Marcus
Sadie estaba
girando un mechón de su pelo rubio alrededor de su dedo. Lo hacía mucho cuando
estaba nerviosa.
“Siento mucho haber entrado así
Marcus. Me siento idiota”, comenzó a explicarse.
“No te preocupes”, esa no era exactamente la verdad.
Sadie en su momento me había envuelto con tanta fuerza y de eso no hacía
muchísimo tiempo, y esperaba sentir algo cuando me fui y de repente ella
aparecía cuando estaba en el mejor momento con Willow. Pero ya no sentía nada
por ella. Nada.
Yo sentía
muchísimo lo que estaba pasando en ese momento, la ira de mi padre y el
infierno que estaban pasando mi hermana y mi madre. Me preocupaba por Amanda,
lo sentía por eso, pero nada por Sadie. Mi respuesta inmediata era proteger a
Willow. No estaba seguro de lo que estaba protegiendo, pero era mi objetivo.
Sadie abrió
la puerta y Amanda se sentó acurrucada en la esquina mientras sollozaba como
una niña pequeña. Mi corazón se rompió. Era como si hubiera retrocedido en el
tiempo y mi hermana pequeña a la que adoraba necesitaba mi protección para que
luchara contra los monstruos que había debajo de su cama.
Pero esta
vez el maldito monstruo era nuestro padre. Él nos estaba destrozando por culpa
de una puta de 20 años. Lo único que sabía de ella era que era joven.
“Él no vino a casa anoche y mamá no
quiere salir de su habitación. Ella está gritando y guardando sus cosas. Ella
se quiere ir.”
Un sollozo
escapó de sus labios y enterró el rostro entre las manos. Mi consentida y dulce
hermanita nunca había tenido que lidiar con una vida de mierda. Ella siempre
había tenido todo lo que quería. Su vida había sido siempre de color de rosa,
hasta ahora.
“Vamos cariño, voy a hablar con mamá
y voy a calmarla. Ella no va a huir, te lo prometo.”
“Puedes quedarte conmigo si lo
necesitas. Nosotros ya hemos perdido una hora de clase, no pasa nada si
perdemos el día entero.”
Miré a Sadie
y asentí, esa era una buena idea. Lo que tenía que decirle a mi madre era mejor
que no lo escuchase Amanda.
“¿Quieres quedarte con Sadie mientras
voy a hablar con mamá?”
Ella asintió
con la cabeza mirándome con la cara llena de lágrimas. Me incliné hacia ella y
la abracé, “Todo va a estar bien, ¿vale?
Estoy aquí y no me importa cómo, pero voy a arreglar este lío.”
Yo sabía que
estaba haciendo una promesa que no podría ser capaz de mantener, pero se lo
dije de todos modos.
“Gracias Sadie,” le dije mientras soltaba a Amanda y
daba un paso atrás para que pudiera subir al interior del Hummer. Jax le dejaba
a Sadie una Hummer con chófer. Desde que el mundo enteró de que Sadie era su
novia ella era una celebridad. Paparazzis venían a Alabama para echarle fotos a
ella.
La gente la
trata de manera diferente cuando están en público. A Jax no le gusta estar
lejos de ella y la dejó con muchas cosas que le hacían sentir a salvo. El
Hummer, el chófer y el guardaespaldas sólo lo utilizaban ellos. ¿Por qué el tío
no contrataba a un tutor privado y se la llevaba con él? Decía que no quería
que ella perdiera la experiencia de ir al instituto o algo así. Aunque él no
sabe nada de eso, ya que nunca fue. Sadie dejaría la escuela si él le dejase.
“Me alegro de poder ayudar. Cualquier
cosas que necesitéis de mí, estoy más que dispuesto a ayudar. No me gusta esto
que está pasando. Las lágrimas de Amanda me están rompiendo el corazón.”
Dulce y
amable Sadie, no esperaba menos. Esa era una de las razones por la que me
enamoré perdidamente de ella el verano pasado. Ella era preciosa, ella tenía un
corazón dulce. Sin embargo, tuve que admitir que mientras estaba hablando con
ella ahora mismo sólo sentía gratitud y nada más.
“Eres una amiga increíble Sadie,” le dije asintiendo con la cabeza
mientras ayudaba a subir a mi hermana. Yo necesitaba ir a hacer un trato con mi
madre.
El Mercedes
CLS62 que mi padre le había dado a mi madre como regalo de aniversario hace 4
meses seguía en el garaje. Eso era bueno, significaba que ella todavía no se
había ido. Me dirigí hacia el interior de la casa de playa de 3 pisos de estuco
donde había vivido toda mi vida.
“Mamá,” le grité mientras me dirigía hacia la
escalera que conducía a su habitación.
