana volvemos porque tiene un concierto en Pensacola.”

Joder, santa mierda.
Marcus sonrió y pasó un dedo por mi cuello, haciendo que mi piel se pusiera de gallina.

“Te estás acostumbrado bien a su vida. Veo que no tienes nada de qué preocuparte.”
Sadie se encogió de hombros y sonrió.
“Él hace que todo valga la pena.”
“¡Aaaghh! Termina ya con lo sentimental,” interrumpió Amanda. Amanda se puso de pie y le hizo un gesto a Marcus.
“Vamos, tengo que pasarme a ver a papá y recoger mi coche. Acaba de darme uno nuevo.”

La mano de Marcus se congeló y yo podía sentir toda la tensión de su cuerpo, algo le había molestado. ¿Era que su padre le había dado un coche nuevo a su hermana?
Sadie se puso de pie.

“Yo también me tengo que ir. Le prometí a Kane que estaría lista para despegar a las 10,” su mirada se posó sobre mí.
“Fue un placer conocerte Low.”
Pude ver la sinceridad en su cara, y ella mostró su mejor sonrisa a Larissa.
“Y fue maravilloso conocerte a ti también, Larissa. Yo no suelo conocer a princesas muy a menudo.”

Larissa aplaudió con alegría cuando dijo la palabra princesa.

“Buena suerte a los dos,” dijo Sadie a Marcus y a Amanda.
“Gracias,” respondió Marcus en un tono tenso y se puso de pie detrás de mí.
“Gracias por todo. Te echaré de menos este fin de semana, pero voy a ver Idol esta noche para saludar a la cámara cuando salgas.”

Amanda le dio un abrazo a Sadie y ella la apretó. Algo estaba pasando con la familia de Marcus y apostaría a que su padre era la causa.
Amanda acompañó a Sadie hasta la puerta y se volvió hacia mí.

“Me encantó conocerte Low, de verdad. Tenemos que pasar más tiempo juntas.”
Yo simplemente asentí, sorprendida por el entusiasmo de la otra chica.
“Voy a acompañar a Sadie y a coger mis cosas del Hummer. Nos vemos en la camioneta,” le dijo Amanda a Marcus con una expresión extraña en su cara. Era como si estuvieran teniendo una conversación sin palabras.

“Está bien,” respondió Marcus. Una vez que la puerta se cerró detrás de ellas, me estiré las piernas y me levanté.
“Martus juar,” exigió Larissa.
“No cariño, Marcus no puede jugar en estos momentos. Él tiene que irse, adiós, adiós.”
“Adiós adiós también,” le exigió Larissa mientras levantaba sus brazos hacia arriba.

Marcus se echó a reír y yo podía sentir que su tensión se aliviaba un poco.

“Me haces muy difícil que me vaya princesa, pero me tengo que ir. Jugaremos otra vez, te lo prometo.”
Larissa frunció el ceño y luego asintió con la cabeza como si estuviera de acuerdo, y volvió a sus bloques.
“Gracias por el desayuno y por haberme ayudado con Larisa,” le dije poniéndome de pie.
“He disfrutado cada minuto.”

Sentí que mi cara se ponía roja de nuevo y me mordí el labio inferior para no sonreír como una idiota.

“Ven aquí Low,” susurró extendiendo la mano y tomándola, me llevo con él hasta que mi cuerpo estaba presionando el suyo y me cogió de la cintura.

La boca de Marcus Hardy estaba en la mía antes de que pudiera darme cuenta. Sus labios eran cálidos y suaves, y se tocaban suavemente con los míos. Me mordisqueó el labio inferior y me quedé sin aliento, abrí la boca lo suficiente para que deslizara su lengua dentro. Se me escapó un gemido y me aferré más a él. Sus manos dejaron mi cintura para acunar mi cara, mientras ladeaba la boca y exploraba más. Nunca nadie me había besado así. El sabor a menta de su lengua de la pasta de dientes era la cosa más deliciosa. Su mano derecha se deslizó por mi brazo y alrededor de mi espalda desnuda, tirando de mí hacia arriba con más fuerza contra él mientras seguía mordisqueando y lamiendo cada centímetro de mi boca. Su mano izquierda se deslizó lentamente por el cuello en una suave caricia y se detuvo justo debajo de mi clavícula. Gemí, no podía evitarlo. Su mano grande estaba tan cerca de cubrir mi pecho.
Rompiendo el beso, Marcus suspiró y movió la mano en mi brazo, mientras ponía algo de distancia entre nosotros. Yo no podía dejar de respirar de manera irregular. No tenía suficiente práctica con esto para mantener mi reacción bajo control.
Sus ojos se encontraron con los míos y nos miramos. Pude sentir la emoción en su mirada.

“Marcus, beo,” (beso). Larissa llamó a gritos, y nos recordaba donde estábamos y que no estábamos solos. Una risita surgió de mi boca y miré a Larissa que estaba mirando a Marcus, como era de esperar.
Marcus dejó escapar un suspiro dramático.
“Las señoritas, todas me quieren,” bromeó y se inclinó y besó a Larissa en la parte superior de sus rizos rubios.
“Adiós adiós,” dijo Larissa, aparentemente satisfecha con su beso.
“Adiós princesa, nos vemos pronto.”

Él se puso de pie y me estudió un momento antes de llegar, y frotó mi labio inferior con su pulgar.

“No he terminado aquí, estoy empezando Low. Pero yo no podía alejarme de nuevo sin ese beso.”

Mis rodillas se sentían como gelatina. Qué dulce era eso. Los chicos no me hablaban de esa manera. Marcus Hardy había sido sacado de las novelas romántica que mi madre solía leer.


“Está bien,” fue todo lo que pude decir. El poner palabras juntas en ese momento era imposible. Dejó caer su mano y apareció una sonrisa sexy en sus labios antes de irse.

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