“Marcus,” me llamó seguido de un fuerte gemido.
El niño que había dentro de mí salió corriendo por las escaleras, teniendo
miedo de lo que podía encontrarme. Esta era mi madre y no quería que sufriera.
Cuando mi pie golpeó el escalón superior se arrojó fuera de su habitación y me
abrazó.
“Estás aquí,” sollozó. Le acaricié suavemente el
pelo rubio con la esperanza de calmarla. ¿Cuántas veces había estado mientras
ella lloraba en mis brazos? Ni siquiera me acordaba de cuántas veces había
sido. Ahora yo estaba de nuevo con ella en mis brazos.
“Él no vino a casa ayer por la
noche,” dijo
sollozando, “y ni siquiera me llamó.”
Lo odiaba.
En este momento con mi madre sollozando lastimosamente en mis brazos, lo odiaba
más que nunca.
“Lo sé, Manda me lo dijo. Ven
conmigo, vamos a ponerte una toalla húmeda en la cara y a limpiarte un poco.”
Ella asintió
con la cabeza en mi pecho y relajó los brazos con los que abrazaba.
“Ve a sentarte al sofá mamá. Te daré
un paño frío y entonces podremos hablar de esto y de lo que tenemos que hacer.
Está bien,” soltó
otro sollozo.
“Estoy aquí, mamá. No te voy a dejar,
lo voy a arreglar todo. Sólo confía en mí, está todo bien.”
Una pequeña
sonrisa de alivio mezclada con miseria salió de sus labios, aunque la pena de
sus ojos no desaparecía. Iba a matarlo… con mis propias manos. Y Dios me
ayudaría si esa puta se acercaba a mí. Todavía puedo recordar esa sonrisa
coqueta que me dio cuando la vi en su oficina aquel día. Ella sólo buscaba
dinero, y mi padre era tonto, un tonto egoísta.
“Llamé a su móvil esta mañana y me
respondió. Dijo que estaba en el trabajo y que se ocuparía de mí después,” dejó escapar una risa ahogada, “tratar conmigo Marcus, como si fuera un
problema. Soy su esposa, SU ESPOSA.”
Me senté a
su lado y usé la toallita para limpiar su cara llena de lágrimas.
“Simplemente no le llames más, yo voy
a ir a hablar con él. Lo quiero fuera de esta casa, mamá.”
Ella sorbió
por la nariz y permaneció sentada mientras yo le lavaba la cara como si fuera
una niña.
“¿Crees que debería divorciarme de
él?”
“Claro que lo creo. Está durmiendo
con otra persona, él no te merece. Eres mucho mejor que eso.”
Ella asintió
con la cabeza y levantó la mano para agarrarme y me dio un beso.
“Te quiero muchísimo Marcus Hardy,
eres mi buen chico. Siempre cuidando de mí y de tu hermana. No eres como tu
padre. ¿Lo sabes, no?”
Allí estaba
mi madre, aunque fuera por un breve momento necesitaba un poquito de cariño
maternal. Sabiendo que todavía estaba allí bajo todo el dolor y el daño.
“Lo sé,” le aseguré mientras le daba la
toallita para que se limpiase la nariz.
“Dios Marcus, ¿cómo sucedió esto?
¿Cuándo empezó a ir todo mal?”
Me preguntó
en un tono derrotado dejando caer las manos en su regazo.
“Papá se volvió loco, supongo. Voy a
ir a hablar con él, no lo esperes esta noche mamá. Voy a decirle que le voy a
llevar su ropa y que no quiero que vuelva.”
“Oh cariño, ¿esa es la mejor idea? ¿Y
si se da cuenta de que esto fue un error? ¿Realmente ha terminado 25 años de
matrimonio por esto?”
“Sí mamá, el hijo de puta te engañó,
él te está engañando a ti. Eres muchísimo mejor mamá. No dejes que gane, no lo
hagas."
Odiaba verla
así. Ella realmente pensó que papá iba a cambiar de idea e iba a volver con
ella. Tal vez sería cuando su pequeña novia le dejase, o cuando empezase a
ponerse de los nervios. Pero entonces no habría otra como ella para ocupar el
lugar.
“Mamá, escucha”, le supliqué mientras tomaba sus
suaves y frías manos, “tienes que
divorciarte de él. Coge todo lo que te permita la ley. Déjalo seco. ¿Me oyes?
Él está usando su dinero con esa puta. Consigue lo que te debe y él te lo debe
todo mamá.”
Ella se
enderezó y asintió con la cabeza. Gracias a Dios que la había hecho
reflexionar.
“Eres ideal, cariño. Tengo que
hacerle pagar.”
Bien. Pude
ver la venganza parpadear en sus ojos, por lo menos no era dolor. Esta es mujer
dura que me crio. Me incliné y le di un beso en la mejilla.
“Te quiero mamá. Vamos a salir de
esto. No estás sola ni Manda tampoco. Ella te necesita ahora mismo. Las dos
necesitáis comer un montón de helado de Rocky Road y ver películas juntas. No
dejes que él gane.”
Mi madre se
puso de pie y me apretó la mano.
“Tienes razón, soy más fuerte que
esto. Mi niña necesita a su madre. Siempre me apoyas en todo Marcus.”
“Me tienes aquí. ¿Por qué no te
quitas el pijama y me haces el desayuno? Me muero de hambre.”
El oír su
risa era para mis oídos música celestial.
Willow
Eran las
vacaciones de primavera y habían empezado las inundaciones en Sea Breeze. Lo
que era bueno porque había ganado 200 dólares en propinas sólo en el almuerzo.
Hoy el restaurante estaba bastante animado con los turistas.
“Low, coge los 4 primeros de la
sección C de Macy. Ella dijo que no puede con más.”
Asentí con
la cabeza a Kim, la anfitriona de la noche y nos fuimos a coger varias botellas
de agua y un plato de limones antes de dirigirme a su mesa.
“Eh tú, ¿sigues buscando a alguien
que cierre por ti?”, me
preguntó mientras me volvía para alejarme.
Miré hacia
ella: “Sí.”
Ella señaló
a Seth, un camarero que sabía que ella había estado viendo últimamente. Ella
querría que él trabajara hasta tarde para que se quedase con ella esta noche.
Dándole una sonrisa cómplice me dirigí a interceptar a Seth, que se dirigía a
la cocina.
“Ey, ¿quieres cerrar esta noche?
Tengo que cuidar a mi sobrina y necesito que alguien cierre por mí.”
Seth miró
por encima del hombro hacia Kim. Al parecer, estaba buscando su aprobación
antes de contestar. Su mirada se dirigió hacia mí y sonrió.
“Por supuesto, no hay problema.”
Su evidente
entusiasmo me hacía reprimir una sonrisa. No hay duda de que ya estaba
planeando su noche a solas con Kim en un gran restaurante vacío.
“Oye, ¿ese no es el cantante de
Jackdown?” preguntó
Seth y miré hacia donde el miraba a la sección C, donde estaban Krit, Trisha,
Rock y Green.
“Sí, y el bajista también.”
“Cámbiate conmigo, por favor”, rogó Seth.
Miré de nuevo
a la mesa y saludé a Trisha, no podía hacerle eso a ella.
“No puedo Seth, Trisha y Rock son mis
amigos. No puedo.”
Los ojos de
Seth se abrieron como platos.
“¿Entonces conoces a Krit?”
“Sí.”
“Bueno, pues entonces si puedes, al
menos preséntamelos. Siempre he querido hacer una audición para entrar a
Jackdown, pero nunca están buscando a nadie nuevo.”
Él me estaba
ayudando con el trabajo de esta noche, así que se lo debía.
“Por supuesto, después de tomar sus
pedidos te presentaré.”
Con una
bandeja llena de agua, me dirigí a su mesa.
“Ey chica, no me gustó nada que te
fueses temprano anoche. Te perdiste la última canción, Krit la escribió y fue
increíble”, dijo
Trisha sonriéndome.
“Lo siento. Una vez que ya estaba
fuera tomando el aire no me atreví a volver a entrar con toda esa multitud.”
Por no
hablar de que no quería ver bailar a Marcus con Jess.
“Me rompiste el corazón. Estaba
deseando que llegase el final del concierto para buscarte. Las botas y la minifalda
eran tan calientes Low, que me estaba matando.”
“¿Llevabas una minifalda y botas? ¿Cómo,
exactamente, me he perdido esto?” preguntó Green mirándonos a Krit y a mí. Me reí y saqué mi
cuaderno de pedidos.
“¿Qué queréis de beber?” Les pregunté para cambiar de tema.
“Bud de barril”, respondió Rock.
“Coca-Cola Light”
“Miller Light de cuello largo.”
“Sweet Tea.”
Yo no tenía
21 años, así que yo no podía servir alcohol. Esta era la razón perfecta para
que Seth viniese a la mesa.
“Voy a decirle a Seth que traiga sus
cervezas, ya que yo no soy lo suficientemente mayor para servirlas. Prepararse
que es un gran fan de Jackdown y realmente os quiere conocer.”
Krit se
inclinó hacia delante y se mordió el labio inferior mientras me miraba fijamente
hacia abajo. Él realmente creía que su atractivo sexual servía para todo el
mundo.
“¿A qué hora terminas Low?”, me preguntó con voz ronca.
“Ah mierda, ya está usando su mierda
de voz con ella. Vete corriendo Low antes de que empiece el parpadeo de sus
ojos.” Me advirtió
Green, luego Krit dio un puñetazo juguetón en el brazo de todos y se echó a
reír.
“Voy a buscar el resto de las bebidas”,
les dije sonriendo
mientras me giraba para ir a la cocina. Set estaba en la fuente de soda
llenando 2 vasos.
“Está bien, necesito un Bud de barril
y Miller cuello largo, y llévalos tu a la mesa. El Miller es de Krit.
Disfrútalo.”
“Increíble Low, gracias.” Seth salió corriendo dejando las
sodas atrás.
Krit siguió
coqueteando conmigo durante toda la comida, pero muchos clientes también lo
hacían así que no me molestaba. Cuando sabía que habían terminado su comida, imprimí
su recibo y fui hacia ellos. Pero antes de que pudiera dar un paso más, la
puerta principal se abrió y me detuve.
El pequeño
jadeo audible que se me escapó por suerte pasó desapercibido, ya que nadie
estaba lo suficientemente cerca para oírlo. Estaba guapísimo, era Marcus Hardy.
Su cabello rubio estaba lo suficientemente corto para no tener que ser
cepillado, pero hoy había prestado mucha atención en su pelo. Los rizos rubios
cortos estaban perfectamente en su lugar en la frente. Los pantalones vaqueros
estaban en el sitio correcto y el polo verde pálido destacaba más todavía sus
ojos verdes.
Él asintió
con la cabeza a Kim, pero mantuvo sus ojos en mí mientras se dirigía
directamente a donde yo estaba congelada.
“Escuché que necesitas ayuda esta
noche”, dijo con una
expresión de satisfacción en su rostro.
“Yo, um, pero ¿cómo lo sabes?”
El brillo en
sus ojos me hizo sentirme caliente por todas partes.
“Tengo mis fuentes. No quería que te
fueses andando o que no pudieras ir, así que pensé en venir a tomarme una copa
y esperarte hasta que estés lista para irnos.”
Yo había
planeado ir andando hasta la casa de mi hermana. Cage tenía un partido esta
noche y yo no quería pedirle prestado su coche.
“Bueno, está bien, eh gracias. Rock
está aquí”, le dije,
tratando de procesar el hecho de que Marcus acabara de decirme que me llevaba a
casa de mi hermana de una forma tan natural.
Él siguió mi
mirada, “ya lo veo. Voy a saludarlos.
Tómate tu tiempo, no tengo nada que hacer. Tengo toda la noche.”
Con una
última mirada dirigida a mí, se volvió y me dirigí a la mesa. ¿Cómo demonios
había sabido que necesitaba que me llevasen? Y además, ¿por qué habría venido
sin yo pedírselo? Sacudiendo la cabeza con confusión lo seguí hasta la mesa.
“Marcus, te has perdido la comida”, bromeó Rock.
“Sí, ya lo veo, pero estoy aquí por
Low no por ti.”
Krit miró
más allá de Marcus y sus ojos se encontraron conmigo. Sus cejas rubias se
dispararon en cuanto Marcus dijo eso.
“¿Llevas a Low a algún sitio, Marcus?”
Preguntó Krit,
mirando detrás de Marcus. Esto podría ser más interesante que bueno. Yo había estado
evitando a Krit durante casi un año. El niño no entendía un “no” por respuesta.
“Sí, ¿tienes algún problema con eso?”
preguntó Marcus,
mientras acercaba una silla y se sentaba al lado de Green.
“Supongo que sí. He estado esperando
para convencerla de que saliera conmigo después de trabajar. Kinda dice que
estás aquí por ella.”
No podía
dejar de mirar el rostro de Marcus para ver cómo reaccionaba con la explicación
de Krit. Frunció el ceño y se recostó en la silla.
“No, no creo que sea una buena idea
Krit. No eres el tipo de Low.”
“¿Y tú si lo eres?”
No me
atrevía a caminar hasta la mesa. Esto era vergonzoso y fascinante a la vez.
“Muy bien chicos, calmaos”, Rock los interrumpió y me saludó con
la mano.
“Voy a pagar esta comida y Krit te
vienes con nosotros. Low tiene planes para esta noche para salir con Marcus.
Pueden discutir o golpearse, pero fuera de aquí y en otro momento. Ahora quiero
llegar a casa y estar con mi chica, solos.”
Marcus
parecía totalmente encantado con todo esto. Diablos ni siquiera habíamos tenido
una cita y estaba aquí actuando como si tuviera algún derecho sobre mí.
Sus ojos se
levantaron y se encontraron con los míos. Todas las razones que tenía para
enfadarme con él desaparecieron. ¿Quién podía estar enfadada con esa cara?
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